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Por qué los españoles ven en la inmigración el gran problema cuando a nivel personal admiten que no les afecta

Meloni no perdona: la líder ultra le presta a Feijóo su agenda migratoria tras la traición de Abascal con Orbán

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De criticar las políticas ultras de Giorgia Meloni a copiar sus recetas antiinmigración y viajar a Italia para hacerse una foto con ella. Ese ha sido el viraje del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo en apenas dos años. En 2022, tras la victoria de la dirigente italiana, en el PP negaban que lo ocurrido en el país vecino pudiera repetirse en España y miraban con escepticismo a Meloni, entonces muy cercana a Vox. En 2024, el líder del PP viaja a a Roma para reunirse con ella y elogiar el modelo migratorio de su Gobierno, si bien en Génova destacan que eso no implica 'blanquear' su discurso en algunas materias ni otras de sus medidas.

En declaraciones a La Sexta, Feijóo aseguró este miércoles que Meloni tiene una política migratoria que España "debe conocer con determinación y exactitud, porque funciona". Según el líder del PP "mezcla legalidad y humanidad", distingue "entre migración regular e irregular" y sigue la línea del pacto europeo de migración, muy cuestionado por las asociaciones de defensa de los derechos humanos. "Se trata de plantear una política porque España no la tiene", remachó. Para el portavoz del PP, Borja Sémper, se trata de un modelo que "está salvando vidas" porque ha provocado un descenso significativo" de la inmigración irregular.

Unas políticas migratorias que pasan por, entre otras cuestiones, dificultar el trabajo de los barcos de las ONG, eliminar la tutela denominada "protección especial" para los migrantes, ampliar el tiempo de retención de los sentenciados a la expulsión al máximo permitido por la Unión Europea y facilitar la expulsión de menores no acompañados al acelerar las pruebas clínicas para verificar su edad. En estos años el Gobierno de Meloni también ha rubricado un acuerdo con el Gobierno de Albania para la creación de centros cuyo cometido es deportar a migrantes, controlados en su interior por las fuerzas de seguridad italianas y, en su exterior, por las albanesas, similar al plan del exministro británico Rishi Sunak que pasaba por deportar a los migrantes a Ruanda.

La inmigración se ha convertido en un asunto clave para el PP, que en los últimos meses ha endurecido el tono hasta el punto de emular el discurso de la ultraderecha. La hostilidad hacia los migrantes, bajo el falso mantra de la lucha contra la delincuencia y la preservación cultural, ha sido, tradicionalmente, una de las banderas de Vox. La formación de Santiago Abascal clama contra la "invasión" y alerta, sin ninguna base, sobre supuestos riesgos terroristas derivados de la llegada de personas procedentes de África. Hasta no hace mucho lo hacía en solitario y con escaso eco, pero el PP y también el agitador ultra Alvise se han sumado a esa estrategia transmitiendo mensajes en contra los de migrantes, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad e incluso utilizan los mismos términos despectivos como el de "mena", el acrónimo de menores extranjeros no acompañados, para referirse a estos jóvenes.

El portavoz parlamentario de la formación conservadora, Miguel Tellado, llegó a solicitar a principios de julio la intervención del Ejército español para "frenar" la "invasión" de personas procedentes de África y países árabes. Se trata de la misma tesis que defendía Meloni —y también Vox— en campaña electoral, cuando prometió un bloqueo naval con buques del ejército para hacer frente a las llegadas de migrantes por mar y que, sin embargo, no ha puesto en marcha. Es más, la italiana reconoció a principios de año que no estaba "satisfecha" con la gestión de su Gobierno en materia migratoria, después de que en 2023 aumentaran los desembarcos más de un 50%, si bien en los ocho primeros meses de 2024 las llegadas han disminuido respecto al pasado año un 60%.

El PP europeo y la extrema derecha con la que sí se puede pactar

El viaje del líder del PP a Roma se produce después de que su familia en Europa también haya homologado a la dirigente ultra como una política más. Así lo hizo la presidenta de la Comisión Europea —entonces candidata de los populares a repetir en el cargo—, Ursula Von der Leyen, en un debate con el resto de candidatos en el que dejó claro que buscaría el apoyo de Meloni. Y es, finalmente, lo que ha ocurrido. Este martes la alemana situó al candidato de la primera ministra italiana , Raffaele Fitto, como vicepresidente de la nueva Comisión Europea y responsable de Cohesión y Reformas, otorgando por primera vez un puesto a un representante de la ultraderecha. "Italia es un país muy importante y uno de nuestros miembros fundadores y esto tiene que reflejarse también en la elección", justificó.

