El conflicto en Gaza divide a la comunidad internacional y podría convertirse en un regalo para Putin
Los presidentes americanos Barack Obama y Donald Trump, obsesionados con la rivalidad china, pensaban "distanciarse de Oriente Próximo", rompiendo con una política tradicional de implicación. Los ataques de Hamás del sábado 7 de octubre y la respuesta israelí han obligado a su sucesor, Joe Biden, a considerarlo. El jueves por la mañana, su jefe de la diplomacia, el secretario de Estado Antony Blinken, llegaba a Israel.
Tras reunirse con el primer ministro Benyamin Netanyahu a puerta cerrada en una base militar de Tel Aviv, prometió su apoyo a Israel ante los medios de comunicación. "Me presento ante ustedes no sólo como secretario de Estado estadounidense sino también como judío", comenzó diciendo. "Comprendo personalmente los efectos desgarradores que las masacres de Hamás tienen para los judíos israelíes y para los judíos de todo el mundo", dijo, refiriéndose a su suegro, Samuel Pisar, superviviente de los campos de concentración nazis.
“Con demasiada frecuencia en el pasado, los líderes se han mostrado equívocos ante los ataques terroristas contra Israel y su pueblo", dijo Antony Blinken. “Este debe ser un momento de claridad moral", afirmó el jefe de la diplomacia americana, y añadió: "Cualquiera que quiera la paz o la justicia debe condenar el reino del terror de Hamás".
Blinken viajó a Jordania para reunirse este viernes con el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
Washington está con Israel, dispuesto a proporcionar ayuda militar, declaró el martes el presidente Joe Biden. También dijo que había mantenido conversaciones con Francia, Alemania, Italia y Reino Unido para "coordinar una respuesta conjunta".
Sin embargo, como en el caso de la guerra en Ucrania, existe una división en la comunidad internacional entre el bando occidental, formado por Washington y sus aliados en Europa y Asia (Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia), y el resto del mundo, donde las actitudes varían desde una postura neutral –Pekín no ha condenado los ataques de Hamás y pidió "a las partes implicadas que mantengan la calma, den muestras de contención y pongan fin inmediato a las hostilidades"– hasta llamamientos a la desescalada, pasando por el apoyo total a los palestinos, como el de Venezuela.
La Unión Europea apoya a Israel pero recuerda el Derecho internacional
La Unión Europea también ha declarado su apoyo a Israel, al tiempo que se opone al bloqueo de Gaza y recuerda que debe llevarse a cabo de acuerdo con el derecho internacional.
En declaraciones a la prensa el martes 10 de octubre en Mascate (Sultanato de Omán), al término de una reunión extraordinaria de los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete, Josep Borrell afirmó que el respeto del derecho internacional implica decir "no al bloqueo", que supondría el fin del suministro de "agua, alimentos o electricidad". "Israel tiene derecho a defenderse" tras el ataque "bárbaro y terrorista" de Hamás, "pero debe hacerlo de acuerdo con el derecho internacional, el derecho humanitario, y algunas decisiones son contrarias a ese derecho internacional", subrayó.
Los Veintisiete también se mostraron favorables a la apertura de un corredor humanitario que permita evacuar a Egipto a los civiles que huyen de los bombardeos, añadió el jefe de la diplomacia europea.
Los ministros europeos de Asuntos Exteriores, algunos presentes en Omán y otros por videoconferencia, también se pronunciaron a favor de mantener la ayuda europea a la Autoridad Palestina, diferenciada de Hamás, con la excepción de "dos o tres" Estados miembros.
“Hamás es una organización terrorista, la Autoridad Palestina es otra cosa, es un socio", insistió Josep Borrell. “No todos los palestinos son terroristas [...]. Castigar colectivamente a los palestinos sería injusto y contraproducente".
