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El exlíder de Vox en Andalucía nos lleva a los tribunales

“Odio manifiesto”. Eso es lo que Francisco Serrano, exlíder de Vox en Andalucía, cree que sentimos en infoLibre por él. Así consta en la denuncia que este martes nos llevó a declarar a un juzgado de Sevilla a mi compañero Ángel Munárriz y a mí (en nombre del periódico) en calidad de investigados. Revelación de secretos. Con el Código Penal en la mano, nos podrían caer hasta cinco años de cárcel

Ángel es el periodista que más y mejor ha informado sobre los negocios en los que participó el juez en excedencia, líder de un partido que despuntó en Andalucía con él como candidato (12 escaños y casi 400.000 votos en 2018) y que fue imprescindible para que el actual presidente de la Junta, Juanma Moreno, llegase al cargo por primera vez.

Su trabajo periodístico, que puede verse aquí, es cuidadoso hasta el extremo. Porque Ángel siempre encuentra una manera de mejorar el titular para que sea exacto, reflexiona sobre las implicaciones de cada frase o busca hasta la extenuación todos los puntos de vista. Los de Francisco Serrano los reclamó para cada información, por escrito y con antelación, al menos en una treintena de ocasiones. Siempre sin respuesta. 

Nadie nunca nos ha pedido rectificar ni una coma. La cobertura de infoLibre motivó una investigación policial y un procedimiento judicial que mantiene a Serrano imputado y que lo llevó a dimitir de los puestos desde los que prometía “limpiar” Andalucía. La historia es sencilla. En 2016, él y su socio constituyeron una empresa, le atribuyeron ante notario una maquinaria que en realidad no tenían, lograron apoyándose en esa maquinaria un préstamo de 2,4 millones de euros de dinero público para un proyecto de biomasa y ni lo llevaron a cabo ni devolvieron el dinero al Ministerio de Industria. infoLibre lo desveló en exclusiva e informó desde entonces del caso. 

Uno de los grandes males de la política en España encuentra un ejemplo perfecto en cómo emplea Francisco Serrano esta expresión. “Odio ideológico”. En no distinguir la discrepancia del odio. El periodismo de una agresión. Si son críticos conmigo, será porque me odian. Si informan sobre mí, que se conozcan hechos controvertidos de mi trayectoria profesional, responde a una clara animadversión. 

Ni que decir tiene que infoLibre informa sobre los planteamientos de Vox, los analiza en detalle y en muchas ocasiones los cuestiona. Pero, créame, señor Serrano: no le odiamos. Usted fue el líder de un partido político que logró 395.000 votos y que cambió el color político del Gobierno de la comunidad más poblada de España. Fue usted diputado en el Parlamento de Andalucía, mantenía un discurso de supuesta regeneración democrática y decía ser implacable contra la corrupción. Hablamos de 2,4 millones de dinero de todos en un préstamo público que nunca fue restituido. Pocos casos aúnan más elementos objeto de interés público. Informar de asuntos como este está en la esencia de nuestro deber profesional y de nuestro compromiso cívico. ¿Qué quería, que mirásemos para otro lado?

No es la primera vez que pasamos por algo así recientemente. El año pasado, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, y el entonces secretario general del PP, Teodoro García Egea, nos denunciaron por publicar los mensajes en los que trataban, fuera de cualquier procedimiento habitual, la atención en la sanidad pública de un familiar del número dos del PP. La Fiscalía, el juez de instrucción y la Audiencia Provincial les pararon los pies.

Qué gran ironía. En un mundo en el que proliferan sin reproche los bulos y las conocidas como ‘noticias falsas’ (un oxímoron), a nosotros nos denuncian justamente por contar la verdad. Por revelar lo que algunos quieren que sea su secreto particular.

Como dice Reporteros sin Fronteras sobre el caso de Serrano, “denunciar a medios (especialmente a aquellos que no tienen grandes recursos) por revelación de secretos es una táctica clásica para intimidarlos y empantanarlos en procesos caros y farragosos”.

Qué gran ironía. En un mundo en el que proliferan sin reproche los bulos y las conocidas como ‘noticias falsas’ (un oxímoron), a nosotros nos denuncian justamente por contar la verdad. Por revelar lo que algunos quieren que sea su secreto particular

En algunos casos quizás busquen revancha. En todos intentan que no hagamos nuestro trabajo y que la próxima vez nos lo pensemos mejor. Y que, mientras se resuelve un caso que lleva a la Justicia a dedicar medios y tiempo que no le sobran, nuestra financiación y recursos se vean comprometidos, obligándonos a costear nuestra defensa y desviando nuestra atención de otros asuntos que la requieren. 

Ojalá no tuviera que escribir este artículo, pero dentro de lo indeseable de esta situación, qué bueno es poder hacerlo en un medio que depende de las socias y socios que nos apoyan con una suscripción. Si ya lo haces, gracias. Solemos decir que la información que recibes depende de ti y tú has hecho posible esta investigación. Si aún no eres socia o socio, tenemos planes y opciones que se adaptan a ti. Te necesitamos. 

Frente a cualquier presión, incluso frente a las amenazas de un procedimiento penal, nuestro compromiso se mantendrá intacto mientras haya ciudadanos y ciudadanas libres que elijan defender junto a nosotros la calidad de la información y el debate público. Sin miedo y, por supuesto, siempre sin odio.

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