Igualdad
Los seis meses para cuidar, un paso decisivo para acabar con la penalización laboral de las madres
Seis meses para disfrutar de un permiso de maternidad o paternidad. Es la nueva promesa del Gobierno en materia de conciliación, un compromiso abanderado por la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. El anuncio llegó este miércoles y el objetivo pasa por extender los permisos en el marco de una nueva Ley de Diversidad Familiar y Apoyo a las Familias. Para la ministra, quien trabajará codo a codo con su homóloga en Igualdad, Irene Montero, la prioridad no es otra que facilitar la conciliación, favorecer la corresponsabilidad y cerrar las muchas brechas que todavía asumen las mujeres trabajadoras.
"Las familias, y especialmente las mujeres de nuestro país, no tienen más hijos porque no pueden, porque por motivos económicos no se lo pueden permitir, porque no tienen una casa o un trabajo estable. Esos son los verdaderos motivos y esa es la verdadera raíz del problema", sentenció la ministra en un acto en el que esbozó los principales objetivos de su departamento. Para las familias monoparentales, constituidas mayoritariamente por mujeres al frente –ocho de cada diez–, el permiso podrá extenderse hasta un año.
La nueva medida viene a ampliar y mejorar el permiso de 16 semanas que entró en vigor a principios de año, a través de un real decreto ley aprobado hace ahora dos años. Junto a los permisos, Belarra prevé además desarrollar una ayuda económica para la crianza, un subsidio cuyos detalles no han trascendido por el momento pero que tendrá un carácter universal, no dependerá de "cuestiones como la cotización a la Seguridad Social" y será compatible con otras prestaciones.
Igualar los permisos y hacerlos intransferibles ha sido una de las principales banderas de los dos socios de coalición y herencia del anterior Gobierno del PSOE. Un paso para terminar con el sesgo de género ligado a la conciliación y con las muchas brechas que se expresan en los principales indicadores del mercado laboral. El primero, el más evidente, es el de la tasa de empleo. En el año 2020, según la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de empleo de los hombres de 25 a 49 años sin hijos fue del 82,5%. ¿Qué ocurre en el caso de los padres? Los datos del ejercicio anterior revelan que los trabajadores con hijos a su cargo no afrontan apenas trabas, en lo relativo a la tasa de empleo. Más bien lo contrario: el indicador creció hasta el 87,8% para los padres y se engrosó para los hombres con dos hijos menores, alcanzando un 89,6%. En el caso de las mujeres, la situación es diametralmente opuesta: a más hijos, más exclusión del mercado laboral. En la misma franja de edad, las mujeres sin hijos registraron una tasa de empleo del 72,1%, porcentaje que cayó hasta el 67,2% para las madres con hijos menores de doce años. Más al detalle: con un solo hijo, la tasa se instaló en el 68,9%, con dos fue del 67,2% y con tres se desplomó hasta el 49,4%.
Las madres trabajadoras también tienden a renunciar a su trabajo en mayor medida que sus compañeros, esencialmente para hacerse cargo del cuidado familiar. La evolución de las excedencias ha ido avanzando en favor de la equidad, pero esta se mantiene como una utopía. Durante el primer trimestre de 2021, las madres ocuparon el 85,3% de las suspensiones temporales del empleo para el cuidado de hijos. En 2020, el porcentaje rozó el 87,1%, un año atrás fue del 90,9% y en 2018 del 91,3%. En la última década, la feminización de las excedencias por cuidado de hijos se ha ido atenuando, precisamente como uno de los efectos obvios de extender los permisos por nacimiento. Cristina Antoñanzas, vicesecretaria General de UGT, entrevé una relación lógica: "Siempre que se amplían los permisos retributivos, mejoran indicadores como las excedencias y las reducciones de jornada".
Esto último también queda fielmente reflejado en los datos. La EPA más reciente indica que, en 2020, el 93,6% de los trabajadores que optó por reducir su jornada para cuidar fueron mujeres. Entre las trabajadoras que compatibilizaron su trabajo a tiempo parcial con los cuidados, el 54,8% justificó su decisión apuntando a la ausencia de servicios adecuados para la atención a menores y personas dependientes. Ahí entra en juego otra promesa del Gobierno: la universalización de la educación de 0 a 3 años. La propia Ione Belarra se ha comprometido este miércoles a "extender la educación infantil de 0 a 3 años en la red pública", una aspiración expresada en reiteradas ocasiones por la ministra de Educación y la de Igualdad.
Las consecuencias de todo el entramado de penalizaciones y renuncias hacen mella en los hogares: ellas dedican 38 horas semanales al cuidado de los hijos, frente a las 23 que reservan ellos para tal fin, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2016.
Mariano Nieto, portavoz de la Plataforma por unos Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA), celebra la decisión de ampliar los permisos y los efectos positivos que tendrá a la hora de estrechar la brecha de género. Aunque incorpora matices que tienen que ver con los términos en los que se aplique la ampliación. Nieto se opone a la simultaneidad de los permisos, un extremo al que se pueden acoger los progenitores actualmente durante sus primeras seis semanas y que pueden mantener después. El 75% de los padres y madres optan por hacerlo de esta manera.
Para Nieto, la convivencia en el hogar por parte de los dos progenitores es un lastre a la hora de avanzar en corresponsabilidad, porque las madres mantienen el rol principal de cuidadoras, mientras que los padres se encargan de desempañar un papel secundario de ayudantes. "No se da la corresponsabilidad que existiría si se produce un relevo", explica. Si los términos no cambian, con la situación actual una vuelta al trabajo implicará que "la mujer seguirá pidiendo más excedencias y reducciones de jornada porque el bebé todavía será pequeño". Fuentes de la cartera de Ione Belarra indican que todavía es pronto para conocer al detalle la redacción de la propuesta, dado que los trabajos sobre la futura ley son muy prematuros todavía
Antoñanzas, sin embargo, es partidaria de conceder un margen de decisión a las parejas. "Es importante darles flexibilidad" siempre que se mantengan una serie de condiciones irrenunciables, como son los apellidos de "personal e intransferible" para cada progenitor. En todo caso, la sindicalista cree indispensable que se produzca una negociación en el marco del diálogo social para apuntalar una medida clave a la hora de enyesar las muchas brechas que todavía soportan las madres trabajadoras.