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Enric Juliana: “Cuando llamas hijo de puta al presidente, un cesto de frutas te impide pactar”
El periodista Enric Juliana (Badalona, 1957) es director adjunto de La Vanguardia y está al frente de la delegación en Madrid del diario. Esta semana, la compleja política de pactos dentro de la mayoría de la investidura ha colocado a Junts y a Podemos en el centro de la polémica política y quién mejor que Juliana para conocer con detalle los mecanismos de funcionamiento de ambas formaciones. El periodista asume que en el caso de Junts, hay que entender que “busca legítimamente ser la principal fuerza política en Cataluña”. Respecto a la batalla a la izquierda del PSOE, considera que es “punto crítico” y mantiene que “el flanco izquierdo será en esta legislatura el gran problema del Gobierno de coalición”.
Comienzo de la legislatura
“Ya vivimos el momento de la investidura, que fue muy intenso. Recordemos lo que significó el llamado Noviembre Nacional. Ahora, el funcionamiento ordinario de la legislatura ha empezado con esta votación en la que creo que dos fuerzas políticas, Junts per Catalunya y Podemos, han levantado la mano y han dicho: “estamos aquí y vamos a intentar tener un papel protagonista en esta legislatura”. Junts tiene los números más que suficientes para jugar ese papel —ya se vio en la negociación de la investidura— y lo que se está viendo ahora es que Podemos, en menor medida, también los puede tener.
A mi modo de ver, lo que ha pasado esta semana es que el Partido Socialista y Sumar han enfocado mal la negociación de los decretos. Creo que hubo una táctica errónea de creer que podían situar a los demás partidos ante la tesitura de o apoyas esto o te sumas a PP y VOX. No ha funcionado y por eso ha habido un error táctico, a mi modo de ver, importante”.
Un parlamento nuevo y diferente
“La primera cuestión a tener en cuenta es que esta no será igual a la anterior legislatura. En la anterior, entre PSOE y Unidas Podemos sumaban 155 diputados y podían establecer una mayoría con Esquerra Republicana, Bildu, el PNV y algún otro grupo. Por ejemplo, estaban el Partido Regionalista de Cantabria y Ciudadanos, que, en más de una ocasión, se abstuvieron o incluso votaron a favor de alguna propuesta del Gobierno, lo cual configuraba una geometría parlamentaria bastante sugerente.
Hubo momentos críticos pero la tónica fue de una notable estabilidad parlamentaria. Esta legislatura es distinta: los votos de Junts son muy importantes y si uno se abstiene o se ausenta, como ha pasado esta semana, los cinco de Podemos adquieren un carácter decisivo. Por lo tanto, es una orografía distinta y creo que cuando esta cambia no se puede hacer lo mismo que antes. Han de adaptarse las técnicas y las tácticas de negociación a una realidad nueva, guste o no”.
Qué quiere Junts
“Junts busca legítimamente ser la principal fuerza política en Cataluña, como lo buscan Esquerra Republicana, el PSC o los Comunes. Aproximadamente, dentro de un año va a haber elecciones en Cataluña. Junts está en competición con Esquerra, pero puede tener otros competidores. Han hecho una flexión hacia el pacto, que una parte de los independentistas no aceptan, y pueden surgir candidaturas independentistas que no admitan esa dinámica de pactos.
Una de ellas puede estar teñida por un discurso de carácter lepenista. En el municipio histórico de Ripoll, cerca del Pirineo, gobierna una formación que se llama Aliança Catalana, que ha asimilado los principios del Frente Nacional Francés. Está circunscrita a ese municipio y alguno más, pero el grupo todavía es incipiente y quiere presentarse a las elecciones. Si ellos ganan votos, los ganan a costa de Junts y ello explica el interés que han puesto los de Puigdemont por las competencias de inmigración”.
