Almudena Grandes... Vive
Este jueves 11 de agosto se celebró en Rota, mi pueblo, la XIV noche de Literatura en la calle que organiza Izquierda Unida, con un título sugestivo: “Música y palabras para Almudena Grandes”.
Cientos de personas, como yo, fuimos testigos de una noche inolvidable. Pudimos ver y escuchar como Joaquín Sabina nos contó, entre muchas cosas, que está componiendo una canción dedicada a ella; como Benjamín Prado nos contó sus confidencias con ella y también nos recitó una poesía dedicada a su persona que se publicará en un próximo libro de poemas.
Escuchar a Miguel Ríos cantar a capela una canción de un poema de Luis García Montero fue algo inenarrable, único, sorprendente, que todos los que estábamos allí se lo reconocimos con un aplauso que parecía que no tendría fin. Su grito final fue el de “no a la guerra”.
Ver en un mismo escenario hablar sobre Almudena a Pepa Bueno, a Lina Galvez, a Jesús Maraña, a Rosana Torres, a Juan José Téllez… ha sido único y no sé si se volverá a repetir.
Incluso nuestro pueblo fue representado de una forma sencilla con personas que guardaban alguna relación con Almudena, desde su amiga Elvira, pasando por Antonio Doblas hasta las empleadas de la Cooperativa de Pescadores donde habitualmente Almudena compraba pescados y mariscos.
Nuestro poeta y escritor Felipe Benítez Reyes, que fue el germen de que, tanto Almudena como Luis y el llamado “Club de los Almudenos”, fueran nuestros vecinos más ilustres y se enamoraran de nuestro pueblo, estuvo brillante hablándonos del viento de levante (que es su enemigo más acérrimo) y del recuerdo de sus muchos momentos pasados con nuestra Hija Adoptiva, ya que ese mismo día el Pleno Municipal, por unanimidad, le otorgara dicho título con el aval de cientos de roteños.
Ver en un mismo escenario hablar sobre Almudena a Pepa Bueno, a Lina Galvez, a Jesús Maraña, a Rosana Torres, a Juan José Téllez… ha sido único y no sé si se volverá a repetir.
Incluso tuvimos la suerte de poder conocer el inicio de su próximo libro, desgraciadamente póstumo, de boca de su hijo y de su hermana, que era lo que Almudena había hecho en otras noches literarias presentando sus próximos libros. Fue sencillamente emocionante.
Por último, los que allí estuvimos, pudimos ser testigos de ver a un Luis García Montero hablar de su Almudena con una sencillez y un enamoramiento que emocionó a todos, donde dejó muy claro que el yo de Almudena era Madrid, que el yo de él era Granada, y que los dos yos que formaban un nosotros, ése era Rota.
Hasta que llegó la chirigota ilegal de Casapuerta, El millonario que resultó un colofón simpático para una noche inolvidable, pero que nos supo a poco.
Almudena Grandes vive… en sus libros y en nuestros corazones.
Su recuerdo será siempre imborrable.
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Manuel Bravo Acuña es socio de infoLibre.