Escrache a Cifuentes
Universitarios dan clases sobre qué es un escrache frente al domicilio de la delegada del Gobierno
La Complu en la Calle, la asamblea de estudiantes y profesores de la Universidad Complutense de Madrid que se ha manifestado y ha impartido clases en las calles de Madrid a lo largo de los últimos meses, ha señalado esta tarde a la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, con un escrache ante su domicilio.
La protesta ha comenzado a las 19:30 horas en la confluencia de las calles Fuencarral y Manuela Malasaña. A esa hora, decenas de personas se han reunido en el lugar para comenzar después un recorrido pacífico y silencioso por el barrio hasta llegar al domicilio de Cifuentes. El objetivo de la iniciativa era dar dos clases frente a su vivienda aproximadamente a las 20:00 horas, una sobre la historia de los escraches y otra sobre la desobediencia civil. “Consideramos que algunos políticos de este país no han comprendido o no quieren comprender en qué consiste un escrache”, señalaban los organizadores en el texto de la convocatoria.
Una vez allí, se ha leído un primer comunicado. "Consideramos que algunos representantes políticos no han hecho un uso apropiado de términos como 'escrache', 'desobediencia' o 'coacción', haciendo imposible un debate constructivo sobre nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos". Tras el texto inicial, se han impartido las dos charlas previstas. Los participantes han denuncido los recortes en materias como sanidad y educación, han denunciado la subida de las tasas universitarias y la eliminación de algunas becas y han asegurado pretender "abrir un debate público" y "defender la universidad".
Los integrantes de la Complu en la Calle se han mostrado a favor de las acciones protagonizadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). "Los escraches de la PAH son absolutamente legítimos. Suponen que una herida abierta en la sociedad se haga visible. Es pedagogía popular", ha asegurado Marcelo, uno de los profesores. "Fuera de España sorprende que la población proteste con tanta calma. En este sentido, los escraches son, más que un derecho, casi un deber en la situación actual", ha añadido. También ha censurado que Cifuentes vinculase a los activistas con prácticas propias de los nazis: "Mucha gente sufre extrañas perversiones psicológicas", ha comentado al respecto.
El acto ha transcurrido en todo momento sin incidentes y tampoco ha habido presencia policial. Tras la primera charla, se han escuchado algunos gritos: "Cifuentes, escucha, la 'uni' está en la lucha". En la segunda clase, el profesor ha bromeado acerca de la "confusión" que a su juicio sufre la delegada del Gobierno en Madrid con respecto a algunos términos: "Hoy acercamos la educación pública a quien más lo necesita. Algunos confunden de forma interesada conceptos como desobediencia civil. Si te encuentras una explicación así en un examen, le pones un dos", ha dicho.
Cifuentes contra los escraches
El acto de este viernes es especialmente significativo, ya que Cristina Cifuentes ha sido una de las autoridades se ha mostrado más contraria a las protestas en forma de escrache. En diferentes declaraciones públicas, ha asegurado que son “hechos violentos” que constituyen supuestos de coacción, acoso y hostigamiento.
Además, la Delegación de Gobierno que encabeza es la encargada de autorizar las manifestaciones y de dirigir a la Policía en la Comunidad de Madrid, y es también la responsable de tramitar los expedientes sancionadores a los participantes en las protestas. Entre los episodios más recientes se encuentran las multas impuestas a 18 personas que se concentraron frente a la vivienda de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado 12 de abril.
Cifuentes también se ha mostrado contraria a la PAH, que ha popularizado este modo de protesta. Sus declaraciones, vinculando a la PAH con “grupos filoetarras” y acusando a su portavoz, Ada Colau, de apoyar a dicho grupos, motivaron que el pasado martes la propia Colau anunciara, durante el transcurso de una entrevista concedida a la emisora RAC1, que presentará una demanda contra Cifuentes por amenazas hacia ella y su familia. “Lo que me han hecho a mí no es un escrache, es acoso”, aseguró Colau.
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No es la primera ocasión en la que Cristina Cifuentes se convierte en el objetivo de una protesta ciudadana. En julio de 2012, varias personas la insultaron durante una manifestación contra los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy. A pesar de que, como es obvio, Cifuentes no acudió a la protesta, se encontró con los manifestantes, que la reconocieron y la rodearon en la calle.
Ante los gritos de “dimisión, dimisión” y seguida por un grupo de personas, la delegada del Gobierno en Madrid optó por refugiarse en un restaurante, donde permaneció varios minutos hasta que la protesta siguió su curso y abandonó la zona, momento que aprovechó para volver a salir a la calle y acceder a su vivienda.
Cifuentes también ha causado polémica con sus declaraciones al respecto del movimiento 15-M. Por ejemplo, el Plan Integral de Lavapiés elaborado por la Delegación de Gobierno en colaboración con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento lo califica de “tipo específico de delincuencia”. Las asociaciones ciudadanas y vecinales han acusado repetidamente a Cifuentes de intentar criminalizar estos movimientos.