Guerra entre Sumar y Podemos
“En la práctica, se ha producido una escisión. Si preguntas a Podemos, te dirán que quien se ha escindido es Yolanda Díaz, que fue señalada como candidata por Podemos y acabó creando una formación política propia, y si preguntas a Sumar te dirán que es Podemos quien se ha escindido porque se ha ido al Grupo Mixto. Las escisiones en política son siempre costosas, generan mucha tensión, y cuando se produce en la izquierda, de una manera muy especial. Además, en este caso creo que va acompañada por elementos de animadversión personal muy fuertes que traspasan claramente —lo estamos viendo— al discurso político. Junts evidentemente va a protagonizar bastantes episodios parlamentarios, pero creo que la piedra en el zapato del Gobierno estará en esta discordia casi irresoluble entre Sumar y Podemos. El flanco izquierdo será en esta legislatura el gran problema del gobierno de coalición y de sus alianzas. Ahí está el punto crítico”.
Futuro del espacio a la izquierda del PSOE
“Recomponer rupturas es muy difícil. Hay un largo historial en la política española de escisión y ruptura, sobre todo en lo que podríamos denominar el área izquierda. Sorprendentemente, el Partido Socialista —creo que la situación lo pone de relieve— tiene una característica que le da un punto de fortaleza muy importante: pese a que en el PSOE ha habido históricamente grandísimas peleas, quizá las mayores de la política española, después de 145 años, es un partido que sigue unido y no es fácil mantener unida una formación política. Hace falta, en primer lugar, una cultura unitaria y en el espacio situado a la izquierda del PSOE esta cultura unitaria no existe o es muy débil. También hacen falta una voluntad explícita de querer estar juntos, un cierto talento y no convertir todas las pasiones políticas en pasiones exclusivamente personales.
El PP ante la debilidad parlamentaria del Gobierno
“Ante una mayoría en tensión, el primer partido de la oposición puede hacer dos cosas. Por un lado intentó el: “¡Allá te las compongas, yo soy la alternativa!”, algo que fracasó en julio. Entonces, le cabía otra opción, que era decir: “¡Oiga, si tiene problemas para aprobar algunos decretos, estoy dispuesto a negociar con usted y apoyarle!”. Y eso no te hace dejar de ser oposición, sino que eso hace que seas oposición de otra manera.
El PP esto no lo ha hecho por dos razones. Una, porque Isabel Díaz Ayuso le enseñó un cartel a Alberto Núñez Feijóo que decía: “Ni se te ocurra entrar a negociar”. Y luego por otro motivo, cuando tú a tu adversario le has llamado hijo de puta —y esto ha pasado en la política española— entonces hay un cesto de frutas que te impide llegar a la zona de pactos."
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“En términos parlamentarios, creo que está claro cuáles son sus apoyos, ya se vio en la primera votación de la admisión a trámite del proyecto de ley. Hay una mayoría que la apoya y la va a seguir apoyando, ahí no va a haber complicaciones. Ahora bien, lo complejo vendrá en el momento en que se tenga que aplicar, porque quienes han de hacerlo son los jueces y es posible que esta cuestión acabe sobre la mesa del Tribunal Europeo de Justicia. En términos políticos y en términos jurídicos es muy interesante. Es una de las médulas de la situación política en España”.
La crisis de los 'pellets'
“Mi impresión es que el Partido Popular en Galicia, atendiendo a la experiencia histórica, deseaba y sigue deseando una campaña electoral en la que no pase nada, en la que todo esté muy tranquilo y en la que la participación no sea muy elevada. Recordemos que, en las últimas elecciones autonómicas en Galicia, en julio de 2020, la participación no llegó al 50% y con esa participación el PP obtuvo 42 diputados, cuatro más de la mayoría absoluta. Por lo tanto, el factor participación para el PP es muy importante, que no pase nada, que sean unas elecciones átonas.
Lo que ha ocurrido esta semana ha despertado la discusión pública en Galicia. ¿Qué consecuencias puede tener en el resultado electoral? Personalmente no me atrevo a hacer ningún pronóstico. Mark Twain decía: “la historia no se repite, pero rima”. Y ahora en Galicia lo que se está produciendo es una rima. No es el Prestige. Pero recuerda el Prestige”.