Día Internacional de la Mujer

Huelga de cuidados: cuando el trabajo de las mujeres nunca termina

Un joven pasa ante una pintada feminista en una calle de Valéncia.

"Juntas hoy paramos el mundo". Es el emblema con el que la Comisión 8M llama a la movilización de cara a la huelga que tendrá lugar este jueves con motivo del Día Internacional de la Mujer. El movimiento feminista, que desde abril del pasado año ha puesto los motores en marcha, lanza un mensaje claro: si ellas paran, el mundo para. ¿Pero qué significa parar? Las organizadoras de la huelga advierten de que no se trata de un paro al uso, sino de extender la huelga a todos los ámbitos donde las mujeres tengan un peso importante. Es decir, a todos los terrenos de la vida. Y eso empieza, razonan, de puertas para adentro.

Entran en juego aquí los cuidados. Y lo hacen por motivos sobradamente justificados. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que, de promedio, las mujeres dedican casi el doble de horas que los hombres al trabajo relacionado con el hogar y la familia. Ellas destinan 38 horas semanales al cuidado o educación de los hijos y 20 a cocinar o hacer labores domésticas, frente a las 23 horas por semana de ellos en cuanto a la educación de los hijos y las 11 horas respecto a labores domésticas. De hecho, el 90,6% de las excedencias para el cuidado de menores, mayores y dependientes fueron solicitadas a lo largo de 2017 por mujeres.

En diciembre de 2016, la ONU elaboró un informe sobre El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, donde indica que el valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10% y un 39% del Producto Interior Bruto (PIB) y puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte. A la misma conclusión llegan el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (ODEE) de la Cámara de Comercio de Barcelona y el Instituto Catalán de las Mujeres (ICD) en un informe elaborado en febrero de 2017 sobre el trabajo doméstico y de cuidado. Los autores del análisis sostienen que con un adecuado reparto de las tareas de cuidado y del trabajo remunerado las mujeres podrían, sólo en Cataluña, obtener unos ingresos salariales brutos un 25% superiores a los actuales. En Euskadi, el valor de la producción doméstica no remunerada representó un 32,4% del PIB de 2013, según el Instituto Vasco de Estadística (Eustat).

El Institut Universitari d'Estudis de la Dona (València) recuerda, mediante un comunicado de apoyo a la huelga, que los recortes presupuestarios "afectan a los cuidados y perjudican especialmente a las mujeres cuidadoras", del mismo modo que lo hace "la escasez de políticas activas que garanticen la corresponsabilidad". Ante este escenario, plenamente normalizado, la Comisión 8M recalca la importancia de "visibilizar el trabajo de cuidados" que desempeñan las mujeres diariamente. La herramienta para ello, señala, pasa por "sacarlo al espacio público, a las plazas, a las calles, socializar y tratar que todo ello suponga una descarga para las mujeres".

¿Una huelga de cuidados?

La idea de una huelga de cuidados puede resultar inusual pero la manera en que se articula es teóricamente sencilla –muchas mujeres, en la práctica, no podrán parar–. La Comisión 8M de Madrid propone a las mujeres que quieran y puedan parar el trabajo doméstico que hablen con las personas de su entorno "sobre cómo distribuir el trabajo de cuidados y doméstico de forma equitativa".

El planteamiento consiste en "organizar el cuidado colectivo de las y los pequeños", pero también de los mayores y del trabajo doméstico, de forma que las mujeres no tengan que encargarse de llevar a los niños al colegio, responsabilizarse de limpiar, cuidar a los nietos, lavar, tender, planchar o preparar la comida para otras personas.

La Comisión 8M de Granada explica que el hecho de que las mujeres asuman tareas de forma gratuita o precaria, "casi en solitario y sin que se reconozca su importancia", es una realidad que demanda un cambio urgente. "El tiempo que requiere y el bienestar que proporciona" el trabajo doméstico y de cuidados "merece respeto y reconocimiento social", reivindican las feministas andaluzas. "El mercado laboral tiene que adaptarse al tiempo de cuidados" y cuando éste sea realizado de forma profesional "debe tener un salario y unas condiciones laborales dignas".

La carga que supone este trabajo para las mujeres evidencia la necesidad de una corresponsabilidad real y de unos recursos públicos accesibles. "Si los hombres valoraran y realizaran las tareas de cuidados" y por otro lado "el Estado proporcionara los servicios de cuidado públicos y de calidad necesarios", las mujeres tendrían tiempo para sus "aficiones, vida social, formación o trabajo fuera de casa", exponen.

