El voto por correo complica la participación de los mayores en las primeras generales en verano
"Mucha gente mayor que no lo suele pedir lo está solicitando". Quien habla es David, un cartero rural que desde hace años recorre diariamente varios de los pueblos de la provincia de León, una de las más envejecidas de todo el país. Y a lo que se refiere es a la explosión del voto por correo en su oficina. Una modalidad de sufragio a distancia que permitirá a buena parte de la ciudadanía compaginar las urnas con el descanso vacacional. Pero que también puede convertirse en un auténtico suplicio para la población más envejecida. "Muchas solicitudes que presentan están mal, ya sea porque incluyen tachones o porque ponen datos donde no son. Las letras del formulario son minúsculas, no están adaptadas", apunta el cartero.
Las elecciones del próximo 23 de julio serán las primeras generales en democracia que se celebran en pleno verano. Y eso ha disparado el uso del voto a distancia. Tanto, que para estos comicios se esperan cifras récord. Correos ya se ha comprometido a reforzar los equipos con una contratación "sin precedentes" ante la previsión de avalancha del sufragio por correspondencia. Una modalidad que, además, incluirá una novedad importante para esta cita con las urnas. Con la intención de taponar cualquier intento de compra de papeletas, la Junta Electoral Central ha acordado que todos aquellos electores que voten por correo deban identificarse con su DNI en el momento de depositar el voto.
Aunque pueda parecer sencillo, todo el proceso alrededor del sufragio a distancia está plagado de obstáculos para los más mayores, sobre todo aquellos que no tienen más remedio que valerse por sí mismos. "A muchos les resulta realmente complicado", sostiene al otro lado del teléfono Marcelo Cornellá. Es presidente de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (Acumafu), que cuenta con más de tres millares de socios y un par de centros en la Comunidad de Madrid. Un colectivo que en los últimos días se ha puesto manos a la obra para acompañar en todo el papeleo a aquellas personas mayores que lo necesiten. "En los pocos días que lleva en marcha la campaña hemos echado una mano a unas 2.600 personas", asegura Cornellá en conversación con infoLibre.
Un formulario poco adaptado
El primer gran problema es a nivel "cognitivo". "Algunos o no saben leer y escribir o lo hacen con una letra casi ilegible", apuntan desde Acumafu. Y eso, a la hora de rellenar el impreso para solicitar el voto por correo, se convierte en una barrera importante. Un formulario que, además, presenta algunas dificultades añadidas. Una de ellas es el tamaño de las letras con las que aparece escrito cada uno de los campos a rellenar: "Nombre", "Primer apellido", "Segundo apellido", "Domicilio"... Y luego está la dificultad a la hora de rellenarlo de ajustar cada letra de las respuestas a una celda concreta. "Por eso, nosotros les tratamos de guiar en todo ese proceso", señalan desde la asociación.
A esto hay que añadir los problemas físicos que tienen muchos mayores y que convierten el desplazamiento y la espera en las oficinas de Correos en todo un suplicio. "Algunas personas no pueden permanecer de pie durante mucho tiempo y en las oficinas no se están habilitando ventanillas específicas para personas mayores o con problemas de movilidad", resalta Cornellá. La ley electoral, no obstante, contempla que en caso de "enfermedad o incapacidad" que "impida la formulación personal de la solicitud", esta puede ser efectuada por otra persona. Ahora bien, con autorización notarial y un certificado médico por delante. Una vía de escape, sin embargo, complicada para aquellos mayores que están solos.
Correos, por su parte, señala que está haciendo todo lo posible para garantizar que cualquier ciudadano pueda ejercer su derecho al voto. En primer lugar, fuentes de la empresa resaltan que su personal "asesora y facilita la gestión del voto por correo" a todo aquel que acude a una oficina. Y en cuanto a las esperas, ponen sobre la mesa dos cuestiones. Primero, que se está "potenciando" el uso del sistema de cita previa, que ya está funcionando en 503 oficinas –alrededor de un 20% del total– y que "redirige a las horas de menos afluencia". Y segundo, que en el gestor de turnos se ha activado una opción de voto por correo "para agilizar la atención y reducir las esperas".
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Hay una opción, no obstante, para evitar el desplazamiento a las oficinas de Correos: solicitar el voto por correspondencia a través de Internet. Pero esto más que una barrera es una muralla para muchos mayores. En el informe Uso de tecnologías en los hogares españoles, publicado hace apenas un año, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad señalaba que solo una cuarta parte de las personas con edades superiores a 74 años utilizaba Internet. Y quienes lo hacen es, fundamentalmente, para comunicarse o para informarse. Según un estudio reciente de la Fundación Cotec, apenas un 21,3% de las personas mayores afirmaban en 2020 haber presentado formularios oficiales a través de Internet en los últimos doce meses.
Para pedir online el voto por correo, es necesario disponer de un DNI electrónico o un certificado digital válido. "La mayoría de las personas de edades avanzadas no tienen estas herramientas", resalta Cornellá. Es el caso de José Manuel, vicepresidente de la Asociación Gallega de Personas Mayores, Jubilados y Pensionistas (Asogapem). A sus 72 años, este residente en Vigo votará el próximo 23J en persona porque no termina de fiarse del voto por correo. No obstante, reconoce que si tuviera que optar por esta última opción lo tendría complicado. Sobre todo, si necesitase pedirlo vía online: "Yo no tengo ni DNI electrónico ni certificado digital. Esto de las gestiones por Internet es un problema para nosotros".
Las personas mayores representan una parte importante del electorado. En los últimos comicios municipales, los del pasado 28M, estaban llamados a las urnas poco más de 7 millones de electores mayores de 70 años, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que equivale a casi el 20% del censo electoral. Sectores de la población que, además, suelen ser los más movilizados. En la última encuesta que hizo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) antes de las municipales, el 83,4% de las personas mayores de 75 años aseguraba que iría a votar "con toda seguridad". Y lo mismo decía el 82,4% de aquellos con edades comprendidas entre los 65 y los 74 años. Ahora, a muchos de ellos no les quedará más remedio que cambiar la urna por la oficina de Correos.