Cocina, identidad y cultura más allá de las bombas: "Que nuestros hijos no olviden la gastronomía palestina"
La cultura es parte de quienes somos, de dónde venimos, de nuestra historia y es imprescindible para la identidad de un pueblo. Para la población refugiada de Palestina, además, los símbolos, como las llaves de quienes tuvieron que abandonar su hogar en 1948, o las expresiones culturales, como el bordado tradicional, son una forma de resistencia y de mantener viva la memoria colectiva.
¿Pero cómo mantener y transmitir esa cultura cuando estás lejos de tu hogar o en mitad de un campamento de refugiados? La cocina y las recetas tradicionales son una herramienta valiosa y deliciosa para hacerlo, y las mujeres refugiadas de Palestina juegan un papel fundamental como sujetos de conocimiento.
Ellas han sido y son el hilo conductor de los saberes de las que cocinaron antes y de las que cocinarán en un futuro. En los fogones y con los ingredientes de siempre mantienen vivo el vínculo con Palestina y la esperanza del regreso a su tierra. Los platos palestinos tienen influencia y herencia de muchas civilizaciones y culturas que se asentaron en la región, especialmente durante los periodos islámicos. Otro toque que da personalidad a la cocina de Palestina es su ubicación: la costa mediterránea.
La cocina palestina es muy importante para nosotros, ya que es parte del patrimonio que transmitimos de generación en generación
“La cocina palestina es muy importante para nosotros, ya que es parte del patrimonio que transmitimos de generación en generación. Nos aseguramos de que nuestros hijos no olviden la nuestra gastronomía”, dice Dareen Dahwish, refugiada de Palestina en Líbano, que forma parte de Soufra, una cooperativa de comida palestina en el país e integrada en su totalidad por mujeres cocineras refugiadas de Palestina.
Comenzó a trabajar como cocinera durante los meses de Ramadán y al poco tiempo pasó a participar en esta cooperativa. Esta oportunidad le ayudó a mantener a su familia, en mitad de la grave crisis económica que asola el país y de la discriminación laboral que sufre la población refugiada de Palestina allí. “Uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos es que nuestros hijos no encuentran oportunidades laborales”, lamenta.
Es en este punto donde se unen la cultura heredada y el conocimiento femenino para salir adelante. A Dareen le gusta cocinar de todo. Platos palestinos reconocidos como el mousskhan, un plato típico de pollo, y el maqloba, con arroz, verduras y pollo. También otros menos famosos, como el khobayzeh, que se realiza con una hierba local. Para ella, siempre es mejor comerlos con las manos, como se ha hecho siempre, pues así saben mejor.
El aceite de oliva, las hojas de parra, el limón, las legumbres, las especias. Como no podía ser de otra forma, los ingredientes están conectados con la tierra y el patrimonio agrícola del país. También forman parte de un legado que no se olvida y es la vía de unión e identidad para casi seis millones de personas refugiadas de Palestina.
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Dareen y el resto de las compañeras de la cooperativa muestran cómo compartir la comida es una parte esencial de la hospitalidad palestina y, a menudo, las comidas se realizan en comunidad. De esta forma, la transmisión oral de los conocimientos culinarios se va forjando y arraigando en las generaciones jóvenes.
Estas recetas son mucho más que eso, son señas de identidad, de resistencia y de esperanza
Hummus, fatayer, freekieh, roummaniya, moujadara hamra o knafeh son algunas de las recetas con sabor a tradición, a historia y a Palestina que suelen cocinar en Soufra. Puedes encontrar estas y muchas otras recetas y consejos culinarios en un proyecto muy especial de UNRWA España, un recetario hecho a partir de los saberes culinarios de las doce valientes mujeres que conforman la cooperativa. Pero recuerda su primer consejo antes de empezar a preparar un plato: es importante no cocinar con enfados o penas, porque el resultado sabe un poco peor. A las recetas palestinas les añaden un poco de optimismo y de ilusión, para que sepan mejor.
Estos guisos y sus ingredientes son autóctonos de un pueblo que atesora y conserva la cocina como muestra de su rica y antigua historia cultural. Estas recetas son mucho más que eso, son señas de identidad, de resistencia y de esperanza.