Justa Montero, miembro de la Comisión 8M, explica en conversación con infoLibre que la huelga busca que las mujeres dejen de realizar los trabajos de cuidados que realizan cotidianamente, "desde que se levantan hasta que se acuestan", y que implican las tareas diarias de mantenimiento y el trabajo de cuidados de personas dependientes. No obstante, matiza, las mujeres hacen huelga "pero los cuidados siguen" y es ahí "donde la participación de los hombres es fundamental" y se basa en "cubrir aspectos esenciales para la vida cotidiana y que ese día las mujeres no pueden realizar".

La huelga que se plantea para el próximo jueves, admite Montero, es "totalmente novedosa y por eso va a ser algo histórico". No se ha hecho antes, sostiene, precisamente "como consecuencia de la invisibilidad que tienen los cuidados". A su juicio, el éxito lo ha consolidado la propia trayectoria. "Se está discutiendo, en los barrios ya hay iniciativas sobre cómo organizarlo, en las casas el debate está sobre la mesa, y eso es un éxito muy importante". La otra cara de la moneda, agrega, "es que el día 9 tendremos que plantear que sí existe otra forma de organizarse y darle continuidad".

Iniciativas de apoyo

Las organizadoras, conscientes de lo anómalo de la convocatoria, tratan de cubrir todos los aspectos de la huelga a través de iniciativas colectivas que remienden los posibles flecos sueltos y acciones simbólicas que den visibilidad a la huelga.

La Comisión 8M de Madrid se encuentra ultimando la puesta en marcha de lugares públicos que sirvan de comedores y guarderías "donde los cuidados se ejerzan de manera colectiva". El centro social madrileño La Ingobernable, por ejemplo, se convertirá en punto de cuidados. El centro "estará disponible para todo lo relacionado con la huelga feminista antes, durante y después del 8M", señalan las activistas. Por ello, se convertirá en "uno de los muchos puntos de cuidados gestionados por hombres para apoyar que todas las mujeres puedan efectivamente realizar la huelga".

La Ingobernable preparará desayunos desde las 7:00 horas hasta las 12:00, comidas desde las 14:00 hasta las 17:00 y cafés todo el día, con el fin de que las mujeres en huelga puedan disfrutar de estos servicios. También ofrecerán cuidados de pequeños entre cuatro y doce años, o atención a mayores y dependientes cuyas cuidadoras hagan huelga, a través de este formulario. El centro contará con servicio de almacenaje y enfermería para cuestiones de carácter poco urgente o leve.

En Villaverde (Madrid) también se organiza un espacio de cuidados gestionado entre la CNT y la escuela La Tribu, que estará además acompañado por un comedor popular abierto durante toda la jornada, mientras que en Carabanchel (Madrid) se hará lo propio en el espacio El Eko.

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La misma dinámica se reproduce en otros territorios como Gandia (València). Entre las 16:30 y las 18:30, el Casal Popular El Cabasset se convertirá en un espacio de cuidados formado por un "grupo de hombres adultos, feministas y respetuosos" que "cuidarán de tus hijos" y que llevarán a cabo actividades y talleres lúdicos.

En Valladolid, la comisión territorial también está organizando estrategias de cuidados mediante dos fórmulas distintas. Alba forma parte de la comisión y explica en conversación con infoLibre cómo lo están gestionando en la ciudad. "Por un lado estamos planteando llevar los cuidados a una plaza en la que montaremos una carpa para reflexionar, cuidarnos y comer", de forma que se logre "sacar los cuidados del ámbito privado". Se trata, dice la activista, de "cuidar en colectivo y reflexionar sobre los cuidados en lo cotidiano". Por otro lado, existen mujeres que "no quieren cuidar", de modo que "delegarán en compañeros", en cuyo caso será necesario "que los hombres hagan huelga laboral y de consumo". Los hombres que se han prestado a asumir los cuidados en el territorio han organizado espacios por toda la ciudad y en un horario continuo de 8:00 de la mañana a 22:00 de la noche. "Entendemos que es fundamental que exista una red de apoyo que se encargue de llevar a cabo esas tareas que están invisibilizadas pero que son más que necesarias para que lo público, lo visible, la lucha en la calle se pueda llevar a cabo", dicen.

Pese al llamamiento, las organizadoras entienden que hay una serie de cuidados imprescindibles que no podrán parar. "Si eres cuidadora y no puedes abandonar tu puesto de trabajo, puedes mostrar tu apoyo a la huelga colgando tu delantal en la ventana", propone la comisión. El mandil es de hecho el símbolo por excelencia en la huelga de cuidados. Este sábado la comisión territorial de León ha organizado un taller de elaboración de mandiles como muestra de apoyo a la huelga, mientras que en Vigo el propio jueves 8 de marzo se ha convocado una concentración a las 12:00 horas para tirar "un montón de mandiles como símbolo" de que las mujeres no quieren ser "criadas de nadie, sino libres para decidir la vida" que quieran tener.

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