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Las "furias invisibles" de Irlanda

Begoña Curiel ('El libro durmiente')

El libro durmiente comenzó su andadura como club de lectura en junio de 2003. Su nombre hace referencia a la necesidad de rescatar los valores y principios que duermen en el seno de los libros. El libro durmiente se define como una entidad creada sin fin de lucro. Nuestra acción adquiere la condición de voluntariado cultural. Desde el año 2012, correspondiendo con el período lectivo, impartimos los talleres de escritura creativa en dos niveles: básico y avanzado. Finalmente, la invitación a los autores para presentar sus obras o impartir clases magistrales sobre las técnicas de escritura ha dado lugar a la creación de un foro literario donde confluyen los lectores, libros y escritores, compartiendo ideas e inquietudes en pro de la cultura.

Las furias invisibles del corazón

John Boyne

Salamandra (2021)

Cuánto se sufre con Cyril Avery y se quiere a este superprotagonista. Muy acertado el término "furia" del título porque eso he sentido como lectora. Más incluso que Cyril, víctima de la humillación que la ley y sociedad retrógrada de la Irlanda del siglo XX que carga contra los homosexuales. La novela es una brutal crítica a la hipocresía de los dogmas religiosos que matan en vida y una auténtica epopeya humana por sobrevivir al pozo de las condenas injustas.

Pero no es él sino la expulsión de una joven de su comunidad la que dará pie al terrorífico escenario al que el chico deberá enfrentarse a lo largo de su vida: rechazo, hostilidad, soledad..., un infinito listado de golpes a su alma hasta que la madurez consiga mantenerle más o menos en pie.

Sus extraños —más bien, monstruos— padres adoptivos le recordarán a todas horas que no es de su sangre. Su mejor amigo es su amor platónico y por supuesto deberá callarlo. La sociedad le obligará a asociar el sexo y cualquier forma de afecto a algo sucio. No hay una mínima luz a la que aferrarse por semejantes veredas. Y sin embargo, John Boyne logra que sonriamos en este laberinto de amargura con algunas pinceladas cómicas.

Cuesta creer que alguien pueda salir indemne de una batalla interior de este calado, plagada de dudas y miedo en un viaje personal donde no romperse definitivamente resulta utópico. La lectura duele; Cyril duele; va de desastre en desastre. Te preguntas: ¿podría haber hecho algo más? ¿Debería haber luchado de otra forma? Desde nuestra actual atalaya parece que sí; pero su contexto no es el nuestro. Es un superviviente, prácticamente un héroe esquivando muros sin autoestima que le proteja.

La lectura se hace larga y no sólo porque no parezcan terminar nunca las penalidades. Puede que el autor se haya extendido demasiado porque el mensaje se capta muy pronto; podría no haber machacado en el mismo clavo. Como lectora así lo siento, como ser humano puedo entenderlo. Y todo queda claro y meridiano cuando en la "nota de autor" Boyne se desnuda.

Podría pasarle a cualquiera

No habría hecho falta como escritor pero entiendes que lo necesitaba: estremece el grito de esta novela denunciando el daño irreparable que los prejuicios y la intolerancia causan a los considerados anómalos por una determinada orientación sexual. Hemos avanzado, sí, pero los tabúes y el cinismo campan aún a sus anchas y lo que nos queda...

Las furias invisibles del corazón estremece con tanta crueldad: la encubierta y la abiertamente destructiva y sin embargo enternece y emociona. De hecho no hay novela Boyne que me haya dejado indiferente me haya gustado más o menos su escritura e independientemente de su valor literario.

Me quedan algunos pero he leído mucho a este escritor: El niño con el pijama a rayas, La casa del propósito especial, El niño en la cima de la montaña, Las huellas del silencio, El pacifista, El increíble caso de Barnaby Brocket y El ladrón del tiempo (varios con reseña en El libro durmiente). Tengo claro que volveré a encontrarme con Boyne porque siempre me aporta material entre emociones y reflexión. En sus páginas hay mucho corazón, compromiso y arrojo.

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