"Esta medida llega tarde y creo que el actual Ayuntamiento de Madrid merece poca credibilidad en términos de aplicación. Es curioso que se apruebe el plan pocos meses antes del inicio de la campaña electoral". Así de categórico se muestra Juan López de Uralde, coportavoz de Equo, al ser preguntado sobre el protocolo de medidas para episodios de alta contaminación que fue aprobado en Junta de Gobierno a principios de febrero y que entrará en vigor el próximo 1 de marzo. Este plan –no es la primera vez que se hacen anuncios de este tipo– obligará a restringir la circulación de vehículos en la ciudad a partir del segundo día en el que se superen en el aire madrileño ciertos niveles de concentración de dióxido de nitrógeno (NO), un gas contaminante causante de fenómenos como la lluvia ácida, entre otros, y "muy dañino para la salud", según recalca Uralde.
Fuentes del PP admiten que la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales actúa como elemento de presión a la hora de exteriorizar este tipo de iniciativas. No obstante, cruzan los dedos para que las lluvias de estos últimos días hayan servido para mejorar los indicadores de contaminación. Los conservadores reconocen que están ante una doble presión. Asociaciones ecologistas y oposición urgen a que se respete la normativa europea en esta materia. Pero están convencidos de que un sector de su electorado no comparte este tipo de restricciones. Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, presentó este plan como una forma de prevención. "La ciudad de Madrid no ha tenido nunca una situación de alerta por contaminación, según la directiva de la Unión Europea, y las situaciones en las que se han dado episodios de elevados niveles de concentración de dióxido de nitrógeno son muy esporádicas", aseguró en rueda de prensa.
Sin embargo, el problema de la contaminación del aire en la capital es un hecho. Ecologistas en Acción ya denunció, a principios de enero, que "sólo en los doce primeros días de 2015, seis estaciones de medición de Madrid superaron ya el límite legal permitido por la legislación europea para todo un año, incumpliendo así la normativa por sexto año consecutivo". En el comunicado remitido a los medios de comunicación, la asociación ecologista apuntó que "en todo el año 2014 hubo 6 estaciones que rebasaron el límite horario de dióxido de nitrógeno en 18 o más ocasiones". "Esto supone un repunte significativo respecto a los registros de los dos años anteriores, en los que sólo 3 excedieron el número de superaciones permitidas al año", establecidas desde 2010, según la normativa europea de calidad del aire, en 200 microgramos por metro cúbico de NO que no deben exceder 18 horas al año.
El candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, también dejó claro el mes pasado la preocupación que le genera el tema de la contaminación. El socialista aseguró que, en caso de llegar a la Alcaldía de la capital, prohibirá la circulación de vehículos de gasóleo en 2020.
Mientras IU y UPyD han coindicido en demandar el abaratamiento del transporte público y el fomento del uso de la bicicleta. "Es inconcebible que hoy llegue a ser más barato llenar el depósito del coche que el Abono Transportes mensual”, sostuvo David Ortega (UPyD) días antes del anuncio del protocolo por parte del equipo de la sucesora de Alberto Ruiz-Gallardón al frente del Ayuntamiento.
Las características del plan
El protocolo impulsado desde el Consistorio fija tres niveles de actuación: preaviso –cuando en dos estaciones de medición situadas en una misma zona se superen los 200 microgramos por metro cúbico durante dos horas consecutivas–, aviso –cuando en dos estaciones de un mismo área se superen los 250 microgramos durante dos horas consecutivas– y alerta, que queda establecido de acuerdo con los límites acordados por el Consejo de Europa –cuando se sobrepasen los 400 microgramos durante tres horas consecutivas en tres estaciones de una misma zona–.
Con los límites recogidos en el plan, el Ayuntamiento detalla cuatro posibles escenarios y las medidas a adoptar en cada uno de ellos. El primer día con preaviso no se tomará ninguna. A partir del segundo día consecutivo con esta situación o el primer día con nivel de aviso, se limitará la velocidad a 70 kilómetros por hora en la M-30 y en las carreteras de acceso a la capital, además de informar a la población. El tercer día de preaviso o el segundo día consecutivo de aviso, se sumarán a las actuaciones anteriores la prohibición de estacionar vehículos en la zona regulada con parquímetros a todos aquellos que no sean residentes. A partir del tercer día consecutivo de aviso, se restringirá la circulación en el interior de la almendra central de la mitad de los automóviles, en función de si el último número de la matrícula es par o impar, y de los taxis vacíos. Finalmente, ante un escenario de alerta, la restricción se ampliará a la M-30.
"Hay que tener en cuenta, en primer lugar, si estas medidas va a aplicarlas alguna vez el equipo de Gobierno local, porque todo esto ya se propuso en julio del año pasado pero no se llevaron a cabo durante los meses de octubre y enero, cuando las emisiones de NO aumentaron hasta alcanzar picos que superaban con creces los límites legales establecidos", asegura a infoLibre Mariano González, responsable del área de Transportes de Ecologistas en Acción, que añade a renglón seguido que "lo que se plantea está diseñado para no tener que aplicarlo nunca".
