El Gobierno tira hacia adelante. Y no tiene los votos. En el Palacio de La Moncloa la orden es clara: se va a presentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado a pesar de que la mayoría en las Cortes parece muy complicada. Y el gran reto del curso político del PSOE y de Sumar es tratar de convencer a los socios de investidura.
El primer test estará en el techo de gasto, que el Gobierno ha remitido otra vez a las Cortes después de que en julio lo tumbaran el Partido Popular y Junts. Las cifras de la senda son las mismas y la coalición apela a que el proyecto permite una mayor holgura económica a las comunidades y a los ayuntamientos. Ponen en el foco al Partido Popular, pero la verdadera llave la volverá a tener la formación de Carles Puigdemont.
Pero si no sale, el Gobierno no se va a rendir, y presentará unas cuentas públicas con los anteriores objetivos de estabilidad. En el Gobierno son conscientes de las dificultades para rearmar el bloque de investidura y para ello se han elegido a dos miembros para pilotar en primera persona y de manera conjunta las conversaciones con los socios: la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
Así lo apuntan fuentes gubernamentales a infoLibre respecto a la negociación compleja que arrancará próximamente. Esto supone un modelo de negociación de las cuentas con la presencia de los dos socios a la vez, algo que no se había producido hasta ahora. Y se repite la fórmula ensayada con las conversaciones para el plan de regeneración democrática, donde han estado trabajando codo con codo Urtasun, por parte de Sumar, y Félix Bolaños, el ministro del ala socialista encargado de los asuntos de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes. Los dos siguen armando ese paquete, que, según fuentes del Gobierno, se materializará “pronto”.
Pendientes de Junts
En el PSOE y Sumar saben que se tienen que aplicar mucho para sacar también las próximas cuentas. En especial se mira a Junts. Fuentes del Gobierno remarcan el “hermetismo” que domina ahora al espacio posconvergente, que celebrará en Calella (Barcelona) en octubre su congreso para redefinir su estrategia. La sensación, según confiesan varios ministros, es que ese partido es “imprevisible”. “Depende de cada día y de cómo esté el mar”, expresa una ministra sobre cómo ve a los independentistas. Otro miembro del Ejecutivo confía en que en Junts prime el alma que quiere negociar con la coalición en Madrid: “Hay muchos dentro del partido que no quieren perder ese privilegio. No les quedaría nada… no tienen influencia en la Generalitat y sólo poseen como gran ayuntamiento el de San Cugat”.
La negociación tendrá varios niveles. El primer paso sigue siendo el propio acuerdo interno entre los socialistas y el ala de Sumar, que tiene previsto en breve, también por primera vez, hacer público un documento con todas las propuestas que están sobre la mesa. Nadie duda de que se llegará a un pacto interno, pero existen varios campos de batalla. Los de Yolanda Díaz presionan para dar pasos hacia una renta universal por hijo, una pelea que lleva dando ya meses el ministro Pablo Bustinduy, y por incluir medidas concretas para el acceso a la vivienda. En la parte del PSOE se insiste en que hay que ceñirse al acuerdo de Gobierno. También se prevé una profunda discusión en materia impositiva, aunque la idea, según avanzó ya el presidente, es que se incluyan más impuestos para los más ricos.
En el Ejecutivo todavía no le ponen fecha a la aprobación del proyecto de presupuestos por parte del Consejo de Ministros, aunque indican que quieren llevarlo “lo antes posible”. En la posterior tramitación se producirán de manera paralela el citado congreso de Junts y el Esquerra Republicana. Fuentes del Gobierno indican que, a pesar de la importancia vital de esos cónclaves, no se va a esperar a ellos para negociar. “Lo haremos antes, durante y después”, emiten desde el Palacio de La Moncloa.
El sudoku de los grupos
Montero y Urtasun se remangarán, además de los equipos técnicos, para lograr armar esa mayoría. También señalan que tienen que cuidar mucho al PNV, que durante la pasada legislatura se quejó de la falta de atención (un toque que ha dado también con el nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España). La situación se complica ahora con Coalición Canaria, que ha virado en las últimas semanas y hace piña con el PP en el tema migratorio a pesar de que Alberto Núñez Feijóo tumbó en el Congreso el pacto de los nacionalistas canarios con el Ejecutivo central para reformar la Ley de Extranjería. En el Gobierno hacen este análisis: “Hay una gran decepción con Fernando Clavijo. Cree que le viene bien hacerse la víctima y, además, piensa que la legislatura de Pedro Sánchez no va a durar mucho más”.
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También estos presupuestos tienen como novedad que son los primeros a negociar de la coalición sin Podemos dentro del Ejecutivo. Los de Ione Belarra ya han dejado claro que van a poner mucho énfasis en temas de vivienda y han dado un aviso al PSOE y a Sumar de que van a analizar coma a coma y no piensan dar su voto para ningún tipo de recortes. Otro factor es que está fuera del grupo socialista ya el exministro José Luis Ábalos, cuyo apoyo también es imprescindible. Desde Ferraz indican que van a presentar medidas progresistas, por lo que el anterior secretario de Organización no podrá negarse a apoyarlos.
Aunque la negociación la lleven Montero y Urtasun, estarán muy pendiente de ella, según las fuentes del Gobierno, tanto el presidente, Pedro Sánchez, como la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Si se estancaran las conversaciones, los dos cogerán el teléfono para hablar con líderes de los partidos para tratar el sí a la cuentas.
A pesar de la convicción de llevar las cuentas a las Cortes, en el PSOE y en Sumar tienen en mente un escenario en el que no salga ese proyecto de ley. “Lo importante es que se retraten todos los partidos”, indica uno de los ministros con más peso del Ejecutivo. Además, se remarca desde La Moncloa que no hay intención de adelantar las elecciones si se encuentran con el voto negativo de la Cámara Baja. “Hay Gobierno para largo”, ya advirtió el presidente del Gobierno tanto en el acto de arranque de curso político en el Instituto Cervantes como en su discurso ante el Comité Federal de su partido el pasado sábado. Fuentes del Ejecutivo indican: “Los anteriores presupuestos eran muy expansivos, no habría problemas”. Lo que sí reconocen varios miembros del Gobierno es que se deben emplear también en una labor muy pedagógica y explicativa de la acción del Ejecutivo, de lo que significan las cuentas públicas y quiénes podrían tumbarlos.
El Gobierno tira hacia adelante. Y no tiene los votos. En el Palacio de La Moncloa la orden es clara: se va a presentar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado a pesar de que la mayoría en las Cortes parece muy complicada. Y el gran reto del curso político del PSOE y de Sumar es tratar de convencer a los socios de investidura.