Crisis del coronavirus
Vacunado y conviviendo con un positivo: expertos y médicos no se ponen de acuerdo sobre las cuarentenas
El protocolo aprobado por el Consejo Interterritorial de Salud y que deben seguir todas las comunidades autónomas es claro: por norma general, las personas que han recibido una pauta de vacunación completa no tienen que hacer cuarentena si son contactos estrechos, es decir, han estado cerca durante más de 15 minutos y sin mascarilla de un positivo por covid. Hay excepciones: si se trata de un caso vinculado a un brote con las variantes beta o ganma (solo si se dispone de esta información), si la persona vacunada sufre de inmunodepresión o si se sospecha "una transmisión a partir de visones" (sic) habrá que quedarse en casa durante 10 días. Lleva siendo así desde la penúltima actualización de la Estrategia de Detección Precoz, Vigilancia y Control de Covid-19, aunque en la última actualización, del 12 de agosto, se eliminó la necesidad de aislarse si el positivo era con la variante delta. Dejó de tener sentido: es ya la predominante en casi todo el país.
Sin embargo, infoLibre ha recabado testimonios en los que rastreadores, doctores de Atención Primaria y teléfonos de información sobre el covid ofrecen información no solo contraria al protocolo, sino contradictoria entre sí. Lucía, cuya pareja, Miguel, está aislado con un caso de covid leve, ha perdido la cuenta de cuántas llamadas ha recibido a lo largo de la última semana, entre rastreadores y Atención Primaria. Calcula unas siete al día. Hay quien se queja de que el rastreo es inexistente porque no tiene noticias del seguimiento autonómico: en esta ocasión ha sucedido todo lo contrario. "La preocupación sí que debe existir", ironiza, pero lamenta: "Ni tan siquiera ellos tienen claro lo que tienen que hacer".
Lucía y Miguel, residentes en Madrid, comparten domicilio con su hija pequeña y con la madre del segundo, una persona mayor dependiente. "Decidimos aislarnos", más allá de lo que dijera el protocolo: "nos pareció lo más conveniente". Miguel, en una habitación separada con baño propio; y Lucía, saliendo de casa solo para lo imprescindible, comprar comida y pasear al perro. Pronto empezaron las llamadas. "Primero nos dijeron que nos teníamos que aislar todos. Luego que no. Aislada estaba solo la niña porque no tenía pauta completa, pero que la abuela y yo no teníamos que estar aisladas. No sé cuántas indicaciones han sido contradictorias con las anteriores".
También han sufrido la confusión de los responsables sanitarios sobre si la madre de Miguel debía hacerse un test PCR. El protocolo así lo recomienda, sin ningún tipo de excepción, para personas vacunadas. "Se les hará seguimiento con PCR preferiblemente y, si no fuera posible, con otra prueba de diagnóstico. Idealmente se realizarán dos pruebas, una al inicio y otra alrededor de los siete días del último contacto con el caso confirmado. Si esto no fuera posible, se recomienda realizar al menos una", reza el documento. Sin embargo, el centro de salud le negó la prueba a la mujer, y el rastreador comentó a Lucía posteriormente que "no encontraban sentido" a esa decisión.
"De vez en cuando me dicen: 'pero tú estás aislada, ¿no? Es que deberías estar aislada'. Intento salir a sacar al perro por donde no hay nadie, y a la compra por la mañana, que está desierto. Pero realmente es un poco locura", explica.
Clara y Lorena han sufrido también una descoordinación similar. El domingo 5 de septiembre, Clara llama al teléfono de información de covid de la Comunidad de Madrid porque Lorena, su pareja y conviviente, sufre la enfermedad. Le dicen que no es necesaria la cuarentena. El lunes, la doctora recomienda a Lorena que sus contactos se aíslen; el miércoles, Clara vuelve a llamar al teléfono covid, le piden que se aísle y le dicen "que no tienen constancia de un cambio de protocolo", y desde el centro de salud, Lorena recibe dos llamadas el mismo día con instrucciones contradictorias.
"La situación ideal, si estuviéramos en un momento inicial, sería que las personas vacunadas también hicieran cuarentena", reconoce el epidemiólogo Pedro Gullón. Las vacunas anticovid actualmente disponibles reducen lass probabilidades de cuadro grave, hospitalización y muerte, pero no evitan al 100% ni la enfermedad, ni el contagio, ni la transmisión. La acción del sistema inmunitario difícilmente llega con eficacia a mucosas nasales y boca, donde se concentra la carga viral que puede ser traspasada a otra persona. Es muy difícil hacer estudios sobre transmisión porque el número de test PCR necesarios para un resultado mínimamente representativo es ingente. Pero la evidencia acumulada hasta la actualidad, señala Gullón, habla de un aproximado 50% de menos transmisión entre los inmunizados.
Pero como no estamos en la situación ideal, lo más eficiente a nivel epidemiológico, explica el especialista, es dedicar los mismos recursos a un grupo poblacional mucho más pequeño: los positivos y los contactos estrechos sin vacunar. Para hacer un seguimiento sin precedentes durante la pandemia a nivel de eficacia. "Esto funciona muy bien si los recursos con los que ya estábamos llegando muy al límite se mantienen. Pero lo que está pasando es que los servicios destinados al rastreo se han ido menguando".
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Antonio Gutiérrez, epidemiólogo e investigador en Farmacología del Hospital Universitario Virgen de Valme (Sevilla) eleva las conclusiones de los últimos estudios a entre un 60% y un 80% de menor transmisión. Con respecto al protocolo, es claro: "Es verdad que no obliga, pero a veces lo más sensato no es lo permitido". Apuesta por el sentido común: quedarse en casa, aunque estés vacunado, en caso de un contacto estrecho. Si se puede evitar socializar durante 10 días, mejor. Puedes llevar el virus sin saberlo y puedes transmitirlo, aunque sea mucho menos probable. Una definición de contacto estrecho, por cierto, que el especialista apuesta por redefinir, dada la mayor contagiosidad de la variante delta.
"Cada cambio en los protocolos genera confusión y siempre tiene mucha dificultad para implementarse", explica Gullón como posible causa de las instrucciones contradictorias. Más, teniendo en cuenta la habitual saturación en los centros de salud, con decenas de pacientes cada hora. El epidemiólogo apuesta por "simplificar y hacer formaciones a los rastreadores y los médicos, empleando recursos en facilitarles la vida. No depender de un correo con la actualización número 287 del CCAES".
El protocolo establece como prohibido, eso sí, el contacto con personas de riesgo (mayores, inmunodeprimidos, enfermos) y los eventos multitudinarios, en caso de contacto estrecho tras la pauta completa. Y, por supuesto: es vital estar pendiente de los posibles síntomas. La situación del país ante la pandemia es mucho más benigna y no podemos estar siempre bajo restricciones, pero el cuidado de la salud, nuestra y de nuestros seres queridos, debe seguir durante mucho tiempo.