Elecciones 20-D
Sara Hernández se presentará a la reelección pese a la debacle electoral del PSOE en Madrid
La secretaria general del PSOE de Madrid, Sara Hernández, tiene la firme intención de continuar al frente del partido. Este martes reunió a su Comisión Ejecutiva y, aunque admitió que los resultados electorales del domingo "no son buenos", evitó profundizar en la autocrítica y aprovechó su comparecencia ante los medios para anunciar que se presentará al próximo congreso del PSOE-M para revalidar su cargo. Todo pese a la debacle de este 20-D, cuando los socialistas no pasaron del cuarto puesto en la región –con apenas 643.000 votos (17,87%), por detrás de PP, Podemos y Ciudadanos–, y empeoraron los datos que obtuvieron en la etapa del anterior secretario general, Tomás Gómez, fulminado por la dirección federal por sus malas perspectivas electorales entre otros factores.
Hernández sostuvo que "a nivel nacional el PSOE ha sacado unos resultados aceptables" habida cuenta del "pacto anti PSOE" que los amenazó durante la campaña y en los meses anteriores. "Pese al frente anti PSOE –reiteró–, el PSOE es el líder de la izquierda". La secretaria general de los socialistas madrileños agregó que a partir de ahora hace falta "tranquilidad y prudencia". Subrayó que es al PP a quien corresponde "intentar conformar un Gobierno" pero, a diferencia de otros barones, dijo que está por ver "si puede cuajar un cambio de la mano de Pedro Sánchez" y vaticinó que Sánchez es, "posiblemente, el próximo presidente del Gobierno". En esa línea, apuntó que "evidentemente" se debe intentar conformar una mayoría alternativa a la del PP y que, "si existe posibilidad de cambio real", debe "explorarse".
Sobre los resultados en la capital y en la región admitió que son "malos", pero se excusó: sostuvo que "no son de ahora" sino que "se vienen arrastrando desde hace varios comicios". Y preguntada específicamente por cómo analiza que el partido haya empeorado los registros de su antecesor, Tomás Gómez, apuntó: "Soy secretaria general desde hace varios meses [fue elegida a finales de julio]. Me siento muy orgullosa y muy a gusto con esta ejecutiva (...). Cuando llevemos tiempo, se nos podrá juzgar". La líder del partido también sostuvo que el resultado no fue tan malo en todos los puntos de la Comunidad: admitió que Madrid capital es un agujero negro con distritos donde las listas de Pedro Sánchez ni siquiera alcanzaron el 10%, pero destacó que en municipios como Fuenlabrada se superó el 25% de los votos.
¿Qué falló entonces en Madrid? "Son muchos factores. No es uno solo. Si dijéramos eso nos estaríamos engañando. En la ciudad de Madrid tenemos que ver cómo queremos trabajar en la calle, qué fórmulas podemos usar para trasladar con frescura nuestras propuestas y nuestro proyecto", respondió la líder regional. Sea como sea, Hernández anunció que el PSOE-M pondrá en marcha un "comité de expertos" para "analizar datos, causas y, evidentemente, implantar las medidas que sean necesarias". En ese grupo de trabajo, adelantó, se integrarán entre otros los portavoces en el Ayuntamiento –Purificación Causapié– y la Comunidad–Ángel Gabilondo–, el alcalde de Fuenlabrada –Manuel Robles– y varios diputados. También habrá miembros ajenos al partido, aunque la relación completa de nombres tardará aún días en conocerse.
En la cuerda floja
Mientras tanto, los críticos del PSOE-M sostienen que la líder de la formación se ha quedado apenas sin apoyos, especialmente a raíz de su enfrentamiento con Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada y presidente de los socialistas madrileños. En el centro de esas tensiones sitúan la Presidencia de la Federación Madrileña de Municipios (FMM), que se renovó a finales de noviembre. Tras recuperar el poder en varios consistorios en las municipales de mayo y gracias también a pactos con alcaldes de otros signos, los socialistas se aseguraron los votos necesarios para garantizar el cargo a uno de los suyos. Robles aspiraba a hacerse con el puesto, pero Hernández decidió, en cambio, colocar al frente de la Federación a Guillermo Hita, el alcalde socialista de Arganda del Rey.
Según las fuentes consultadas por infoLibre ese hecho fue el desencadenante de la pérdida del apoyo de Robles, una de las figuras con autoridad en el PSOE-M, y esa pérdida habría mermado su situación interna, ya de por sí delicada. Hernández, candidata impulsada por la dirección federal de Pedro Sánchez, se impuso en primarias con un 57% de los apoyos a Juan Segovia. Después, la composición de su ejecutiva fue aprobada únicamente por el 55% de los delegados del partido. Y en uno de los últimos capítulos, las listas por Madrid a las generales fueron aprobadas con sólo 191 votos favorables en el Comité Regional sobre un total de 350 (el 54,5%). Preguntada este martes por si aún retiene ese 57% que la aupó a la Secretaría General o se ha dejado apoyos por el camino, Hernández replicó: "A día de hoy espero que sean más".
