¿Lenguas cooficiales en el Congreso?
Cuando se aprobó la permisión de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, tuve una gran alegría:
1- Porque pensé que los españoles nos entenderíamos mucho mejor y, en consecuencia, nos sentiríamos más unidos. La palabra es como la cara. Se entiende mejor cuando la sientes.
2- Porque me permitiría escuchar el vascuence, idioma que amo por ser el de Pío Baroja, que escribe en castellano pero explica el País V+sco y a sus habitantes. Consideré, además, que el hecho de que se hablase en la Cámara Baja podría promover su crecimiento.
3 - Para poder escuchar el gallego, tan parecido al castellano como lo es el portugués, con la diferencia de que éste se entiende mucho mejor debido al acento.
4- Porque me daría el gustazo de oír expresarse en mi lengua, el catalán, por la que tanto hemos luchado, y podría imaginar la alegría de mis padres si viviesen.
5 - Porque a pesar de que el castellano sea el niño mimado de la clase, sus hablantes (a mi entender) son los más desgraciados. Lo he comprobado: como son monolingües, hablar cualquier otra lengua les cuesta dios y ayuda, igual que a los ingleses.
Pensé que los españoles nos entenderíamos mucho mejor y, en consecuencia, nos sentiríamos más unidos. La palabra es como la cara. Se entiende mejor cuando la sientes
Avatares
Pero mis expectativas se vinieron abajo la primera vez que salió un diputado gallego expresándose en su lengua. Y todo porque la cuestión está mal resuelta. Me explico.
Primero, en el Congreso no solo están los trescientos cincuenta diputados, también está la televisión. Y muchos congresos son televisados.
Para que los entienda todo el mundo te ponen una voz en off y te fastidian el evento, igual que pasaba antes cuando hablaban en inglés. Y el caso es que se trata de un problema de muy fácil solución, tanto en el Congreso como para los que lo disfrutamos desde casa.
1- En el Congreso:
Podrían poner una pantalla alta (por encima de la mesa) en la que se pudiese leer el texto en castellano.
2 - En televisión:
Ídem de ídem. Nos ponen unos subtítulos y santas pascuas.
1- Así se ahorrarían que los garrulos de VOX le tiraran los pinganillos a la cabeza a Pedro Sánchez.
2- Que Alfonso Guerra saliera de Sevilla por lo menos en el plasma y pudiera juzgar mejor. Porque no es que me imagine, es que estoy segurísima de que ve Netflix traducido al español.
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Mercè Carandell es socia de infoLibre.