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En menos de 500 palabras: 35 sonnets / 35 sonetos
35 Sonnets / 35 SonetosFernando PessoaTraducción y prólogo de Francisco Barrionuevo.La Isla de SiltoláSevilla201835 Sonnets / 35 Sonetos
Hay cierta división de opiniones sobre la importancia de estos 35 sonetos / 35 Sonnets en la obra de Fernando Pessoa. Jorge de Sena, que los tradujo del inglés, lengua en la que fueron originalmente escritos y en la que su autor se inició como poeta, opinaba que eran meros pastiches de Shakespeare. En cambio, Robert Bréchon, uno de los más ponderados biógrafos de Pessoa, la declaraba sin ambages “una de la primeras obras maestras de su madurez” y justificaba su opinión con el argumento de que no era exactamente una obra adolescente que el poeta daba tardíamente a la imprenta, sino un texto que había sido revisado y reescrito durante años y acusaba el peso de la decisiva inflexión que la obra de Pessoa experimentó en torno al “día triunfal” de 1914 en el que concibió a sus heterónimos y, paradójicamente, encontró en esas voces fingidas su voz y tono más característicos e inconfundibles.
Es indudable, desde luego, que estos sonetos están escritos en falsilla shakespeariana: enfáticos, armados casi siempre en torno a una comparación alambicada (“Mi alma es un hierático cortejo / de arte egipcio más viejo aún que Egipto”) y redactados en el decir apretado y denso de la poesía isabelina, sus propios lectores ingleses, que los tuvo, apreciaron lo que tenían de arcaizante e inactual. Pero Pessoa sabía lo que hacía; y, desde luego, entre sus intenciones no estaba practicar el simple remedo: más bien, lo que intentaba era hacer suyo un registro, el shakespeariano, cuya flexibilidad y riqueza se adaptaban bien a la creciente complejidad de su pensamiento poético. Tal vez por ello se animó a publicarlos cuando su trayectoria ya había tomado aparentemente otros derroteros: posiblemente detectó en ellos el elemento de alteridad que tanto juego le había dado en los poemas escritos bajo los nombres de Alberto Caeiro y Álvaro de Campos, sus primeros heterónimos.
Significativamente, la alteridad es uno de los asuntos de los que se ocupan estos sonetos (“Cuántas máscaras, unas sobre otras, / llevamos sobre el alma...”). Pero quizá lo que más asombra de ellos, más allá de sus posibles ecos de otras formulaciones típicamente pessoanas, o de ciertas melancolías propias del decadentismo finisecular (“Este hastiado vivir insatisfecho, / antesala frustrada del no ser…”), son sus inesperados atisbos de una especie de conciencia engrandecida, sustento de la enaltecida capacidad visionaria del poeta: “Algo en mí es anterior a las estrellas”, afirma en el bellísimo soneto XXIV; y luego: “Por la edad sin edad de mi Conciencia, / mi edad es aún mayor que la del Mundo”.
La traducción, como puede colegirse por los ejemplos aducidos, toma como norma ajustarse siempre, aun a costa de renuncias, a la disciplina del endecasílabo blanco, con el feliz resultado de que, si el inglés pessoano recuerda al de Shakespeare, el de su traductor evoca claramente a nuestros clásicos: “La vida es sueño y un destello el alma, / y somos sueños en los sueños de otros”.
*José Manuel Benítez Ariza es escritor. Sus últimos libros son José Manuel Benítez ArizaArabesco (poesía, Pre-Textos) y Trilogía de la Transición (novela, Dalya), ambos de 2018.