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Adjudicaciones públicas con polémica

Los dueños de la residencia que diseña el marido de Cifuentes se ocultan en las Caimán

La Residencia Universitaria El Faro, situada en Moncloa, según una recreación virtual de sus promotores.

La residencia universitaria El Faro, en el barrio madrileño de Moncloa, tendrá 358 plazas, gimnasio, sala de juegos, lavandería y WiFi de alta calidad. Estará operativa para el curso 2016-17. El edificio lo diseña Javier Aguilar Viyuela, marido de Cristina Cifuentes, y el promotor delegado es Dionisio Ramos, ex alto cargo del PP en la Comunidad de Madrid que apareció relacionado con el Tamayazo. ¿Y los propietarios? No se sabe porque su verdadera identidad se oculta tras una trama societaria que pasa por Holanda, Luxemburgo y las Islas Caimán, de acuerdo con los documentos a los que ha tenido acceso infoLibre. Parte de la inversión se canalizó a través de Oaktree, uno de los principales fondos buitre del mundo.

La Universidad Complutense –cuyo rector era José Carrillo– adjudicó en marzó de 2014 la explotación de la residencia universitaria, por un periodo de 50 años, a la empresa Castellana Management SL. Creada en marzo de 2013, dos meses después se convirtió en su accionista único la empresa holandesa KSH Netherlands Holdings BV.

Esta adjudicación creó un importante malestar entre sectores progresistas que habían apoyado en su día a Carrillo, por el hecho de entregar terrenos de una entidad pública como la Complutense a una sociedad pantalla –Castellana Management SL– cuyos verdaderos dueños se desconocían. Un enfado que se incrementó al conocer la identidad de algunas personas relacionadas con el proyecto.

El 14 de mayo de 2015, El Confidencial Digital informó de que el arquitecto encargado de diseñar la residencia era el marido de Cristina Cifuentes, candidata del PP a la Comunidad de Madrid. Este jueves, Público desveló la participación en el proyecto de Dionisio Ramos, a través de la empresa Rya Residencias, en calidad de "promotor delegado".

La trama societaria

La versión oficial de la Complutense es que la concesión se realizó a una empresa británica experta en la explotación de residencias universitarias, The Student Housing Company, cuyo director general en España es Christopher Holloway. Este es además consejero de la sociedad Castellana Management SL, la sociedad que recibió la concesión. Pero la verdad es que resulta imposible saber quiénes son los verdaderos propietarios de la empresa española.

El accionista único de Castellana Management es, tal y como consta en el Registro Mercantil de Madrid, la empresa holandesa KSH Netherlands Holdings BV. Constituida el 3 de agosto de 2012, con un capital inicial de 18.000 euros, tiene a su vez como accionista único a una compañía de Luxemburgo: KSH Europe Holdings Sàrl.

Creada el 23 de mayo de 2012 como una sociedad limitada, KSH Europe Holdings Sàrl tiene como objeto social las inversiones financieras. El 27 de marzo de 2015 realizó una ampliación de capital, que quedó distribuido de la siguiente forma: el 79,2% de las participaciones son de otra sociedad luxemburguesa, denominada OCM Luxembourg EPF III Sàrl, y el 21,8% restante se reparte entre trece accionistas individuales.

Entre esos accionistas individuales están los tres consejeros de la española Castellana Management SL: el anteriormente citado Christopher Holloway (en la foto), Matthew Taylor y Thomas Stoorgard. Entre los tres controlan el 7,5% del capital de KSH Europe Holdings Sàrl. Un español, Antonio Miguel Muñoz Santiago, tiene el 1,3% de las acciones a su nombre. Este último figura también como apoderado en Castellana Management SL.

Por tanto, los británicos que gestionan la compañía en España son realmente accionistas minoritarios. 

¿Y quién está detrás de la luxemburguesa OCM Luxembourg EPF III Sàrl? Pues una sociedad radicada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán denominada Oaktree European Principal Fund III Ltd., que pertenece a uno de los principales fondos buitre del mundo: Oaktree.

Oaktree European Principal Fund III Ltd. tiene un capital social de 1,27 millones de euros, repartido en diez tipos de acciones. Los dueños de las 400 acciones de clase D son los que reciben los beneficios de la inversión realizada en KSH Europe Holdings Sàrl. Esos desconocidos accionistas son, por tanto, los propietarios verdaderos de la mayoría del capital de Castellana Management SL, la sociedad española que recibió la adjudicación de la Complutense para explotar la residencia universitaria.

El representante en España de Oaktree es Carlos Gila, experto en "reestructuración" de empresas, que entre otros puestos desempeñó el de vicepresidente de La Seda de Barcelona. Gila fue administrador único de Castellana Management SL desde mayo de 2013 hasta febrero de 2015. Por tanto, en la época en que esta sociedad recibió la adjudicación de la Complutense. En otras palabras: cuando se realizó la concesión de los terrenos para explotar la residencia universitaria, Castellana Management SL estaba administrada por el representante en España de uno de los principales fondos buitre del mundo.

