2D | Elecciones en Andalucía
PP y Cs se resisten a descartar un pacto con Vox si dan los números para tumbar a Díaz
Ni el candidato del PP, Juan Manuel Moreno, ni el de Ciudadanos, Juan Marín, aclararon si se apoyarían en Voxpara apear al PSOE del Gobierno andaluz. Este lunes, en el segundo y último debate electoral de cara a las elecciones autonómicas del 2 de diciembre, tanto Moreno como Marín evitaron dar respuesta a la reiterada pregunta de la candidata socialista, Susana Díaz, de si pactarían con la formación de ultraderecha, que según diversas encuestas podría entrar en el Parlamento. Todos los sondeos auguran que la suma de los dos partidos de derechas con representación será insuficiente para gobernar. Si las encuestas no se equivocan, la única opción de un gobierno conservador pasaría por una abstención o apoyo de Adelante Andalucía que no se va a producir. Teresa Rodríguez, candidata de la candidatura de confluencia de izquierdas, reclamó este lunes el voto para su formación para que la "salida" del "Gobierno agotado y falto de ideas" del PSOE "no sea por la derecha"."Esta tierra es resistente a las derechas y nosotros vamos a ser una barrera clara a las derechas", solemnizó Rodríguez en su primera intervención.
Las encuestas apuntan a que Adelante Andalucía, que agrupa a Podemos, IU y dos pequeños partidos andalucistas, recorre una curva ascendente, será clave tras las elecciones, podría incluso ser segunda fuerza y tendrá en su mano la llave de la gobernabilidad. Rodríguez y Antonio Maíllo, líder de IU, han garantizado que no gobernarán con Díaz, pero no han descartado el apoyo a la investidura, como sí han hecho los candidatos tanto del PP como Cs. Díaz trató de aprovechar el clima de incertidumbre para pedir el voto contra un posible "bloqueo".
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"Aspiro a una mayoría para seguir gobernando en solitario", señaló Díaz, que afirmó que si gana las elecciones –como apuntan todas las encuestas, aunque con un retroceso con respecto a 2015– llamará a los tres líderes de la oposición para pedirles que no haya "bloqueo". La candidata del PSOE, presidenta desde 2013, también preguntó al PP y a Ciudadanos si se apoyarían en Vox para gobernar. A Teresa Rodríguez intentó presentarla como una candidata ingenua por sus propuestas en el terreno social, que incluyen fuertes incrementos de la inversión. "Ponga los pies en el suelo, que esto no es Juego de tronos", le dijo, en referencia una campaña en redes de Adelante a Andalucía sobre la popular serie. Rodríguez le respondió a Díaz que era Cersei Lannister, la villana de la historia, por dar "un golpe de Estado en su partido". Golpes de efecto que darán mucho juego en campaña,donde los gestos pesan más que los datos. A pesar del choque entre Díaz y Rodríguez, volvieron a mantener los puentes en pie. No llegó –por decirlo con la expresión coloquial– la sangre al río, al igual que en el primer debate, aunque sí protagonizaron varias refriegas en torno a corrupción y modelo territorial.
Los líderes del PP y Cs volvieron a chocar aparatosamente, en especial por unas declaraciones de Moreno en las que se refirió a Marín como "perro de compañía" de Díaz. No obstante, ambos siguen reconociéndose como socios el uno al otro. Si suman –cosa que no augura ningún sondeo–, se aliarán. "Se detestan. En cambio, se ponen de acuerdo para ir contra el Partido Socialista", afirmó Díaz, que le dijo a Marín (Cs), recordándole su pacto de legislatura desde 2015: "Tres años y medio a mi vera y ahora soy lo peor". Los tres partidos de la oposición cargaron las tintas contra Díaz por los casos de corrupción que han aquejado al PSOE andaluz, especialmente los ERE y las Faffe.
El esquema del debate fue el mismo que el primero, perfilándose claras complicidades en bloques de izquierda y derecha, a pesar de los roces. El tono fue más duro que hace siete días. Agrio fue el último bloque, sobre modelo territorial, que se centró especialmente en la crisis política catalana. Se repitió el ataque de PP y Ciudadanos contra Díaz, a la que acusan de complicidad con Pedro Sánchez en sus tratos con el independentismo catalán. La presidenta, que insistió en su compromiso con la unidad de España, chocó con Teresa Rodríguez por la inclusión en el programa de Adelante Andalucía de una alusión al "derecho a decidir". Rodríguez hizo una defensa de los "derechos históricos" de Andalucía en el marco de un "proceso constituyente" para todo el Estado.