Sánchez expondrá un amplio catálogo de medidas para un “proyecto de país” más allá de la amnistía

Pedro Sánchez, en la conferencia de los Socialistas Europeos.

179 síes. El presidente en funciones, Pedro Sánchez, encara su debate de investidura con la mayoría absoluta asegurada para seguir en La Moncloa. Y todo en mitad de una escalada de tensión sin precedentes impulsada por las derechas a las puertas de una votación para elegir al jefe del Ejecutivo en el Congreso de los Diputados.

Sánchez lanzará un discurso muy "político y poderoso", según recalcan fuentes de La Moncloa, en el que va a presentar un proyecto "completo de país" durante una "investidura de verdad y no fake como la de Alberto Núñez Feijóo". El dirigente socialista presentará su "visión integral" de la nación, desde temas sociales hasta el medio ambiente y la política exterior.

Asimismo, se tratará de un discurso de "respeto al Parlamento, al proceso de investidura y al conjunto de la sociedad" en un contexto en el que las derechas presionan e intentan deslegitimar la votación en el Congreso. El dirigente socialista, que todavía no se ha pronunciado desde que se registró este lunes la ley de amnistía, hará un "ejercicio de transparencia" sobre los pactos alcanzados con todos los grupos políticos. Unos acuerdos, como recuerdan en La Moncloa, que han sido firmados y hechos públicos, "mientras que el PP no se los contó a nadie".

Otro de los grandes mensajes del discurso será la "estabilidad", ya que Pedro Sánchez pretende aguantar toda la legislatura. Pondrá como ejemplo que la coalición en funciones ha sido estable, sacando todos los presupuestos en tiempo y forma y aprobando más de 200 iniciativas legislativas.

El dirigente socialista le pondrá "ilusión y ganas" a esta nueva etapa que arranca, en la que pretende seguir ampliando derechos y profundizar en políticas progresistas. Será un discurso "muy político", agregan desde su entorno, con muchas medidas para ese proyecto "integral y completo para continuar avanzando".

Un Congreso blindado

El debate de investidura, que se alargará hasta el jueves, ha llevado a que el Ministerio del Interior blinde el Congreso de los Diputados, después de días de altercados y cargas en los alrededores de la sede socialista de Ferraz y ante la posibilidad de concentraciones cerca de la Cámara Baja.

El dispositivo está integrado por unos 1.600 agentes de la Policía y de la Guardia Civil con el objetivo de que todo discurra con normalidad tras unos días en los que se han extendido los ataques contra las sedes socialistas en toda España y se está señalando a los diputados de izquierdas por parte de políticos y medios de derechas como traidores. El Ejecutivo ha hecho un llamamiento a la “calma” y una defensa de la democracia que se representa en la soberanía de las Cortes.

El principal motivo de las protestas de la derecha es la futura ley de amnistía, que ya está registrada en el Congreso. Por el momento sólo tiene la firma del PSOE porque Esquerra sigue revisando el texto presentado, pero están asegurados los votos, según Ferraz, tanto para la investidura como para la proposición de ley. El PP ha asegurado que llevará la norma al Tribunal Constitucional y está presionando ya a los magistrados públicamente con declaraciones de sus dirigentes. También la ultraderecha ha llegado incluso a intentar que no se celebrará el Pleno a través de la querella de Vox en el Supremo contra el presidente en funciones.

Durante el debate, Alberto Núñez Feijóo (PP), hará también un discurso en el que subrayará que "es inmoral ceder a un chantaje al Estado para acceder a un cargo y es un fraude electoral presentarse a unos comicios prometiendo una cosa y haciendo luego justo la contraria".

"El presidente del PP recordará que, de hecho, Sánchez se presentó a las elecciones prometiendo que no haría exactamente lo que va a hacer. No es convivencia, es conveniencia. Los españoles no han votado esto y no se van a resignar ante esto. España no se rinde y el presidente Feijóo les trasladará mañana que pueden contar con el PP, que no bajará la cabeza ante la gravedad de lo que está pasando", trasladan fuentes de Génova 13.

