Andalucía: en tiempos de tribulaciones, no hagas mudanza

Las elecciones en Andalucía dejan unas cuantas lecturas importantes. Como previa, es preciso constatar que cada vez es más difícil separar el comportamiento de los electores en comicios autonómicos del que tienen en las generales. ¿Qué porcentaje de lo ocurrido es en clave nacional y cuánto en autonómica? Por supuesto que no pueden confundirse los espacios ni extrapolarse ni las causas ni los resultados directamente, pero las campañas tienen coberturas cada vez más nacionales, los temas se entremezclan, y las primeras espadas de cada formación se dejan ver en los diferentes territorios sabedores de la importancia que tienen los resultados locales. Por eso, en el análisis hay que tener en cuenta todos los ámbitos, y no es fácil acertar en el porcentaje de causa que hay en cada fenómeno. No obstante, hay asuntos que parece evidente que se han dado en clave nacional, como la desaparición de Ciudadanos, que sigue la pauta de lo ocurrido en otras comunidades autónomas.

Si alguna idea destaca en estas elecciones, las sextas desde el inicio de la pandemia, es que en tiempos de incertidumbre y miedo la opción más elegida es aquella que genera seguridad. Los electores aplican aquello de que “en tiempos de tribulaciones, no hagas mudanza”. Lo atestigua el hecho de que, desde que estalló la pandemia, todas las elecciones autonómicas han revalidado a los gobiernos. ¡Qué importante es incorporar el análisis del estado de ánimo para entender los comportamientos electorales!

Si alguna idea destaca en estas elecciones, las sextas desde el inicio de la pandemia, es que en tiempos de incertidumbre y miedo la opción más elegida es aquella que genera seguridad

Con estas dos ideas generales, vamos al análisis por partes: la convulsión electoral ha sacudido a derecha e izquierda. Por la derecha, Moreno Bonilla ha duplicado los votos obtenidos gracias a la absorción completa de Ciudadanos, la recuperación de voto de Vox desde las últimas legislativas del 10N de 2019 y, a falta de las post-electorales, parece claro que ha captado también voto socialista. Este triunfo lo ha conseguido con un perfil educado y discreto tras haberse sacudido de encima el miedo a la derecha en una tierra tradicionalmente progresista. Vox ha visto frustradas sus expectativas y confirma la tendencia que se vio en Castilla y León: es probable que el 10N de 2019 tocara su techo. ¿Estamos ante el fin de la política histriónica? A juzgar por estos resultados y teniendo en cuenta la campaña de Olona, podría empezar a pensarse en este sentido.

Por la izquierda, la derrota es incontestable, aunque con causas distintas. Los resultados del PSOE indican que ese partido en Andalucía apenas ha iniciado la travesía por el desierto en la que le metió el resultado de 2018. Juan Espadas no ha sido capaz de revitalizar el partido durante el tiempo que lleva al frente. ¿Lo conseguirá dentro de cuatro años? A su izquierda, los 17 diputados que obtuvo Adelante Andalucía en 2018 han quedado reducidos a 7 (y ojo a la composición del grupo de Por Andalucía). Esto es lo que han conseguido los dos pedazos en que ha estallado ese espacio político. Y no sólo por haberse partido en dos candidaturas, sino por la dificultad y la desconfianza que se respiraba entre las formaciones que componían Por Andalucía y la guerra abierta que han librado contra Teresa Rodríguez. Las izquierdas salen de la jornada del domingo muy tocadas, pero lo peor que podrían hacer es ponerse nerviosas. Conviene analizar despacio lo ocurrido, ver hasta qué punto se puede extrapolar a otros sitios y sobre todo, leer con tino el estado de ánimo de una sociedad cansada, atemorizada y pesimista.

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