Plaza Pública
Malditos datos de reciclaje
Greenpeace acaba de publicar el estudio Maldito Plástico: Reciclar no es suficiente, alertando sobre la insostenibilidad del modelo de consumo de usar y tirar. Relaciona los impactos del plástico en mares y océanos, por su fácil dispersión y su lento proceso de degradación, con el hecho de que cerca del 40% de los plásticos que utilizamos son envases de un solo uso.
No sólo eso, la organización ecologista pone de manifiesto uno de los principales problemas para conocer la magnitud del problema: saber el número de envases que se consumen en España, los que finalmente son recuperados y los que son reciclados correctamente. Su estudio indica que algo tan aparentemente trivial es, actualmente, una tarea imposible. Y lo peor es que sin información adecuada no podemos proponer soluciones ajustadas al problema.
El baile de cifras marea. Greenpeace recoge que sólo el 25,4% de los envases plásticos se recuperaron en España en 2016, según una media de los datos aportados por las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, y las caracterizaciones de residuos que hacen estas administraciones. Una cifra que contrasta con los datos aportados por el Ministerio para la Transición Ecológica que lo eleva al 38% y que alcanza, incluso, el 77% para el conjunto de envases ligeros, si la cifra procede del gestor de bolsa amarilla Ecoembes.
A lo largo del estudio se analizan las causas de esta disparidad en las estadísticas de reciclaje, las causas que nos llevan a unas cifras tan bajas en la recuperación y reciclaje de envases de plástico y, finalmente, se proponen soluciones. Aplicar la jerarquía de residuos establecida en la normativa y que prioriza la reducción y la reutilización, abandonar el modelo de usar y tirar, mejorar la recogida con sistemas de depósito y retorno, aumentar la venta a granel, mayor transparencia, beber agua de grifo…
Como llamada a la acción Greenpeace pide a individuos y ciudades exigir a las marcas que comercialicen alimentos, bebidas y productos de cuidado personal sin envases o contenidos en envases reutilizables. Para ello aporta los resultados de la campaña de auditoría de los residuos recogidos en la naturaleza Break Free From Plastic que implicaron a casi 10.000 voluntarios, en 239 limpiezas, en 42 países de los cinco continentes, recolectando más de 187.851 piezas de contaminación plástica. El análisis de estos datos reveló que las principales compañías contaminantes en el mundo son productos de las siguientes marcas (por orden): Coca-Cola, PepsiCola, Nestlé, Danone, Mondelez International, Procter&Gamble, Unilever, Perfetti van Melle, Mars Incorporated y Colgate-Palmolive.
Sorprende la respuesta al estudio “Maldito Plástico: Reciclar no es suficiente”. Cabría esperar que las marcas aludidas hubiesen puesto el grito en el cielo. Pero no lo han hecho. O quizá sí, indirectamente a través de Ecoembalajes España, S.A. (Ecoembes). Esta empresa privada, creada por las corporaciones multinacionales de la distribución de productos envasados para la gestión financiera de la recogida selectiva, ha puesto su maquinaria a funcionar ¿Para aclarar las dudas suscitadas en el informe de Greenpeace? No, claro que no.
Ecoembes aprovecha su capacidad de influir en los medios para tachar de irresponsable a la organización ecologista. A las pocas horas de publicarse el informe, en La Vanguardia podíamos leer el titular: "Ecoembes acusa a Greenpeace de "gravísima irresponsabilidad" por "confundir" al ciudadano sobre el reciclaje".
En este comunicado, la sociedad anónima cuyos accionistas son las principales corporaciones relacionadas con los productos envasados en los plásticos que se mencionan en el estudio, afirma que son falsos algunos de los datos aportados por Greenpeace.
Utiliza afirmaciones categóricas como que se confunde a los ciudadanos con "mentiras" como que los envases que van al contenedor amarillo no se reciclan, cuando el estudio lo que pone de manifiesto es que sólo una pequeña parte de lo que se deposita en el contenedor amarillo acaba finalmente reciclándose.
Desde Ecoembes muestran su decepción por lo que considera una "manipulación que atenta contra el esfuerzo que realizan miles de personas diariamente" en el reciclaje. Cuando lo que pone de manifiesto el estudio es la manipulación estadística que realiza el sistema integrado de gestión de envases ligeros.
