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Ley de Servicios Digitales

Un 'sheriff digital' para acabar con el 'salvaje Oeste', así es la ley de la UE para frenar a Google, Meta y Apple

Varias personas consultando smartphones.

"Estamos dando un paso histórico hacia el final del llamado salvaje Oeste que domina nuestro espacio informativo". Así de optimista se mostró este miércoles el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, durante el debate celebrado en el Parlamento Europeo sobre la futura Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) y que busca, a grandes rasgos, algo tan básico como que lo es ilegal en el mundo físico sea ilegal en el mundo digital. Con el objetivo de crear un entorno digital más seguro, esta futura directiva busca un mayor control democrático y supervisión de las plataformas, como Google, Amazon, Meta o Apple, al tiempo que pretende una atenuación de riesgos sistémicos tales como la manipulación o la desinformación. Una directiva a la que en Bruselas ya conocen como "el nuevo sheriff de la ciudad". 

La Eurocámara aprobó este jueves por 530 votos a favor, 78 en contra y 80 abstenciones un texto que ahora servirá de base para las negociaciones con el Consejo Europeo, que representa a los 27 Estados miembros. El Gobierno francés, que ostenta este semestre la presidencia rotatoria, pretende cerrar las negociaciones antes de que finalice su mandato en julio. Después, a esta nueva directiva aún le quedarían otros dos años para ser transpuesta a las legislaciones nacionales. 

El ambicioso plan de la UE, que comenzó su andadura en 2020, quiere imponer, entre otras cosas, medidas para poner freno al contenido ilícito, responsabilizar a las plataformas de sus algoritmos y mejorar la moderación. La Ley de Servicios Digitales también establecerá las responsabilidades de los proveedores e intermediarios de servicios, pero también de las plataformas digitales como las redes sociales y los mercados virtuales. Asimismo, obligará a una mayor supervisión pública de las tecnológicas. 

Aunque, sin duda, entre sus principales objetivos se encuentra limitar el poder de las grandes tecnológicas, es decir, de las conocidas en el mundillo como GAMA (antes GAFA): Google, Amazon, Meta (antes Facebook) y Apple. Pero, también afectará a otras redes sociales como Twitter, a plataformas de música o vídeo como Spotify o Netflix, o a webs de alojamiento como Airbnb. Y dará igual el color de su pasaporte: tengan donde tengan su sede, se les aplicarán estas normas de manera uniforme si operan en el mercado europeo. 

"La nueva normativa va a suponer un cambio de paradigma", reconoce Sergio de Juan-Creix, profesor colaborador de los estudios de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Los cambios van a ser brutales. Va a suponer un tsunami de cambios, de cambios para bien", admite este experto en derecho digital. 

Así, las expectativas puestas en esta nueva directiva son muy elevadas y, como muestra, las palabras gruesas que se utilizaron durante el debate de esta misma semana en Estrasburgo. "La UE está en una posición única para hacer un libro de reglas muy sólido que pueda hacerse cumplir rápidamente", afirmó la vicepresidenta ejecutiva y responsable de la política de competencia, Margrethe Vestager. "Europa es el primer continente del mundo en emprender una reforma integral del espacio digital", aseguró el comisario Breton que apuntó también que "el mundo entero nos está mirando y nuestros ciudadanos nos están esperando". 

"Puede ser el nuevo estándar para el campo tecnológico, no solo en Europa, sino en todo el mundo", explicó la eurodiputada ponente, la socialista danesa Christel Schaldemose, que señaló que "es hora de que hagamos una actualización fundamental de nuestra legislación digital". Y razón no le falta: la Ley de Servicios Digitales sustituirá a la directiva de comercio electrónico que la UE adoptó en el 2000. "En ese momento, el mundo era muy diferente. Facebook no existía, Mark Zuckerberg ni siquiera había tenido la idea. Steve Jobs y Apple aún no habían lanzado el iPod, por no hablar del iPhone", recordó la parlamentaria. 

Responsabilidad sobre el contenido ilícito y la desinformación

A pesar de sus dos décadas de vida, esta normativa es mucho más restrictiva que la sección 230 de EEUU, que le da casi carta blanca a las plataformas con respecto a la responsabilidad sobre el contenido que albergan, aunque estos incumplan la ley. Sin embargo, la Ley de Servicios Digitales tiene entre sus principales objetivos definir cuál es la responsabilidad de las tecnológicas con el contenido que se publica en ellas, sobre todo con respecto a aquellos contenidos ilícitos o nocivos y a la desinformación.  

La futura directiva establece unas responsabilidades y procedimientos claros para las tecnológicas con un mecanismo denominado "aviso y acción" para la retirada de productos, servicios o contenidos ilegales. Es decir, tendrán que actuar tras recibir la notificación "sin demora indebida" y cooperar con "alertadores fiables". "Hasta ahora, eran procedimientos individuales para regular a los gigantes tecnológicos. Y lo que se plantea ahora es algo más global y que implica para las compañías una responsabilidad más directa", explica De Juan-Creix que avanza que "será complicado llevarlo a la práctica". 

