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Galicia, la segunda comunidad que menos gasta en atención primaria y la tercera que más ha bajado su inversión

Varias personas durante una manifestación por la falta de médicos en los centros de salud, en Burela, Lugo.

La única que la supera, pero en el peor sentido de la palabra, es Madrid. Galicia es la segunda comunidad que menos fondos de su presupuesto sanitario invierte en atención primaria, el área de salud más maltratada y, coinciden los expertos, más importante. Pero no sólo eso. Si se analiza la evolución de esta cifra a lo largo de la última década, la situación ha ido a peor. Tanto, que Galicia es la tercera autonomía de toda España en la que estos fondos más han disminuido. Y eso que 2012 es recordado como el año por antonomasia de los recortes en servicios sociales. Este domingo, la plataforma SOS Sanidade Pública ha convocado una manifestación en Santiago para protestar “contra el desmantelamiento de la asistencia sanitaria en Galicia” y denunciar los recortes que, según los convocantes, están degradando al Sergas “hasta un nivel límite”.

Cojamos la lupa. Los últimos datos disponibles en la web de Indicadores clave del Sistema Nacional de Salud (SNS) del Ministerio de Sanidad revelan que, del total de presupuesto sanitario, Galicia tan sólo destina el 11,79% a la atención primaria. Sin más contexto, poco dice ese dato, pero hay que tener en cuenta dos cosas. La primera: la media de España se sitúa en el 14,17%. La segunda (y todavía más grave): la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el porcentaje adecuado es el 25%. Ninguna autonomía española siquiera se acerca, puesto que Andalucía, que es la que mejor nota saca en este examen, se queda en un tímido 17,04% de inversión.

Continuemos el análisis. Si echamos la vista atrás, Galicia todavía sale peor parada. ¿Cómo era la situación hace una década? Galicia es la tercera autonomía, también en el peor sentido de la palabra, en la que más ha descendido esta cifra. En 2012 la inversión era del 12,74% del total de presupuesto sanitario, prácticamente un punto más. Pero entonces tampoco le valía para situarse por encima de la media del país, que en aquel momento se situaba en el 13,83%. En este caso, en el ránking sólo la superan País Vasco (con un descenso de 1,57 puntos) y Extremadura (con 1,16 puntos menos).

Las cifras, en cualquier caso, adquieren una mayor dimensión si se tiene en cuenta otra cosa: Galicia es una de las comunidades en las que más se usan los servicios de la primaria. Lo señalan los propios indicadores del Ministerio de Sanidad. Sólo la superan, en este orden, Extremadura, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Pero más allá de la exposición de los datos, hay que explicar su importancia. En mayo de 2022 Amnistía Internacional arrancó su campaña ¿Quién más tiene que pedirlo?, con la que la organización trataba de denunciar precisamente eso: la baja inversión sanitaria en la atención primaria española. Más de 300.000 firmantes respaldaron entonces la denuncia de que ninguna autonomía está “cumpliendo con su obligación de lograr progresivamente la plena realización del derecho a la salud”. “Independientemente de la disponibilidad de recursos, las autoridades sanitarias tienen la obligación inmediata de adoptar las medidas adecuadas para garantizar una mejora y sostenida del disfrute del derecho a la salud a lo largo del tiempo”, señaló la organización.

Y recordó que no son solamente palabras suyas. Como recalcó entonces la ONG, el propio Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó en diciembre de 2021 un Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria para 2022 y 2023 en el que reconocía que este servicio “es un pilar fundamental para lograr el derecho a la protección de la salud de la población y es clave para el estado del bienestar, así como para garantizar una atención integral y equitativa”. Por su parte, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho al más alto nivel posible de salud física y mental ha reiterado en distintas ocasiones que fortalecer la atención primaria mejora la eficiencia y capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios. Lo demostró la pandemia.

Y lo comparte ahora la ministra de Sanidad, Mónica García, que ha puesto desde el primer momento en el que se sentó en el sillón del ministerio uno de sus grandes focos en esta área sanitaria. De hecho, precisamente el próximo viernes 9 de febrero tendrá lugar el pleno monográfico del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud sobre atención primaria. “Allí propondremos a los consejeros la creación de una Comisión de Atención Primaria en dicho consejo para que la atención primaria tenga el papel estable y de desarrollo entre las comunidades autónomas y el Ministerio que necesita nuestra sanidad para la adopción de medidas conjuntas y el intercambio de buenas prácticas”, señaló la propia ministra.

Poco antes habían pedido la convocatoria, precisamente, todos los presidentes autonómicos del PP. Y el gallego Alfonso Rueda estaba entre ellos. Concretamente, lo que se tratará será la falta de personal, que precisamente es un dato en el que Galicia no sale demasiado mal parada, puesto que con 0,85 médicos por cada 1.000 habitantes se encuentra por encima de la media de 0,78.

Listas de espera

En cualquier caso, no siempre estar por encima de la media significa algo bueno. Cuando hablamos de listas de espera, lo ideal es lo contrario. Pero Galicia, en este terreno, no está bien. Tiene, según los últimos datos disponibles en el Ministerio de Sanidad, 80,28 pacientes de cada 1.000 esperando a ser atendidos por un especialista, cuando la media del país se encuentra en 71,2.

Ocurre lo mismo en la lista de espera quirúrgica. Si de media en España hay 6,8 pacientes de cada 1.000 esperando para ser operado, en el caso de Galicia esta cifra es de 7,74.

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Pero es que además estas listas podrían ser mucho mayores. Según han denunciado algunos colectivos y también el BNG, los pacientes que durante su espera rechazan ser derivados a clínicas privadas salen automáticamente de la lista de espera estructural que, obviamente, adelgaza. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, no obstante, negó este extremo en el Parlamento, acusando a la oposición de mentir en este asunto.

Precisamente este viernes Praza.gal publicó que varios profesionales del Sergas de distintas áreas de salud han asegurado que en los últimos días han recibido órdenes de priorizar intervenciones o consultas a pacientes que llevan más de un año en listas de espera, penalizados al escoger el sistema público. Las decisiones, añadieron los sanitarios, han coincidido con la precampaña electoral.

Y parece que esa política funciona. A pesar de todos estos datos, el grado de satisfacción de los gallegos con su sistema sanitario es bastante elevado. Con un 6,48 sobre 10, supera la media del país que se sitúa en un 6,29. Además, si analizamos su evolución en la última década, la nota se ha mantenido inalterada: en 2012 era de un 6,49. Este domingo, aun así, se verá en la calle si estos datos corresponden correctamente al sentir de los gallegos y gallegas.

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