La UE ha anunciado una "revisión" de su ayuda al desarrollo a los palestinos, pero eso "no debe ser una excusa para retrasar nuestra cooperación con la Autoridad Palestina", incluso en lo que respecta a los pagos pendientes, consideró. Esa revisión debe llevarse a cabo pues "lo antes posible", añadió. Mientras, Josep Borrell advirtió de que habrá que aumentar la ayuda humanitaria para hacer frente a la crisis que se avecina.
El miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dejó claro que "la financiación de la UE nunca se ha destinado ni se destinará a Hamás ni a ninguna otra entidad terrorista". "Reexaminaremos por tanto toda nuestra cartera a la luz de los acontecimientos sobre el terreno", prosiguió.
La UE también debe plantearse cómo será el “después”.
El martes pasado, la UE y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) habían pedido un "apoyo financiero sostenible" para los palestinos, tras una reunión conjunta de sus ministros de Asuntos Exteriores en Omán.
La UE, principal sostén financiero de los palestinos, tiene previsto gastar 1.200 millones de euros entre 2021 y 2024 para financiar proyectos, sobre todo en educación y sanidad.
La UE también debe plantearse cómo será el "después" para Israel y los palestinos: "Debemos trabajar para hacer viable" un acuerdo basado en dos Estados, uno israelí y otro palestino, porque "no conocemos otra solución", señaló Borrell.
Sin embargo, esa solución parece aún lejana: invitados por Borrell, los ministros de Asuntos Exteriores israelí y palestino, Eli Cohen y Riyad al-Maliki respectivamente, declinaron finalmente participar en la reunión de los 27, a pesar de haber aceptado la invitación.
Una prueba para los signatarios árabes de los Acuerdos de Abraham
El estallido de esta guerra es también una prueba para los países árabes que han normalizado recientemente sus relaciones con Israel. En 2020, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Marruecos firmaron acuerdos de paz y cooperación con Israel, conocidos como los Acuerdos de Abraham.
El 8 de octubre, EAU condenó el secuestro de rehenes israelíes y calificó el ataque de Hamás de "grave y seria escalada". Bahréin hizo lo mismo el 9 de octubre. Al día siguiente, mientras se intensificaban los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, el presidente emiratí, Mohammed ben Zayed, anunció también el envío de 20 millones de dólares en ayuda humanitaria a Palestina a través de la UNRWA, el programa de ayuda de la ONU para los refugiados palestinos.
Por su parte, el gobierno marroquí mantuvo una forma de neutralidad. Rabat condenó "los ataques contra civiles dondequiera que se encuentren" y pidió el "cese inmediato de todos los actos de violencia". Uno de los partidos de la oposición marroquí, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), calificó de "heroica" la operación de Hamás.
Esos países tienen grandes expectativas. "Ha llegado el momento de que los Estados en proceso de normalización utilicen las relaciones que mantienen con Israel para influir positivamente en la política, al igual que se espera que otros Estados hagan lo mismo con Hamás", declaró el analista kuwaití Bader al-Saif, investigador asociado del Carnegie Middle East Center.
En opinión de muchos observadores, es probable que la posición de esos países, entre sus obligaciones diplomáticas y la sensibilidad (real o supuesta) de su opinión pública, se complique aún más si continúan las probables represalias israelíes.
Mapa actualizado al 12 de octubre
Movimientos contradictorios en África
En la noche del 7 de octubre, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mousa Faki Mahamat, expresó su "más profunda preocupación" por una nueva guerra con "consecuencias muy graves para la vida de los civiles israelíes y palestinos". Recordó que "la negación de los derechos fundamentales del pueblo palestino" es "la principal causa de la actual tensión israelo-palestina".
Su postura refleja en el fondo los movimientos contradictorios que recorren el continente. Sus 55 Estados han estado históricamente muy comprometidos con la causa palestina, pero se enfrentan a organizaciones que recurren a métodos terroristas (como los grupos yihadistas del Sahel o los somalíes Al Shabaab en Kenia), y muchos han estrechado recientemente sus lazos con Israel.
