28F: Día de Andalucía
La sanidad se convierte en el primer gran agujero de Juanma Moreno en Andalucía
Incluso los mayores detractores de Juan Manuel Moreno reconocen su transformación: de casi un donnadie cuando llegó a dedo al liderazgo del PP andaluz y andaba medio solo por los pasillos del Parlamento al presidente de hoy, que no hay semana en la que no se dé un baño de multitudes o una escena de calor popular. Hay vídeos para todos los gustos: cánticos a "Juanma" en la calle, señoras que abrazan a "Juanma" –con arrobo, con auténtica emoción–, paseantes que piropean a "Juanma"... Así que incluso los más acérrimos detractores del presidente reconocen que está "en estado de gracia" o en situación de "luna de miel", en palabras de un responsable socialista, que opina que Moreno se beneficia de un trato privilegiado de la mayoría de los medios, sobre todo Canal Sur, pero no se molesta en negar que hoy día es la figura central de la política andaluza.
Sí, el panorama de la oposición andaluza es sombrío. Sin embargo, esta semana, por primera vez desde la mayoría absoluta conquistada en junio, ha podido pasar a la ofensiva. Voces en el PSOE y Por Andalucía –la coalición de IU, Podemos, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz– consultadas por infoLibre coinciden en que los déficits sanitarios en Andalucía, sumados al desvelamiento de los planes del Gobierno andaluz para acelerar la privatización de elementos del sistema público, están poniendo en problemas a Moreno. "Se puede decir con seguridad que tiene un frente abierto. No podemos saber aún cómo de grande es, o cuánto está llegando a la gente, pero el frente está ahí", afirma un cuadro provincial del PSOE, que destaca que ha visto "por primera vez nervioso" a Moreno en el pleno del Parlamento andaluz de esta semana y que se felicita por que, tenga el efecto que tenga la situación en el PP, al menos en las filas socialistas es visto como "un punto de partida".
Un goteo de protestas
La sanidad es ahora mismo el principal espacio de agitación social en Andalucía. El Gobierno andaluz logró desactivar una huelga del Sindicato Médico, pero CCOO, UGT y CSIF siguen con las movilizaciones, centradas en la saturación de la atención primaria. Aunque en noviembre hubo protestas de miles de personas en Sevilla, Granada, Cádiz y Algeciras, no puede hablarse de manifestaciones como las de Madrid, pero sí de un goteo de convocatorias con impulso sindical o de las mareas blancas. El malestar de los profesionales no se apaga. Y hay síntomas de hartazgo también entre los usuarios. En el último barómetro sanitario del CIS, Andalucía recibe una nota de satisfacción de 5,89 puntos, cayendo al último puesto, que antes ocupaba Canarias.
Andalucía sigue ocupando una posición de desventaja comparativa en cuanto a listas de espera a pesar del incremento de las derivaciones. La comunidad del sur tiene 110,45 pacientes en la cola del especialista por cada 1.000 habitantes, más que ninguna otra y 31,15 por encima del conjunto del país (79,3). El tiempo medio de espera es de 107 días, frente a 79 en toda España. En cuanto a la lista de espera quirúrgica, tiene 16,64 pacientes por cada 1.000 habitantes, levemente peor que el total: 16,09. El tiempo medio de espera es de 110 días, algo menos que el dato global (113).
De momento no parece haber un clima como el de la última legislatura del PSOE, con Susana Díaz, cuando Granada estalló en manifestaciones que tuvieron como detonante un plan de reordenación sanitaria pero acabaron expresando un malestar larvado por otros problemas y también en otras provincias. No obstante, sí ha habido expresiones de indignación social que pueden calificarse, si no de multitudinarias, sí de significativas. Este mismo viernes en Huelva se manifestaron unas 4.000 personas, según la Policía Nacional, para reivindicar una unidad de ictus "completa", después de conocerse recortes en este servicio que la dejaban sin neurólogo de guardia varios días al mes. Es el tipo de carencia que puede costar una vida. Se mezclan en la reivindicación sensaciones de agravio que aquejan a Huelva, pero también a otras capitales como Almería, Jaén o Granada.
La Consejería de Salud (PP) se ha apresurado a "garantizar" por carta al alcalde de Huelva, del PSOE, que habrá funcionamiento de la unidad en todo momento, guardias incluidas. Un responsable de Por Andalucía cree que es posible que el Gobierno andaluz desactive esta protesta, pero señala: "Hoy es la unidad de ictus en Huelva, mañana será otra cosa. El problema de Moreno es que ha destacado demasiado con bajadas de impuestos a los ricos y la gente se acuerdo de eso cuando falla la sanidad".
Una campaña centrada en la sanidad
La oposición está en plena ofensiva. El pleno del Parlamento esta semana ha estado centrado en una orden que prevé externalizar servicios de atención primaria, tarifados a 65 euros la consulta. La consejera, Catalina García (PP), insiste en que sería una medida excepcional. Tanto PSOE como Por Andalucía y Adelante Andalucía han cogido el bocado y no lo sueltan. Reclaman al unísono la retirada de la orden. El Gobierno andaluz no retira la orden, pero tampoco consigue explicar por qué se establecen por primera vez tarifas para las consultas de atención primaria si no hay voluntad de privatizarlas.