En la misma línea se pronuncia el coportavoz de Equo. Uralde denuncia, en declaraciones a este diario, la "inacción del Consistorio en la cuestión de la contaminación" y apunta que "lo que está forzando al Ayuntamiento a mover ficha son las denuncias desde Europa". "Es una medida de cara a la galería, completamente electoralista", argumenta.
Es el mismo adjetivo al que recurrió Raquel López, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid cuando Botella anunció este protocolo. La explicación que dio López a este cambio de actitud fue la "cercanía de las elecciones". A su juicio, esto llevó a Botella a pensar en otros métodos para combatir la contaminación más allá de "esperar a que llueva".
Necesidad de "medidas preventivas"
Tanto Uralde como González coinciden en no limitarse a aplicar una serie de actuaciones sólo cuando se hayan alcanzado picos importantes de contaminantes en el aire de la capital. Ambos señalan la necesidad de impulsar acciones con carácter preventivo para evitar que se sobrepasen estas cantidades de dióxido de nitrógeno en el ambiente. "Lo que se plantea se aplicaría en los tramos finales del episodio de crisis, algo que aunque reducirá la emisión de estos gases no tendrá efecto una vez que la 'boina' ya esté instalada sobre la capital", explica el portavoz de Ecologistas en Acción.
Uralde, por su parte, apostilla que "no basta con actuar sólo cuando se alcanzan cotas alarmantes", sino que hay que actuar con "medidas de prevención que impidan llegar a esta situación". "Con todo esto, considero que la limitación de vehículos es acertada en los días de alta contaminación, pero insuficiente", detalla.
En este sentido, el responsable de transportes de la confederación ecologista apuesta por "quitar espacio al coche", aplicando medidas a largo plazo. "Reducir carriles, desminuir el número de aparcamientos... Hay muchas medidas que se podrían establecer en este sentido. Por ejemplo, impulsar el desarrollo de más carriles bus-VAO que podrían incentivar el uso del transporte público en lugar de construir radiales, que han sido una completa ruina económica", explica González a infoLibre. Además, el portavoz de Ecologistas en Acción añade que "también sería necesario reducir el tráfico en la almendra central de Madrid, pero en ese caso la frecuencia y la calidad del Metro o las líneas de autobús debería mejorar". La promoción del transporte público los días en los que se active el protocolo es un aspecto que el Ayuntamiento de Madrid no detalla explícitamente en el plan, por lo que todavía no se sabe si se impulsará reduciendo el precio del billete o asegurando la gratuidad, medida que ya se ha utilizado en algunas ciudadades europeas.
Equo ya propuso un decálogo de propuestas destinadas a mejorar la calidad del aire madrileño: restricción del uso de vehículo privado; reducciones de espacio en la calzada, de carriles de circulación, bandas de aparcamiento y de vehículos oficiales; promover autobuses menos contaminantes; exclusión de camiones, autobuses y vehículos todoterreno de la almendra central; o el apoyo a la extensión de la bicicleta en Madrid son algunas de las medidas planteadas desde el partido ecologista.
"La concienciación es clave"
Uralde y González tienen una posición común sobre la importancia que tiene una sociedad concienciada en este sentido. "Este aspecto, sobre todo cuando se pretenden establecer acciones de este tipo, es fundamental. En España, la respuesta de la ciudadanía ante el problema de la contaminación es muy reducida", explica el coportavoz de Equo, que añade que "hay que conseguir superar el rechazo ciudadano hacia estas alternativas".
"Sin pedagogía previa, es muy difícil que todas estas medidas se respeten de un día para otro", señala el portavoz de Transportes de Ecologistas en Acción, que cree que "podría llevarse a cabo, pero no con un control exhaustivo". "Ya pasa en España con el día sin coche, que apenas hay información y a la gente no le consta que exista", sentencia González.
Según un comunicado de la confederación ecologista, que cita datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, mueren prematuramente al año 450.000 personas en la Unión Europea por respirar aire contaminado, 27.000 de ellas en España. El nuevo protocolo tendrá el objetivo, a partir del próximo 1 de marzo, de hacer frente a "esta amenaza", tal y como la califican Uralde y González.
"Esta medida llega tarde y creo que el actual Ayuntamiento de Madrid merece poca credibilidad en términos de aplicación. Es curioso que se apruebe el plan pocos meses antes del inicio de la campaña electoral". Así de categórico se muestra Juan López de Uralde, coportavoz de Equo, al ser preguntado sobre el protocolo de medidas para episodios de alta contaminación que fue aprobado en Junta de Gobierno a principios de febrero y que entrará en vigor el próximo 1 de marzo. Este plan –no es la primera vez que se hacen anuncios de este tipo– obligará a restringir la circulación de vehículos en la ciudad a partir del segundo día en el que se superen en el aire madrileño ciertos niveles de concentración de dióxido de nitrógeno (NO), un gas contaminante causante de fenómenos como la lluvia ácida, entre otros, y "muy dañino para la salud", según recalca Uralde.