Todo ello pese a que la italiana estaba enfadada porque el pacto había cocinado entre las grandes familias políticas tradicionales —conservadores, liberales y socialistas—, les había dejado fuera de las presidencias de las instituciones europeas. Es más, decidió votar contra el nombramiento de la liberal estona Kaja Kallas como jefa de la diplomacia europea y del exprimer ministro portugués Antonio Costa como presidente del Consejo Europeo, aunque no lo hizo contra Von der Leyen y, en ese caso, se abstuvo. Fue la única en hacerlo.

Aunque el PP español ha evitado posicionarse de manera clara sobre Meloni, con excepciones como la de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, en el arranque de la campaña para las europeas Feijóo también se abrió a pactar con la primera ministra italiana. "En Italia yo estaría muy atento al planteamiento de Meloni", afirmó durante un coloquio organizado por el Cercle d'Economia en Barcelona. "No tengo información suficiente, pero no me parece homologable a otros partidos que se consideran de extrema derecha en Europa", aseguró, en línea de lo que ya había planteado su grupo en Bruselas.

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Con todo, la visita de Feijóo a la primera ministra italiana —más allá de blanquear su política migratoria— tiene otras implicaciones para el PP en clave nacional. Fuentes cercanas al líder del PP consideran que Meloni busca hacerse la foto con Feijóo para "devolvérsela" a Abascal después de que Vox no se uniera, de manera sorpresiva, al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) —al que perteneció durante la anterior legislatura y en el que se encuentra el partido de Meloni—, para unirse a un grupo de nueva creación denominado Patriotas por Europa, liderado por el presidente húngaro Viktor Orbán. Así, en Génova creen que se trata de un calculado movimiento por parte de la dirigente italiana para fastidiar a la formación ultra, a la que hasta la fecha había apoyado en diferentes foros.

De hecho, poco antes de ser elegida como primera ministra de Italia, participó en la campaña de las elecciones andaluzas de Vox, con Macarena Olona de candidata, y suyo fue el discurso más viral de todas las jornadas. "No hay mediaciones posibles: o se dice 'sí' o se dice 'no'. Sí a la familia natural, no a los lobbies LGBT [sic], sí a la identidad sexual, no a la ideología de género, sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte, sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista, sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva, sí al trabajo de nuestros ciudadanos, no a las grandes finanzas internacionales, sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas", zanjó. Un discurso que provocó el aplauso unánime de todo el auditorio.

Por su parte, Abascal aseguró desde los pasillos del Congreso este miércoles que ve con buenos ojos que Feijóo vaya a reunirse con Meloni porque cree que puede "aprender muchas cosas" de ella, sobre todo en el tema migratorio y lo considera una victoria de las tesis de la extrema derecha en esa materia. "Me gusta que mis socios y mis aliados sean cada vez más considerados", añadió. En privado, fuentes cercanas al líder de Vox restaban importancia a la visita de Feijóo y la encuadraban en un intento del líder del PP por "figurar" fuera de nuestras fronteras e insistían en que las políticas de Meloni no se asemejan a las que defiende la formación conservadora. Estas mismas fuentes también descartaban la lectura del PP de que fuera un intento de la italiana por hacerles daño y remarcaban que la relación entre ambas formaciones es buena pese a no compartir ya grupo en Bruselas.

De criticar las políticas ultras de Giorgia Meloni a copiar sus recetas antiinmigración y viajar a Italia para hacerse una foto con ella. Ese ha sido el viraje del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo en apenas dos años. En 2022, tras la victoria de la dirigente italiana, en el PP negaban que lo ocurrido en el país vecino pudiera repetirse en España y miraban con escepticismo a Meloni, entonces muy cercana a Vox. En 2024, el líder del PP viaja a a Roma para reunirse con ella y elogiar el modelo migratorio de su Gobierno, si bien en Génova destacan que eso no implica 'blanquear' su discurso en algunas materias ni otras de sus medidas.

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