Díaz, la única representante de Sumar que intervendrá

La actual vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, será la persona que intervenga en representación de la coalición, tal y como confirman fuentes autorizadas del espacio. En su intervención, Díaz hará hincapié en los avances incluidos en el acuerdo de gobierno con los socialistas y que tienen el “sello” de Sumar, como la jornada laboral de 37 horas y media, el impuesto del 15% a grandes empresas o la ampliación de permisos de paternidad y maternidad, entre otras cuestiones. También defenderá la amnistía como la “mejor solución” para la convivencia en Cataluña y advertirá del “peligroso discurso” de la derecha y la extrema derecha. 

Díaz está convencida de que en el nuevo Gobierno de coalición la convivencia entre ambas partes será más fácil que en el anterior Ejecutivo –ese ha sido uno de los motivos para dejar fuera a Podemos del reparto ministerial, según apuntan fuentes al tanto de la negociaciones– y públicamente ha reivindicado una “nueva relación” con los socialistas basada en el “respeto”. Una relación más colaborativa, sin desplantes públicos ni “ruido” de sables entre socios, pero en la que el PSOE no tome decisiones “de manera unilateral” sin consultarles, explican fuentes de la coalición.

La titular de Trabajo en funciones, cartera en la que previsiblemente repetirá, quiere diferenciarse de los socialistas a través de las políticas y no del llamado relato. Por ese motivo ya ha anunciado que una de las primeras decisiones que tomará será convocar de manera "inmediata" a los agentes sociales para "seguir subiendo el salario mínimo interprofesional (SMI)”, una bandera que considera imprescindible para Sumar.

A diferencia de lo que ocurrió en la investidura de Feijóo, en la que fue la portavoz parlamentaria, Marta Lois, la que defendió la posición de Sumar -lo que le granjeó críticas a nivel interno por su papel más “desdibujado” frente al representante socialista, Óscar López- Díaz será la única en tomar la palabra. No dejará espacio al resto de las formaciones que conforman Sumar, pese a que algunas de ellas, como Podemos, habían pedido participar de manera expresa.

¿Cómo será la investidura?

El Pleno de investidura arranca este miércoles a las 12 horas en el Congreso con la intervención, sin límite de tiempo, del candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, que debe exponer su programa de Gobierno para los próximos cuatro años. Después se suspende la sesión para reanudarse ya a primera hora de la tarde, con la intervención de los representantes de los grupos parlamentarios de mayor a menor: PP, Vox, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y Grupo Mixto. En tanto, que se cierra con el portavoz del PSOE, Patxi López.

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Cada grupo dispone de un tiempo de treinta minutos para fijar su posición. El candidato podrá tomar la palabra las veces que la solicite por tiempo ilimitado, así como responder de forma individual o agrupada. Asimismo, cada grupo cuenta con un turno de réplica de diez minutos, tras el cual Sánchez puede volver a tomar la palabra. 

No dará tiempo a que intervengan todos la tarde del miércoles, por lo que el debate seguirá desde la primera hora del jueves. Luego tendrá lugar la votación, que es pública por llamamiento. Se nombrará a los diputados uno a uno, por orden alfabético a partir de un miembro de la Cámara elegido al azar, para que en voz alta digan "sí", "no" o "abstención" al otorgamiento de la confianza. Los miembros del Gobierno en funciones que son diputados y la Mesa votarán al final.

En esta votación, el candidato requerirá el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara, es decir al menos 176 diputados, para ser investido presidente del Gobierno. Sánchez tiene previsiblemente asegurados esos votos, por lo que posteriormente la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, comunicará el resultado oficial al rey. El siguiente paso será que el socialista prometa su cargo ante el rey en el Palacio de Zarzuela, algo que se produciría en principio el viernes. Desde ese momento, el presidente tendrá que elegir a su Gobierno (no tiene plazo). La idea es que el siguiente martes ya se sienten en La Moncloa los nuevos ministros.

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