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Crisis del coronavirus

Los 27 rechazan la propuesta de los 'frugales' de recortar el fondo y Michel vuelve a poner sobre la mesa los 750.000 millones

El presidente del Consejo europeo, Charles Michel, a su llegada este domingo a la cumbre.

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Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE siguen negociando este domingo para llegar a un acuerdo sobre el fondo de recuperación económica y el presupuesto comunitario de los próximos siete años. Tras horas de negociones, los primeros ministros de Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia han planteado al resto de socios una nueva propuesta que pasaría por reducir el fondo europeo de recuperación hasta los 700.000 millones de euros y distribuir esta cantidad a partes iguales entre transferencias no reembolsables y préstamos. Oferta que han rechazado los 27 y que ha provocado que el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, haya vuelto a poner sobre la mesa el fondo de 750.000 millones, de los cuales 400.000 millones se distribuirían en forma de transferencias, según han detallado fuentes comunitarias a Europa Press.

Los líderes europeos,  en una reunión a 27 que empezó pasadas las 19 horas, han comezado debatiendo la oferta de Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia: un plan de recuperación rebajado de 700.000 millones y dividido a partes iguales entre préstamos y subvenciones a fondo perdido. Hasta este momento se habían sucedido los contactos bilaterales y las reuniones en grupos reducidos para intentar acercar posturas y desbloquear la situación. Una de estas reuniones, por ejemplo, ha juntado a los países del sur (España, Italia y Grecia) con el grupo de los frugales, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron.

Este planteamiento ha sido rechazado por el resto de socios y el belga ha recuperado el montante anterior. Michel, en concreto, ha devuelto a la negociación un fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros que estaría compuesto por 400.000 millones en subsidios no reembolsables y por 350.000 millones en créditos. Aunque más elevada que la que sugerían los socios del norte, esta propuesta reduce en 100.000 millones las transferencias que pedía la Comisión Europea en su planteamiento original, en el que ascendían a 500.000 millones.

En su discurso ante los 27 líderes, Michel ha recalcado que durante los dos primeros días de negociación escuchó "atentamente" a cada socio e incluyó en sus propuestas la mayor parte de las exigencias de los países llamados frugales, incluso reduciendo en dos ocasiones el volumen del fondo o reforzando la condicionalidad de las ayudas. Tras recordar a los líderes su responsabilidad para con los ciudadanos y el golpe que la crisis del coronavirus ha supuesto en la UE, Michel les ha pedido decidir si son capaces de contribuir a "construir la unidad europea y confianza" o bien optarán por "el desgarro" y deberán presentar una Europa "débil, dañada por la desconfianza".

Michel ha cerrado el discurso, según han apuntado fuentes conocedoras de la negociación, afirmando que su deseo es lograr a un acuerdo "y que los periódicos europeos titulen mañana que la Unión Europea ha logrado una misión imposible".

La última vez que se vieron los 27 juntos fue en la sesión del sábado que terminó pasadas las 23 horas sin lograr un punto de acuerdo entre los 27 en la que se estudió una propuesta de Charles Michel para el fondo de recuperación económica con 50.000 millones menos de ayudas para la lucha contra el coronavirus y que daría en la práctica a Países Bajos el poder de bloquear el desembolso, un "freno de emergencia", si considera que el país que las va a recibir no ha planteado las reformas adecuadas o no son lo suficientemente ambiciosas. Esto supondría que a los países más castigados por la pandemia, entre ellos Italia y España, recibirían menos dinero en subvenciones.

La oferta de los 'frugales'

Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia han hecho esta oferta al resto de capitales sobre la base de una "sugerencia de compromiso" elaborada por la delegación finlandesa, según han detallado fuentes diplomáticas. Así, el plan de reconstrucción europeo estaría formado por 350.000 millones de euros dirigidos a los gobiernos en forma de subvenciones a fondo perdido y por otros 350.000 en forma de préstamos.

Sin embargo, este planteamiento está condicionado a que el control de las ayudas y el resto de cuestiones abiertas (como el respeto al Estado de derecho o los cheques que reducen su aportación al presupuesto comunitario) se resuelvan de una forma que sea aceptable para sus intereses. Es decir, que se beneficien de mayores reducciones en el dinero que deben aportar a las cuentas comunitarias (y que deben pagar el resto de Estados miembros) y que se establezca un férreo control antes de aprobar el desembolso de las ayudas del plan de recuperación. Mark Rutte incluso ha apuntado públicamente durante este fin de semana que España e Italia deberían mejorar su legislación laboral y su sistema de pensiones.

