Paren las rotativas
1985: De Helsinki a Ginebra, el deshielo de la Guerra Fría
El 1 de agosto de 1985, todas las portadas de los diarios españoles informaban sobre la reunión que acababan de tener los países miembros de la Conferencia de Helsinki y firmantes de la llamada Acta Final, un documento que en 1975 había servido para desescalar la Guerra Fría. Los periódicos ponían entonces especial atención al intercambio de opiniones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, cuyos presidentes, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, protagonizarían la gran cumbre de Ginebra en noviembre. Mientras, en España daba comienzo la Operación Salida con más de 1,3 millones de desplazamientos desde los grandes centros urbanos hacia los lugares de veraneo, un tradicional éxodo español que no ha dejado de crecer. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002.
Helsinki suena en política internacional a seguridad y distensión. No es para menos. En la capital finlandesa se celebró en 1973 la primera sesión de una conferencia que perseguía la confección de un acuerdo de cooperación y seguridad entre 35 países, y que llegó a puerto en 1975 con el nombre de Acta Final, Declaración o Acuerdos de Helsinki. Nacía la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Diez años más tarde, ese 1 de agosto de 1985, la alianza resultante de la conferencia había logrado reducir las tensiones de la Guerra Fría y había comenzado a materializar el mapa geopolítico derivado de la II Guerra Mundial mediante la máxima de la inviolabilidad de las fronteras nacionales. Pero la reunión de los países de la Conferencia de Helsinki en ese décimo aniversario no tenía sustancia más allá de acercar a las dos superpotencias en el último tramo de una etapa histórica.
Todos los periódicos llevaban la noticia en portada, pero cada uno destacaba algo diferente. "Helsinki, diez años después: en Europa solo quedan dictaduras en el Este" (ABC) ,"Americanos y soviéticos negocian" (La Vanguardia), "España, único país occidental que no condenó a la U.R.S.S. en Helsinki" (Diario 16) o "Washington y Moscú acercan posiciones ante la 'cumbre' de Ginebra" (El País). De la misma forma, los análisis y enfoques eran diferentes de un medio a otro. La Vanguardia recogía la paradoja del encuentro de Helsinki: "La reunión tuvo lugar en la embajada norteamericana, y si el ambiente fue tan relajado y distendido como los rostros de los participantes, los augurios y perspectivas de un acuerdo no pueden ser mayores. [...] el discurso pronunciado por Shultz [secretario de Estado de EEUU] el pasado martes fue bastante agresivo, acusando a la URSS de violar sistemáticamente el acta de Helsinki". Diario 16 puso el foco en la aportación del ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez (PSOE), al encuentro internacional: "El ministro español, que fue el último orador de la tarde, pronunció uno de los discursos más breves, apenas diez minutos, que han oído desde que el martes comenzaron los actos del aniversario del Acta Final de Helsinki".
La Guerra Fría anticipaba su final desde que Mijaíl Gorbachov llegara a la Secretaría General del Partido Comunista de la URSS en 1985 y emprendiera la Perestroika, el famoso programa de regeneración económica interna. Pero las superpotencias seguían armadas hasta los dientes y alguien tenía que poner la primera piedra del nuevo orden. La carrera de Ronald Reagan hacia la presidencia de Estados Unidos se había basado en el ataque verbal sistemático hacia el bloque soviético (el "imperio del mal"), con la promesa continuada de incrementar el gasto militar y responder con la fuerza ante cualquier ataque comunista (ideología que acabaría en "el montón de cenizas de la Historia"). Sin embargo, a partir de Helsinki las tensiones disminuyeron y la palabra más utilizada por la esfera diplomática de Washington y de Moscú fue "diálogo". La cumbre de Ginebra de 1985 fue un antes y un después. Ambos dirigentes no se conocían y, si bien no llegaron a acuerdos formales, sí trabajaron por acercar posiciones y rebajar tensiones políticas y militares.
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Los titulares que ese 1 de agosto llevaban a portada la Operación Salida tenían un aire de espectacularidad: "Se inició anoche el éxodo masivo de veraneantes hacia las costas españolas" (El País) u "Ocho millones de españoles en las carreteras" (Diario 16). Pese a la poderosa actualidad, hay cosas que no cambian, y los medios de comunicación se siguen llenando, a principios de agosto, de previsiones de tráfico y carreteras colapsadas. Pero las cifras no son las mismas: en 1985, la Dirección General de Tráfico preveía que 1,3 millones de vehículos abandonarían "los centros urbanos en dirección a los lugares de veraneo", como recogía la nota de El País. En este 2018, el organismo estima que se producirán 3,2 millones de desplazamientos.
Las carreteras están hoy más frecuentadas que hace 20 años. Aunque la diferencia en la recogida de datos haga difícil comparar cifras de desplazamientos y vehículos (un mismo vehículo puede realizar más de un desplazamiento), el parque automovilístico sí permite ver cómo ha cambiado la población de las carreteras españolas: si en 1985 había poco más de 300 vehículos por cada 1.000 habitantes, en 2017 fueron algo más de 500. Pese a este aumento, el número de víctimas mortales en carretera se ha reducido drásticamente desde entonces: si en 1985 perderían la vida 4.189 personas, en 2017 lo harían 1.200.
Las noticias publicadas también señalaban variaciones en las costumbres viajeras. "La salida masiva, según Tráfico", continuaba El País, "se producirá entre las cinco de la madrugada y las ocho de la mañana de hoy". Ahora, sin embargo, Tráfico señala, como tramos horarios más desfavorables, la tarde del 31 de julio entre las tres de la tarde y las diez de la noche, y la mañana del 1 de agosto entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde.