La estrategia del PP
Feijóo llama al Gobierno de Sánchez “guirigay”, "débil" y “sectario” mientras reclama una política “sin insultos”
El tono del discurso es pausado, pero el contenido se va volviendo más y más duro a medida que va sumando días al frente del partido. En un discurso pronunciado ante su Comité Ejecutivo Nacional, redactado con la intención de hacer balance de sus primeros meses al frente del partido y marcar sus mensajes a la espera de la reanudación del curso político el próximo mes de septiembre, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no escatimó este martes descalificaciones para dirigirse al presidente Pedro Sánchez y a su Gobierno.
El de España es un “Gobierno suflé” que “miente a sabiendas”. El “peor posible”. Que actúa con “frivolidad” y “soberbia”. Que es “débil, sectario e irresponsable”. Un “guirigay”. Una permanente “lucha de egos” de personas que “se han sacado la tarjeta oro del Falcon”. Y con un presidente que no siente “lealtad a nadie” y que “no respeta nada”, ni siquiera “las más básicas instituciones de nuestra democracia”.
Son sólo algunos ejemplos de la hostilidad de las expresiones que utiliza Feijóo. Calificativos que combina en sus intervenciones con acusaciones entre las que, por su gravedad, este martes destacó una: Sánchez va a poner el Estado al servicio de sus intereses electorales. “No nos lo van a poner fácil”, advirtió a los dirigentes del PP. “Van a elevar el tono, a recurrir al insulto, como estamos comprobando. Van a usar todos los resortes del Estado que tengan a su alcance para frenar el cambio”.
No es la primera vez que el PP se interna en ese camino. Hace un mes sembró la idea de que el presidente del Gobierno estaba dando pasos para manipular las próximas elecciones generales.
Palabras gruesas que, sin embargo, no impiden al líder del PP seguir reivindicando la política “sin insultos” y acusar al Gobierno, al mismo tiempo, de ser quien le insulta a él y a su partido.
“Tengo más razones que cuando llegué para seguir marcando la diferencia”, proclamó en la sede de Génova. “No me condiciona el ruido, no me asusta la potencia comunicativa del Gobierno y no me frena que me llamen de todo. Por mucho que me insulten no voy a dejar de decir lo que pienso ni a dejar de defender lo que creo”.
Paradójicamente, al PP no le sentó nada bien que la nueva portavoz del PSOE, la ministra de Educación, Pilar Alegría, criticase a su líder en una rueda de prensa convocada en la sede de Ferraz. “El PSOE le hace oposición a la alternativa”, señalaron fuentes de Génova. “Y lo hacen en un día en el que, más que atacar, deberían pedir disculpas” por la ratificación en el Tribunal Supremo de la condena a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
“El Ministerio de Educación requiere de dos cosas: primero, educación y, segundo, una dedicación incompatible con anteponer la agenda orgánica a la agenda institucional”, añadieron dando a entender que la ministra había abandonado el Consejo de Ministros para comparecer como representante del partido (en realidad se desplazó a Ferraz cuando la reunión de Gobierno ya había terminado, según fuentes de La Moncloa).
“No os preocupéis porque intenten desacreditarnos”, avisó a sus compañeros de filas, “porque nada es más revelador que nos señalen con esa contundencia como la alternativa a su desastre” con “insinuaciones y topicazos”. No deben preocuparse, subrayó, porque PSOE y Unidas Podemos ya han perdido. “Por más que lo intenten recuperar la iniciativa perdida es imposible. España ya no les escucha. Ya no les cree”.
“Así no podemos seguir”
Feijóo sostuvo ante los suyos que ya “hay un clamor” que pide la caída de este Gobierno y la llegada al poder del PP. “En todos los territorios”, “en los millones de familias que están teniendo dificultades para llegar a fin de mes”. “Un clamor que pide rigor y seriedad para afrontar la situación crítica que hay en tantos ámbitos distintos, que pide devolver el sentido común y la serenidad a la gestión pública. Así no podemos seguir”, remachó, sugiriendo que, aunque falte año y medio para las elecciones, la situación es insostenible.
El líder del PP está convencido de que la operación puesta en marcha con los demás barones del partido para defenestrar a Pablo Casado y hacerse con el timón del partido ha sido todo un éxito. Ahora, aseguró, el PP es un “ejemplo de serenidad, inconformismo” y “trabajo”.
Y no quiere que nadie se despiste. Especialmente cuando toca confeccionar listas, cambiar algunos liderazgos y promocionar nuevos candidatos de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023. “Nuestra cohesión interna está marcando la diferencia y os pido que no la perdamos, en ningún territorio, en ningún sitio”, advirtió.
Si hay un valor que Feijóo trata de atribuir al PP en contraposición al Gobierno es la unidad. “España no está para que el presidente mire de reojo a su vicepresidenta. Nuestra alternativa es un Gobierno unido” que “trate a los españoles como adultos y no como niños”.
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Ganar las elecciones municipales y autonómicas es la prioridad, porque son la antesala de las generales. Así que Feijóo quiere que los suyos se concentren en la batalla local: “No olvidemos que en esos municipios y comunidades autónomas hay un Pedro Sánchez de pensamiento, palabra, obra u omisión”. ¿Quién es? “Cualquier socialista que no alza la voz contra la deriva es un cómplice de sus acciones y exige de nosotros que para cada uno presentemos una alternativa viable y sólida. Para ese reto os pido que nos preparemos, para ganar municipales y autonómicas”. En ese objetivo, los dirigentes territoriales y locales tendrán su “apoyo y respeto”, subrayó.
Feijóo se mostró muy satisfecho por su propio desempeño en los primeros meses de mandato al frente del partido. “Vamos por el buen camino. No lo dudan la mayoría de los ciudadanos y de las encuestas, Y todo parece indicar que no lo duda ni el señor Sánchez”. “El principio lo hemos hecho bien”, aseguró, obviando los tres años de mandato de Pablo Casado. “Las cosas están cayendo por su propio peso: Sánchez ya se ha centrado en hacer aposición a la alternativa y nosotros [estamos] centrados en preparar un gobierno. Ese es el camino”.
Aun así, pidió a los suyos que no se confíen. Todavía “no hemos logrado nada. No me conformo con que otros pierdan: quiero convencer para ganar. Y eso sólo se consigue con muchísimo trabajo”.