Merkel y Macron dudan de llegar este domingo a acuerdo

La jornada ha empezado temprano en Bruselas. A su llegada a los edificios comunitarios esta mañana, Angela Merkel ha mostrado sus dudas acerca de la posibilidad de que los líderes europeos logren un acuerdo durante este la jornada "decisiva"  porque sigue habiendo "muchas posiciones" diferentes entre las capitales. "No puedo decir si encontraremos una solución. Hay mucha buena voluntad pero también hay muchas posiciones diferentes. Haré mi parte, pero también es posible que no haya hoy un resultado"; ha expresado en declaraciones sin preguntas de la prensa a su llegada a la tercera sesión de negociaciones.

En opinión de la canciller, la jornada de este domingo es "seguramente la definitiva", pero ha apuntado que hay cuestiones en las que los jefes de Estado y de Gobierno todavía deben trabajar, como el tamaño del fondo de reconstrucción, las condiciones para acceder a sus ayudas y el respeto al Estado de derecho.

También a primera hora se ha pronunciado el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha aseguradoque hará todo lo que esté en su mano para lograr un acuerdo para el plan de recuperación post-covid, si bien ha avisado de que no será "a costa de la ambición europea" para contar con los recursos necesarios para afrontar la crisis "inédita" que afronta el bloque. "Hay que encontrar buenos compromisos en las próximas horas, creo que aún es posible pero esos compromisos, y lo digo claramente, no se harán a costa de la ambición europea", ha subrayado Macron, en una declaración a la prensa sin preguntas.

"La voluntad de acuerdo no nos hará renunciar a la ambición legítima que debemos tener, y veremos en las próximas horas si ambas cosas son compatibles", ha zanjado Macron, quien ha avisado de que el consenso para superar la grave crisis económica, sanitaria y social que atraviesa la UE es algo que la "unidad" de Europa "también necesita". El mandatario galo ha recordado cuáles son los principales escollos para el acuerdo, entre los que destacan las diferencias sobre la gobernanza y el monto del fondo de recuperación, para el que Países Bajos y el resto de países llamados frugales (Suecia, Dinamarca y Austria) reclaman que se imponga la unanimidad para la aprobación de las ayudas y que se recorte su volumen. 

Un mensaje similar ha compartido el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, al reconocer que todas las partes deben hacer "concesiones" pero no a costa de "diluir" a ambición del fondo europeo de recuperación. "Simplemente no podemos permitirnos aparecer divididos o débiles", ha advertido.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llegado al edificio del Consejo europeo minutos después de las 10.30 horas pero no ha hecho declaraciones. España, no obstante, se mostró el sábado dispuesta a aceptar que Países Bajos pueda retrasar el desembolso de las ayudas si considera que no se han adoptado reformas adecuadas, pero no a vetar en última instancia el pago de las mismas.

Orbán acusa "al tipo holandés" del bloqueo

Otro de los grandes escollos para el acuerdo es la condicionalidad al respeto del Estado de derecho que, según ha dicho Macron, la mayoría de países apoya. Sin embargo, este principio choca con el rechazo formal de Polonia y Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orbán, ha retado a los socios europeos al defender que si se demuestra que un Estado miembro viola los valores fundamentales "debe abandonar inmediatamente la UE".

"Macron ha dicho que el Estado de derecho es una cuestión existencial, es correcto. Así que si alguien no está dispuesto a aceptarlo debe dejar la Unión Europea inmediatamente. No debe ser castigado con dinero u otra cosa, hay que decirle 'adiós'", ha defendido Orbán en respuesta a preguntas de los periodistas cuando llegaba a la cumbre. El líder húngaro ha acusado "al tipo holandés", en referencia a Mark Rutte, del bloqueo en las negociaciones por pedir más control sobre las ayudas del fondo y también por exigir más severidad en la condicionalidad sobre el Estado de derecho.

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Las reuniones de este domingo ya se repitieron el sábado por la noche tras la pausa en las negociaciones a 27. De madrugada, Merkel, Macron y Michel junto con los líderes de Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Austria y Finlandia hicieron una última tentativa para intentar desbloquear la situación, pero "tras varios intentos de acuerdo, el presidente francés y la canciller abandonaron juntos la reunión", según han revelado fuentes diplomáticas.

Macron y Merkel rechazan de plano los fuertes recortes que reclaman los frugales para el fondo de recuperación, y tras constatar las fuertes divergencias en el encuentro continuaron los contactos, ya en el hotel, con otros interlocutores como el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, o la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, de acuerdo a diversas fuentes.

Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia reclaman recortes en las dos partidas del fondo y esto les enfrenta con países del sur como España, Italia, Portugal o Grecia, pero también con Merkel o Macron. El holandés Mark Rutte también exige un férreo control de las ayudas del fondo de recuperación para que su gobierno pueda tener garantías antes del desembolso de que el país que las vaya a recibir ha adoptado reformas que Países Bajos considera adecuadas.

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