El mensaje de la oposición es coincidente en lo esencial: Moreno está desmontando la sanidad para venderla a beneficio de unos pocos. Tanto desde el PSOE como desde Por Andalucía señalan que la sanidad va a ser un elemento central de la campaña electoral del 28 de mayo, a pesar de que en Andalucía habrá sólo municipales y los ayuntamientos no tienen la competencia. "La competencia no es lo importante. Esto es lo que preocupa a la gente y lo que nos permite presentarle a la gente nuestro proyecto", dice un dirigente de Por Andalucía, que afirma que ha detectado "una misma preocupación" con la sanidad "en la Sierra de Cádiz y en el Valle del Almanzora".
Un candidato socialista local coincide en que, de todos los temas no estrictamente municipales, la sanidad es el que más puede interesar al PSOE, si bien se muestra escéptico sobre su alcance electoral. A su juicio, la mejor prueba de que el PP "se ve fuerte y ve fuerte a Moreno" es que no teme dejar en segundo plano los temas locales y llevar el debate a la escala autonómica y local. Es más, el presidente se está implicando en la precampaña, enfatizando el apoyo a candidatos a su medida en plazas como Cádiz o Granada, entre otras.
¿Andalucía "imparable"?
Los que conocen las relaciones entre sanidad pública y privada suelen señalar que la "privatización de la atención primaria" de la que alerta la oposición no es una hipótesis demasiado creíble. Si se pretende impulsar el negocio en la sanidad, lo más fácil es debilitar la atención primaria, no privatizarla. No obstante, la orden privatizadora de la Junta tiene alto valor político porque se inserta en un historial de medidas que favorecen los intereses privados en el sistema público por parte del PP y del propio Moreno. En los partidos de oposición existe el convencimiento de que ha calado la idea de un Moreno afín a la sanidad privada. "Eso no le pasará factura si la sanidad va bien. Pero lo cierto es que hay problemas y es de temer que haya más", señalan desde Por Andalucía.
Los partidos de la oposición señalan que el debate sobre la privatización sanitaria permite aproximar a Moreno a Isabel Díaz Ayuso, algo facilitado por el énfasis del presidente en sus bajadas de impuestos a la minoría con más recursos. El recurso de la Junta al impuesto contra las grandes fortunas mientras los periódicos locales sacan noticias sobre movilizaciones sanitarias saca a Moreno de la posición presidencialista, moderada y casi andalucista que le ha permitido adueñarse de la centralidad de la política andaluza, ocupando en lugar histórico del PSOE. Así al menos lo ve un cargo local socialista, consciente de que es difícil "bajar del pedestal" a quien que se reserva los "grandes anuncios" –como los reconocimientos de "hijo Predilecto" a mitos populares como David Bisbal y Lola Flores, esta a título póstumo; o la entrega de los Grammy latinos en la comunidad– y que "no deja de emitir propaganda".
Un dirigente de Por Andalucía admite que Moreno ha sabido "montar una narrativa" que conecta con un deseo de mejora de la comunidad y que se beneficia de una "subjetividad optimista" que paradójicamente no ha sabido capitalizar quien a su juicio ha permitido que se den las condiciones para que exista, que es el Gobierno de España con sus políticas de "escudo social". Este dirigente cree que el Gobierno andaluz, a pesar de que los datos están lejos de la propaganda, no va a abandonar su insistencia en que la comunidad ha despegado económicamente hasta el punto que compite ya con Madrid y Cataluña. Moreno ha llegado a hablar de "la Baviera del sur". Esta semana el portavoz del Ejecutivo, Ramón Fernández-Pacheco, dijo que Andalucía llegaba "imparable" al 28F.
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"Imparable" no es un adjetivo cualquiera en la política andaluza. Es el que hace ahora algo más de veinte años lanzó Gaspar Zarrías, entonces mano derecha de Manuel Chaves, cuando una Andalucía montada en la fiesta del ladrillo vio bajar a niveles históricos su desempleo y soñó con alcanzar al fin la soñada convergencia. La brutalidad del golpe infligido por la crisis convirtió la "Andalucía imparable" casi en una parodia. Hoy el PP recupera el término, que usa sin complejos a pesar de que la convergencia con España sigue sin llegar y de hecho Andalucía regresó en 2021 al último lugar en PIB per cápita.
Un responsable socialista lamenta que "la propaganda de Moreno" siga "blindada" a pesar de los datos, pero afirma que ahora toca "sembrar" para quizás "recoger en el futuro", cuando el PSOE haya recuperado algo de la capacidad de marcar la agenda que ahora –admite– ha perdido. Ahí hay que entender también el refuerzo del propio Gobierno de España a la acción de oposición de Juan Espadas. La sevillana María Jesús Montero, consejera de Hacienda, ha buscado el choque con Moreno al exigirle públicamente que "se ponga las pilas" con la ejecución de fondos europeos –después de que la Cámara de Cuentas haya detectado una gestión poco eficaz en Andalucía–, recordándole además que la región se está quedando "atrás" en "crecimiento y convergencia".
En la misma comparecencia, Montero le pidió a Moreno que renuncie a "privatizar la sanidad", un elemento que no falta en ninguna comparecencia de responsables de la izquierda.