Asimismo, el Europarlamento ha incluido en el texto unas salvaguardias para garantizar que estas notificaciones se tramiten "de forma no arbitraria y no discriminatoria" y respetando "los derechos fundamentales, entre ellos la libertad de expresión". Y es que este punto es uno de los más peliagudos de la nueva ley. "La nueva directiva implica que las plataformas sean más proactivas. Y el problema que abre es si van a convertirse en censores de contenido", reconoce De Juan-Creix. 

Abrir "la caja negra" de los algoritmos

Otro de los principales objetivos de la UE, es aumentar la transparencia. Esto es lo que más van a notar los usuarios ya que, tal y como sostiene De Juan-Creix, esto supondrá que tendrá que "haber una explicación detrás de porqué un servicio me ofrece este vídeo u otro" mientras que hasta ahora "no había obligación de informar al usuario de por qué reciben determinada publicidad o determinada recomendación de contenido". 

Es decir, se impondrá mayor claridad en los "sistemas de recomendación", los famosos y secretos algoritmos que determinan qué vídeos ver a continuación o qué noticias aparecen en nuestros muros de una determinada red social. Algo similar a lo que establece en España la Ley de Riders que obliga a las plataformas a informar a la representación legal de los trabajadores de las reglas que encierran los sistemas de inteligencia artificial que pueden incidir en sus condiciones laborales. 

Eso sí, esto no implica que las tecnológicas pongan a la vista de todos sus secretos. "No los van a dar a conocer públicamente porque generaría un conflicto de derechos de autor", explica De Juan-Creix que matiza que "hay que diferenciar que el usuario tendrá derecho a que le expliquen una determinada situación, y otra cosa es que los desvelen". 

¿Por qué la nueva ley dedica tanto esfuerzo a esta transparencia? "Los algoritmos han fomentado la división y los sistemas de recomendación han destruido la autoestima de los jóvenes", defendió la eurodiputada Schaldemose, por lo que es necesario "abrir la caja negra de los algoritmos": "¿Un algoritmo promueve, por ejemplo, los trastornos alimentarios y las autolesiones? Si lo hace, la plataforma debe corregir el problema. Ya no pueden esconderse detrás de un velo de ignorancia". 

Así, con la Ley de Servicios Digitales, los usuarios tendrán, por tanto, "garantías eficaces". Para lograrlo, también se incluye la posibilidad de impugnar las decisiones de los moderadores de contenidos de las plataformas

El ¿fin? de la publicidad personalizada

Con el objetivo de que los usuarios tengan más control sobre sus propios datos, el texto que sale del Parlamento Europeo también pretende limitar la publicidad personalizada. Además, se busca prohibir las técnicas de focalización o amplificación a partir de los datos personales de menores con el fin de mostrar publicidad. "Los datos menores no deben poder ser recolectados y utilizados con fines comerciales", explicó Schaldemose. Y lo mismo sucederá con las categorías especiales de datos que permiten dirigirse a otros grupos vulnerables. 

"Es alentador que las enmiendas aprobadas prohíban las prácticas más invasivas, como la focalización en menores y el uso de datos personales absolutamente confidenciales", celebra Claudia Prettner, asesora jurídica y sobre políticas de Amnistía Internacional en una nota enviada tras la votación en la Eurocámara. No obstante, también asegura que "aún queda trabajo por hacer para alcanzar la prohibición total de la invasiva práctica de la publicidad basada en la vigilancia". "Es fundamental seguir adoptando normas sustantivas para obligar a empresas como Google y Facebook a abordar los daños a los derechos humanos que causa su modelo de negocio basado en la vigilancia", argumentan desde la ONG.

La Eurocámara también incluyó en el texto la prohibición de los conocidos como "patrones oscuros", es decir, engañar o condicionar a los usuarios para influir en su comportamiento. En otras palabras, esos mensajes que salen en algunas webs como "sólo quedan 2 asientos a este precio" o "hay otras cinco personas viendo este alojamiento". 

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Asimismo, las tecnológicas de mayor tamaño estarán sujetas a unas obligaciones específicas entre las que se encuentran evaluación de riesgos obligatorias o auditorías independientes. Además, deberán permitir el acceso de los investigadores a sus datos clave para comprender cómo evolucionan los riesgos online. Con estas medidas, la Ley de Servicios Digitales pretende evitar abusos de sus sistemas. 

"Dos caras de una misma moneda"

Esta futura Ley de Servicios Digitales se enmarca dentro de la estrategia de Bruselas para que Europa lidere la transición hacia un nuevo mundo digital y que está dentro de un paquete en el que también se encuentran la primera regulación sobre inteligencia artificial o la de Mercados Digitales (DMA). Esta última se encuentra en la misma fase después de pasar el pasado mes de diciembre por el Europarlamento y, tal y como insistió en varias ocasiones el comisario Breton esta semana desde Estrasburgo, son "dos caras de una misma moneda".

La Ley de Mercados Digitales busca evitar que los llamados actores "sistémicos" amenacen el libre juego de la competencia, es decir, frenar el comportamiento anticompetitivo. "La regulación del espacio informativo y de las cuestiones societarias no podría resolverse sin afrontar los retos, por un lado, de la sana competencia, por supuesto, pero también, por otro lado, de la protección de los valores que son tan importantes para nosotros y a los que estamos tan apegados en Europa", aseguró el comisario que también puntualizó que ambas directivas "pueden convertirse en una referencia para las democracias en todo el mundo". 

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