Este periódico intentó, sin éxito, conocer la versión de Carlos Gila y de Christopher Holloway.

El papel de Javier Aguilar y Dionisio Ramos

A preguntas de infoLibre, fuentes próximas a Javier Aguilar aseguraron de forma rotunda "que no tiene inversión alguna en el proyecto de la residencia universitaria. Ni un euro. Su participación se limita a ser uno de los arquitectos que dirige la obra". Otras fuentes añadieron que, en los últimos años, la situación económica del marido de Cifuentes "no ha sido precisamente boyante". El matrimonio tiene separación de bienes.

También negó cualquier inversión financiera en el proyecto Dionisio Ramos, aunque en este caso por otros motivos, no por su mala situación económica: "Aunque hubiese querido participar en el accionariado, no me habrían dejado. Los fondos de inversión no funcionan así".

Dionisio Ramos, amigo de juventud de Cifuentes, explicó a infoLibre su papel en el proyecto: "Hace cinco o seis años constituí la empresa Rya Residencias para participar en la explotación de residencias universitarias. Esa sociedad es accionista, por ejemplo, de la adjudicataria de la residencia Rey Juan Carlos de Vicálvaro. En los últimos tiempos, nuestra actividad se ha centrado más en lo que los anglosajones llaman project management,project management que aquí se traduce como promotor delegado. Y ese es mi papel en la residencia que la Complutense le adjudicó a Castellana Management".

El promotor delegado, continúa Ramos, "es una especie de consultor que se ocupa de que el proyecto avance. De que se cumplan los plazos, los presupuestos...". A cambio de su trabajo, percibe entre un 2 y un 5% del importe del proyecto.

De acuerdo con su versión, fue la cara visible de Castellana Management SL en España, Christopher Holloway, quien le ofreció ser el promotor delegado del proyecto. Y la decisión de elegir al marido de Cifuentes como arquitecto fue compartida: "A Castellana se había incorporado gente que había trabajado antes con Javier Aguilar. Yo llevaba 12 años sin trabajar con él, pero antes sí habíamos hecho cosas juntos. Así que tanto ellos como nosotros teníamos la tranquilidad de que Javier Aguilar era una buena opción. Y por eso lo contratamos". La época anterior en la que trabajaron juntos fue en los años noventa, cuando Ramos era vicegerente de la Complutense y Aguilar hizo diversas obras para la universidad.

"Sería bastante disparatado pensar que el equipo de Carrillo me iba a beneficiar precisamente a mí", concluye Dionisio Ramos, antes de ofrecer una explicación sobre el interés de los fondos de inversión por el sector: "En 2011 el Deutsche Bank publicó un informe recomendando la inversión en residencias universitarias en España. Y lo repitió en 2014. Así que se ha puesto de moda. Hay varios fondos que han invertido dinero".

La versión de Carrillo

En ese último punto coincide José Carrillo, que este viernes dejará de ser rector de la Complutense: "Si llegamos a saber que iba a aparecer Dionisio Ramos no le hubiésemos dado la adjudicación a Castellana Management, porque hay contra él una denuncia por temas económicos, así que tendríamos un motivo para no hacer esa concesión. Pero cuando se hizo, en marzo de 2014, no estaban ni Ramos ni el marido de Cristina Cifuentes".

El hecho de que Javier Aguilar sea el arquitecto del proyecto, razona Carrillo, "contribuye ahora a que se hable del tema por el momento político especial que vive Madrid".

José Carrillo defiende la absoluta legalidad de la adjudicación realizada: "Al ser un concurso público hay que adjudicárselo a la mejor oferta. Se presentaron cuatro empresas y la mejor oferta para la universidad fue la de Castellana Management, que está pagando".  En concreto, la Complutense recibirá 1,5 millones de euros de canon inicial y 120.000 euros de canon anual, durante los 50 años de concesión. 

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"¿La alternativa cuál es? ¿No darle la concesión a la mejor oferta? Eso sería adjudicar a dedo", señala Carrillo, quien insiste en un tema: "Ni Ramos ni el marido de Cifuentes están en la empresa que recibió la concesión. Si luego esa empresa los contrata, es otro asunto. Pero nosotros nos enteramos un año después de la adjudicación de que habían contratado a Dionisio Ramos".

Carrillo cree que "no sería mala idea que en la adjudicación de bienes públicos se supiese quién es el beneficiario final, pero la ley ahora no establece ese requisito".

Por último, niega falta de transparencia en el proceso. Carlos Andradas, el ganador de las elecciones a rector, denunció durante la campaña, el oscurantismo de dicha adjudicación: "Nunca se facilitó al Consejo de Gobierno el pliego de condiciones del concurso de concesión demanial de la esquina de Cristo Rey, ni sabemos cuántas ni cuáles han sido las diferentes ofertas". La versión de Carrillo es otra: "Le entregué públicamente al señor Andradas, durante la celebración de un claustro, ese pliego de condiciones". 

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