Entre los partidarios más abiertos del Estado judío en el continente, el Presidente de Kenia, William Ruto, declaró que "no hay justificación para el terrorismo, que supone una grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales".
Otro Estado con gran peso demográfico y diplomático, Sudáfrica, emitió un comunicado con un tono bien diferente, expresando su "profunda preocupación" por la "reciente escalada" del conflicto palestino-israelí, considerando que "esta nueva conflagración es el resultado de la continua ocupación ilegal de tierras palestinas, la continua expansión de los asentamientos, la profanación de la mezquita de Al Aqsa y los lugares santos cristianos, y la continua opresión del pueblo palestino".
Rusia denuncia el papel de Washington
Como señala Le Monde, Moscú parece no dar la razón ni a Israel ni a Hamás, al tiempo que denuncia la responsabilidad de su rival americano. Rusia tiene un papel especial porque puede hablar con todas las partes implicadas, incluido Hamás, sin provocar la ira de Benyamin Netanyahu.
El martes, hablando por primera vez sobre el conflicto, Vladimir Putin dijo que se trataba de "un claro ejemplo del fracaso de la política de Estados Unidos en Oriente Próximo, que ha intentado monopolizar la solución del conflicto, sin molestarse en encontrar compromisos aceptables para ambas partes, y en su lugar ha promovido sus propias ideas sobre cómo debe hacerse, presionando a ambas partes".
"Han insistido cada vez de un lado y de otro sin tener en cuenta los intereses fundamentales del pueblo palestino", añadió, subrayando "la necesidad de aplicar la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la creación de un Estado palestino independiente y soberano".
El martes, durante una conversación telefónica con el presidente turco Recep Tayyip Erdogán, Putin expresó su "preocupación" por el "catastrófico aumento" de víctimas civiles en Israel y la Franja de Gaza. Ambos mandatarios volvieron a afirmar la necesidad de "un alto el fuego inmediato" y "la reanudación del proceso de negociación", según un comunicado del Kremlin.
Putin se regodea en el caos.
Según los expertos, la guerra de Israel contra Hamás también puede beneficiar a Moscú en el frente ucraniano, ya que los americanos estarán ocupados con Oriente Próximo por un tiempo. El martes, la web Politico describió los atentados de Hamás, perpetrados el día del 71 cumpleaños del líder ruso, como un "regalo para Putin", "cuya prioridad estratégica es desviar el apoyo y la atención occidentales de Ucrania".
"En realidad, Putin no causó todas esas crisis, pero ahora está encantado de echar leña al fuego y aprovecharse de ellas. Se regodea en el caos. Los propagandistas del Kremlin ya están difundiendo la idea de que una guerra en Oriente Próximo es una victoria para Rusia y que el dinero para Ucrania se agotará".
La ONU condena los asesinatos de Hamás y expresa su preocupación por los ataques contra civiles en Gaza
El lunes 9 de octubre, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó los ataques de Hamás y pidió la "liberación de todos los rehenes". "Reconozco los legítimos agravios del pueblo palestino, pero nada puede justificar estos actos de terror y el asesinato, mutilación y secuestro de civiles", añadió. Guterres, "reconociendo las legítimas preocupaciones de Israel en materia de seguridad", recordó "a Israel que las operaciones militares deben llevarse a cabo respetando estrictamente el derecho internacional humanitario". "Las infraestructuras civiles nunca deben ser un objetivo", afirmó.
El Papa "muy preocupado”
El miércoles 11 de octubre, el Papa Francisco pidió la liberación "inmediata" de los rehenes retenidos por Hamás, al tiempo que dijo estar "muy preocupado" por el asedio a la Franja de Gaza. "Rezo por esas familias que han visto cómo un día de fiesta se convertía en un día de luto, y pido que los rehenes sean liberados inmediatamente", declaró al término de su audiencia general semanal en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Los ataques de Hamás muestran un enorme fracaso de seguridad de Israel
Ver más
Traducción de Miguel López