Ahora la secretaria general tiene enfrente a varios sectores: en primer lugar, al grupo de cargos que en la etapa anterior del socialismo madrileño eran próximos a Tomás Gómez pero que acabaron por apartarse de él. Son ellos quenes apostaron por Segovia frente a Hernández en las primarias del pasado julio y también respaldaron a Eduardo Madina en su pulso perdido por liderar el PSOE a nivel federal. Por otra, quienes provienen directamente del círculo de Gómez, como Antonio Miguel Carmona y Maru Menéndez. Precisamente, el que fuera candidato a la Alcaldía de Madrid en las pasadas municipales tenía previsto celebrar en la tarde de este martes una reunión casi paralela a la ejecutiva del partido para trabajar en una candidatura que pueda relevar a Hernández en el próximo congreso de la formación.
Los dirigentes y cuadros preguntados por este diario admiten, eso sí, que nadie quiere alentar nuevamente la división interna del PSOE madrileño justo ahora. En plenas conversaciones para confirmar un nuevo Gobierno central tras las elecciones generales, lo peor que le podría pasar al partido es sumirse en otra batalla interna que desequilibre a Pedro Sánchez y complique sus escasas opciones de llegar a la Moncloa, si es que Rajoy naufraga en el intento de conformar una mayoría y se sortea el escollo de las exigencias que plantea Podemos. Se esperan por tanto semanas de calma tensa, con una secretaria general devaluada y, para no pocos en el partido, sin recorrido futuro.
Fracaso electoral
A la imagen de Sara Hernández no contribuyeron los resultados del domingo. Los socialistas obtuvieron 643.224 votos en la Comunidad de Madrid. Si se compara con los resultados de elecciones generales anteriores, es el peor sin paliativos. Este 20-D el PSOE se quedó en un 17,87% de los votos. En noviembre de 2011 consiguió un 26%, en 2008 un 39,7% y en 2004 un 44,1%. Desde la primera legislatura de Zapatero –su mejor registro en número de votos– el partido ha perdido más de 900.000 sufragios. Incluso con respecto al descalabro de hace cuatro años, los socialistas se han dejado más de 230.000 apoyos. El 20-D es además la primera ocasión en la que el PSOE no es ni primera ni segunda fuerza en Madrid: le adelantaron los dos emergentes, Podemos y Ciudadanos, y pasó directamente al cuarto lugar.
Si se comparan los registros de este domingo con los de las elecciones autonómicas, la perspectiva tampoco es mejor. Los 643.000 votos de las listas de Pedro Sánchez en la Comunidad son 164.000 menos que los que consiguió Ángel Gabilondo el pasado mayo. Incluso son 143.000 menos que la marca de Tomás Gómez en 2011, cuando logró un 26,3% de las papeletas.
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El análisis sólo es algo menos desfavorable si para la comparación se toman los registros de los últimos comicios municipales. Entonces, el candidato a la Alcaldía del Madrid Antonio Miguel Carmona naufragó con un 15,3% de los sufragios y 249.000 votos en la capital. En el conjunto de municipios de la región, los concejales socialistas tuvieron 576.000 votos (18,1%).
El domingo, en las generales, 306.000 personas (17%) votaron a Pedro Sánchez en el municipio de Madrid: son 57.000 y 1,7 puntos más que a Carmona. Y en el conjunto de localidades de la región, el PSOE cosechó las ya referidas 643.000 papeletas por las 576.000 de las municipales de mayo, aunque en este caso esa ganancia de apoyos en números absolutos significó, en cambio, perder porcentaje de voto –se pasó de un 18,1% al 17,9%–.
En cualquier caso el descalabro en Madrid no tiene punto de comparación con lo ocurrido en el resto de comunidades autónomas. En el conjunto del Estado los socialistas pasaron del 28,7% al 22%, una pérdida de 6,7 puntos. En Madrid la caída fue del 26% al 17,9%: 8,1 puntos en total. La circunscripción, la de mayor valor simbólico, es la única en la que tanto Podemos como Ciudadanos superan a los socialistas y la única en la que quedan reducidos a la cuarta plaza en votos y escaños –el PSE también es cuarto en apoyo popular en Euskadi, pero es tercero en número de diputados–. Finalmente, Madrid es la comunidad donde el PSOE obtiene el peor porcentaje de voto a excepción de Euskadi (13,25%), Navarra (15,53%) y Cataluña (15,7%), todas ellas comunidades históricas y con competidores nacionalistas.