Entrando en cuestiones más técnicas, Ecoembes asegura que es "rotundamente falso" que "ningún solo" material que salga de las plantas de selección de envases que tratan los residuos del contenedor amarillo en España hayan sido exportados a Malasia y retan a la ONG a demostrarlo "con pruebas". El caso es que Greenpeace denuncia que la trazabilidad de los residuos de envases de plástico se pierde en el momento en que se depositan en el contenedor amarillo. A pesar de ello, la sociedad anónima que asegura disponer de información sobre el destino de esos envases reta a la ONG a demostrar lo indemostrable. ¿Por qué no actúa en contrario y Ecoembes nos dice a todos dónde va a parar cada uno de los envases adheridos a su sistema de gestión?
Los consumidores que compran productos envasados en plástico pagan una cantidad que envasadores y distribuidores repercuten anualmente a Ecoembes. Esta cantidad debería servir para la recogida separada y el tratamiento de unos envases que, según manifiesta el estudio de Greenpeace, apenas se reciclan en un 25%.
La sociedad anónima acusa a la ONG de obviar que para garantizar la trazabilidad de los datos que emiten 8.000 administraciones españolas que después se reportan a la Unión Europea y Eurostat, se realizan cada año 14.000 auditorías cuando resulta que, precisamente, son esos datos los que utiliza para llegar a las conclusiones que presenta el estudio.
Así pues, ante la evidencia de que se recicla mucho menos de lo que se publica, Ecoembes se anticipa a las responsabilidades que se le pudieran exigir por la ineficacia de su sistema de recogida y tratamiento de residuos de envases de plástico y argumenta que la ONG estaría dando a entender que las administraciones están cometiendo un "fraude". Si los ciudadanos pagamos al sistema integrado por la recogida y tratamiento de todos los envases que compramos y sólo se recupera el 25%, ¿quién está cometiendo fraude?
En su línea de argumentación torticera Ecoembes estima que el "único objetivo" del documento presentado por Greenpeace es su "interés en la imposición de un modelo de reciclaje que no supone ninguna mejora medioambiental, económica o social". Resulta curioso cuando esa conclusión sobre los sistemas de depósito, devolución y retorno se extrae de estudios chapuceros financiados por Ecoembes, donde lo único que queda claro es que hay gente dispuesta a hacer sumas mal y despreciar los datos de partida para llegar a las conclusiones y titulares que interesan a la industria del envase de usar y tirar.
A pesar del intento de politizar el debate –las únicas comunidades autónomas que han estudiado seriamente los sistemas de depósito, devolución y retorno de envases son las gobernadas por partidos radicales de izquierda y separatistas rompepatrias– Ecoembes no puede ocultar que los sistemas de depósito, devolución y retorno son una opción prevista en las directivas europeas, válida para cualquier tipo de residuos –no sólo envases ligeros– y recomendada por la Unión Europea a España para avanzar en materia de responsabilidad ampliada del productor.
Malditos datos. Los cojan por donde los cojan ponen en evidencia que el sistema de recogida basado en contenedores amarillos apesta. Si los miran en detalle les animan a preguntarse: ¿dónde está el dinero que estos 22 años he estado pagando, en cada una de mis compras a Ecoembes para que recogiese los residuos de envases y les diese un tratamiento adecuado?
No hay respuesta, pero sí sabemos que el dinero que no se destina a reciclaje permite desarrollar una estrategia clara: la empresa de la que depende el buen funcionamiento de la recogida selectiva se dedica a victimizarse ante la evidencia de que algo falla. Podría aportar datos concretos para rebatir el estudio ecologista, pero en lugar de eso tergiversa las argumentaciones que evidencian los errores de funcionamiento del contenedor amarillo.
Estaría bien que en ese ofrecimiento de datos Greenpeace preguntase a Ecoembes por esta cuestión. Que le aclarase cuántos envases adheridos a su sistema integrado de gestión se ponen en el mercado español, cuántos se recogen y cuántos se reciclan. A ser posible en unidades, por volumen y por tipo de materiales. O por qué ha retirado de su web corporativa el histórico de empresas a las que adjudica los materiales recuperados de los contenedores amarillos ¿Tiene algo que ver la ola de incendios en plantas de gestión de residuos que arrasa el país?
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Y sí. Pese a que el resultado no es muy bueno, separar la basura merece la pena. Los datos son tristes pero se dan dos circunstancias. La primera es que cuantos menos materiales deposites en el contenedor amarillo más dinero del que pagaste cuando compraste productos envasados queda a disposición de Ecoembes. Y la segunda es que si no separas tus residuos en casa después no hay nada que hacer, más allá de enterrar en vertederos o incinerar, dos opciones que ni crean empleo ni generan economía circular. _____________
Alberto Vizcaíno esambientólogo y consultor ambiental