La legislatura, bloqueada
Sánchez recurre a Esquerra y al PNV para elevar la presión sobre Iglesias
El PSOE vela armas a la espera del resultado de la reunión que su comisión negociadora, encabezada por la vicepresidenta, Carmen Calvo, celebrará este jueves por la tarde con sus homólogos de Unidas Podemos. A estas alturas del desencuentro entre ambas formaciones y a pesar de las buenas palabras que transmiten en sus declaraciones públicas es muy difícil encontrar optimismo en las filas socialistas: en la sede de la calle Ferraz y en el Palacio de la Moncloa son mayoría quienes creen que Pablo Iglesias no va a renunciar a su exigencia de un Gobierno de coalición, algo que Pedro Sánchez se niega a aceptar y que, de confirmarse, conducirá automáticamente a la repetición de las elecciones.
El de esta tarde será el primer encuentro que celebren PSOE y Unidas Podemos desde el que mantuvieron el pasado 24 de julio, apenas unas horas antes de la votación de investidura en la que la que el Congreso rechazó la reelección de Sánchez como presidente. Han pasado 43 días y ya sólo faltan 18 para alcanzar la fecha límite —el 23 de septiembre— que pondrá fin a la legislatura si no hay acuerdo.
En aquella ocasión, el candidato socialista no consiguió más votos a favor que en contra, como exige la Constitución para ser elegido en segunda votación. Se quedó muy lejos: a favor se alinearon únicamente el PSOE (123 escaños) y el único diputado regionalista cántabro. En contra, 155 parlamentarios: los de PP (66), Ciudadanos (57), Vox (24), Junts per Catalunya (4), UPN (2) y Coalición Canaria (2). La abstención sumó 67: los 42 de Unidas Podemos, los de Esquerra (14), PNV (6), EH Bildu (4) y el único de Compromís. Cuatro diputados —uno de ERC, su presidente Oriol Junqueras, y tres de JxCat, no pudieron votar porque están suspendidos de sus funciones por hallarse en prisión preventiva—.
La abstención de los minoritarios, especialmente la de ERC, deja toda la responsabilidad en manos de Unidas Podemos. De ahí que el PSOE haya decidido reunirse con ellos antes que con la formación morada: para hacer ver que lo que ocurra ahora —la investidura de Pedro Sánchez o la repetición de elecciones— depende de Pablo Iglesias.
Este mismo miércoles el PSOE programó encuentros con el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián; con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar; y con el máximo responsable del PRC, el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla —Sánchez ya se había reunido con la portavoz de Compromís, Mònica Oltra, a principios de agosto—. Todo con la intención de que, cuando las delegaciones del PSOE y de Unidas Podemos se sienten esta tarde a negociar, quede claro que todo depende del resultado de esta reunión.
La contribución de los minoritarios
El republicano Gabriel Rufián dejó claro este miércoles que Esquerra no ha cambiado de posición y que, si de ellos depende, habrá investidura. El portavoz de ERC criticó veladamente a Sánchez por creer que no se verá penalizado si se repiten elecciones y arremetió abiertamente contra Pablo Iglesias por sentirse “humillado porque no le dan un ministerio” cuando el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, permanece en prisión preventiva por su papel en el procés y aun así está dispuesto a abrir la puerta a la política y el diálogo.
Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, admitió este miércoles que cada día hay “más presión y urgencia” para tratar de sumar apoyos alrededor de Sánchez y aseguró que su partido está haciendo "todo lo posible" para que haya Gobierno. “Si todo el mundo pone de su parte, no va a haber ningún problema”, anticipó. “No va a ser el PNV el obstáculo para una investidura”. Exactamente el mismo planteamiento que hizo el presidente del partido, Andoni Ortuzar, después de reunirse durante dos horas con Pedro Sánchez en la sede del PSOE.
Esteban, no obstante, evitó situar toda la responsabilidad en Podemos o en el PSOE y se negó a pronunciarse a favor o en contra de un Gobierno de coalición. A su partido “le da igual”, remarcó.
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En la reunión de esta tarde el PSOE ofrecerá cambios en el programa político común, todos los mecanismos de control del acuerdo que Unidas Podemos exija y puestos de responsabilidad en las Administración, pero en ningún caso asientos en el Consejo de Ministros. La formación morada, a su vez, expondrá sus demandas programáticas e insistirá en que considera irrenunciable la formación de un Gobierno de coalición. Dos posiciones antagónicas e irreconciliables que, de no modificarse, anticipan un nuevo fracaso en las negociaciones que conducirá irremisiblemente a la convocatoria de nuevas elecciones.
Unidas Podemos considera insuficiente la oferta de puestos en la Administración anunciada el martes por Sánchez. Los socialistas tratan de seducir a la formación morada con puestos en organismos cuya elección depende del gobierno o en los que la combinación de votos del PSOE y de UP en el Congreso permite decidir nombramientos. Es el caso de la presidencia del CIS o la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia.
Las fuentes consultadas por infoLibre en ambas formaciones sostienen que ni Sánchez está dispuesto a dar marcha atrás —está convencido de que un Gobierno de coalición acabaría en desastre— ni Iglesias considera la posibilidad de renunciar a sus demandas —mantiene que estar en el Consejo de Ministros es la única manera de garantizar que el PSOE va a cumplir los acuerdos programáticos—. Tanto el líder del PSOE como el de Unidas Podemos han asumido, al menos de puertas adentro de sus respectivas organizaciones, que si el acuerdo no fragua en los términos que cada uno de ellos defiende, prefieren ir a una repetición de elecciones.