Cultura
El noviembre de 2019 de 'Blade Runner' ya no es el futuro sino el presente: ¿en qué ha acertado o fallado la película?
En 1982 llegó a los cines una de las películas más recordadas y aclamadas de los años 80, Blade Runner. La cinta de culto de Ridley Scott adaptaba libremente la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick y mostraba una visión futurista de la Tierra en el noviembre del año 2019. Pues bien, ese momento ya no es el futuro sino el presente y toca preguntarse... ¿en qué ha acertado el aplaudido largometraje?
El filme escrito por Hampton Fancher y David Peoples retrata una versión distópica e industrial de Los Ángeles, ciudad asolada por un clima hostil, androides con aspecto humano y personas que viven en colonias en el espacio exterior. Y a decir verdad... la mayor parte de los elementos que mostró la película protagonizada por Harrison Ford y Sean Young no han sido muy acertados.
Por ello, Europa Press hace un repaso de aquellas predicciones que Blade Runner ha acertado, como también en las que ha fallado.
Los replicantes
Rick Deckard, el personaje de Harrison Ford, tiene como misión rastrear replicantes rebeldes, androides que finge ser seres humanos, para retirarlos (asesinarlos). Dichos robots posean una inteligencia excepcional y son tan reales, que a las autoridades les cuesta distinguir si son personas o no. De ahí que sean preguntas sobre la reacción emocional, la única forma de diferenciarlos.
Aunque los investigadores están intentando crear androides realistas, incluso con animales como aparecen en Blade Runner, lo cierto es que se está muy lejos de alcanzar el grado de sofisticación mostrado en la película.
Coches voladores
En la película, Deckard se sube a un "Spinner", un coche de policía que es capaz de volar como un avión y planear verticalmente como un helicóptero. Un coche volador es el sueño típico de las películas futuristas, como sucedió con Regreso al futuro. Aunque ha habido algunos prototipos (uno japonés que quiere debutar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020), de momento, las ruedas siguen atadas al asfalto.
Vallas publicitarias digitales
En Los Ángeles de Blade Runner los carteles digitales aparecen varias veces en rascacielos y demás edificios, con anuncios de varias marcas como Coca Cola. En este caso, la película acertó, actualmente lugares como Times Square en Nueva York, Piccadilly Circus en Londres o la Gran Vía en Madrid muestran vistosos anuncios en pantallas LED, muchos de ellos en movimiento, como en la cinta de Ridley Scott.
Un clima miserable
La meteorología en Blade Runner muestra un clima hostil, plúmbeo y oscuro. Tanto la novela de Dick como la película de Scott sugieren que Los Ángeles estén entre tinieblas se debe a la contaminación industrial y las consecuencias radioactivas de una gran guerra nuclear.
Cierto es que la Tierra está viviendo un drama medioambiental, que es el cambio climático, pero las consecuencias de esto difieren enormemente de lo mostrado en el filme. Al estar ambientada en Los Ángeles, hubiera sido más acertado un clima árido, con una sociedad devastada por los incendios, más cercana a Mad Max. Por otro lado, no habría tampoco consecuencias radioactivas (eso es fruto de que la obra se hizo durante la Guerra Fría) sino catástrofes naturales como huracanes, tifones, olas de calor o intensas nevadas.
Colonias humanas en el exterior
En el filme se hace referencia a las colonias de humanos que se han marchado para tener "la oportunidad de comenzar de nuevo en una tierra dorada de ocasiones y aventuras". Aunque existan multimillonarios como Elon Musk o Richard Branson que están buscando la forma de ir al espacio, de momento parece que el destino de la Humanidad, independientemente de la clase social, está unido a la Tierra.
Las marcas que existen en 2019
En los anuncios que se ven en Blade Runner aparecen varias marcas muy famosas en ese tiempo. Desafortunadamente, varias de ellas no existen en 2019 o han sido absorbidas por otra compañía. Es el caso de RCA, que pertenece actualmente a Sony Entertainment, o Bell Telephne Company, que ahora es AT&T, la empresa de videojuegos Atari, que ahora está bajo la marca Infogrames.
Por el lado contrario, la película acertó con la longevidad de Coca Cola, Cuisinart, Budweiser o Tsingtao.
Dominio cultural de Japón
En el filme puede verse cómo la sociedad estadounidense está fuertemente influenciada por la cultura japonesa, al verse varios referentes de la sociedad nipona en Los Ángeles. Esto puede ser un guiño al rápido crecimiento del país del Sol Naciente, puesto que en los años 80 era la segunda potencia mundial y acechaba peligrosamente a la economía de Estados Unidos como líder mundial.
Quizás lo más acertado hubiera sido poner referencias culturales de China. En el año 2019, la segunda potencia mundial es el gigante asiático y su amenaza a la economía estadounidense es muy superior a la de Japón, al tener 1,13 billones de dólares en títulos de deuda del país norteamericano, bastante más que los 1,09 billones que tiene Japón.
Hablar con los ordenadores
En Blade Runner puede verse a Deckard dándole órdenes verbales a un ordenador para que amplíe una fotografía. Efectivamente, la tecnología de reconocimiento de voz es una realidad extendida en nuestro presente y no es raro hacerle pregunta a Alexa de Amazon, a Siri de Apple o a Aura de Movistar. Existen asistentes voz en lugares tan curiosos como el cuarto de baño de una casa.
Videoconferencias
Puede verse al protagonista de la película haciendo una videollamada y sí, esto actualmente puede hacerse (desde hace un buen tiempo, de hecho). Sin embargo, la gran diferencia es que no es necesario utilizar una cabina telefónica. Es más, un error de la cinta de Ridley Scott es que no supo predecir el auge de la telefonía móvil y los smartphones, además, ¿quién usa actualmente una cabina telefónica, cuando están en vías de desmantelamiento?
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Ridley Scott no supo predecir la lucha antitabaco. Al inicio de la película puede verse a un agente que busca replicantes fumar durante la realización de la prueba, llenando la sala de humo. En 2019 eso está estrictamente prohibido en muchos países, incluido Estados Unidos. Esto, actualmente, le da al filme un toque vintage más que futurista.
Estética noir y punk
El tema de la moda es más abstracto pero lo que es cierto es que las hombreras que aparecen en la cinta no han vuelto a estar moda (y nadie quiere tampoco que vuelvan). Es verdad que las gabardinas o los abrigos de piel hinchada son atemporales, pero están lejos de ser el último grito en cuestión de ropa de temporada de otoño-invierno.