Tener hijos, un gasto que pocos se pueden permitir: ya es un 13% más caro que en 2022

Una madre con sus hijos, en una imagen de archivo

Inma Balbás

El coste de la crianza ha aumentado significativamente en España. Y alcanza un promedio mensual de 758 euros por hijo o hija en 2024, lo que representa un incremento del 13% respecto a 2022. Así lo evidencia el estudio El coste de la crianza en España 2024, publicado este martes por Save The Children.  

El aumento de estos costes se debe principalmente a la inflación, lo que ha encarecido especialmente gastos cotidianos como la cesta de la compra o la factura de la luz, que han aumentado en un 26% y un 63% respectivamente desde 2022. Pero si echamos la vista atrás, la situación es aún más preocupante: desde 2018, los gastos de vivienda han aumentado un 153% para las familias. Así es como, a día de hoy, las familias con hijos pagan más del doble por las facturas que hace seis años, llegando a abonar hasta 153 euros mensuales por hijo.

Además, casi la mitad de los niños y niñas de nuestro país -el 43%- viven en hogares con serias dificultades para afrontar gastos imprevistos, según este informe. Los hogares con niños y niñas son los más afectados por la evolución de los precios, con una “inflación específica de la crianza” que es entre un 37% y un 51% más alta que la inflación general.

“La crianza representa una carga económica considerable para las familias, especialmente en la adolescencia, y se ha convertido en un factor de riesgo significativo de pobreza”, asegura Andrés Conde, director general de Save the Children. "Las familias con hijos o hijas deben destinar más de la mitad de su renta a estos gastos, y la probabilidad de estar bajo el umbral de la pobreza aumenta un 70% para quienes tienen menores de edad a su cargo”, añade.  

Hogares con menores de 18 años y las madres solteras, los más vulnerables

En los menores de 18 años y las familias con menores a cargo, los indicadores de pobreza empeoran a pesar de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) aprobada este año. Por ejemplo, si la tasa de pobreza relativa de la población general ha disminuido en el último año (pasando del 20,8 al 20,2%), entre la población  infantil y juvenil ha ascendido un punto en el último año (pasando del 27,8% al 28,9%). Además, el riesgo es mucho más alto para las madres solteras: la mitad de los 530.000 hogares de este tipo están en riesgo de pobreza, como es el caso de Inma.

Inma y su hijo de 12 años conforman una familia monomarental. Llenar la cesta de la  compra no suele ser fácil. “Compramos menos cosas cada vez. Pescado pocas veces porque normalmente terminamos yendo a coger la misma bolsa de congelados. Porque el fresco es bueno, está ahí, pero es demasiado caro para estar comprándolo con una  frecuencia más o menos normal”, cuenta. El hijo de Inma va a un instituto con aulas TEA (espacios educativos especializados para  niños y jóvenes con Trastorno del Espectro Autista).“Necesita muchísima ayuda. Normalmente, como económicamente no le puedo pagar terapias, se las hago yo en casa,  pero le hago lo que puedo como madre, porque como no soy su terapeuta no lo puedo tratar”, explica.

España, a la cola de Europa

España tiene una de las tasas de pobreza infantil más elevadas de Europa. En 2023, un tercio de los niños, el 34,5% vivían en riesgo de pobreza o exclusión social, diez puntos por encima de la media europea (cuyo porcentaje es del 24,8%), establece el informe de Save the Children.

Es cierto que desde la pandemia del covid-19 se han aplicado medidas como la subida del SMI, el Ingreso Mínimo Vital y su Complemento de Ayuda para la Infancia, lo que ha supuesto mayores ingresos para las familias. No obstante, los ingresos no son lo único que ha aumentado desde entonces: los precios de las materias primas y de la energía han subido, y otros costes como la vivienda no han dejado de crecer, afectando gravemente a la capacidad de las familias para llegar a fin de mes.

Mientras que las medidas antes mencionadas han hecho que los indicadores a nivel general hayan mejorado, los indicadores de pobreza para los menores de 18 años y de los hogares con niñas y niños ha empeorado. La pobreza infantil es estructuralmente mucho más alta que la que afecta al resto de la población y la brecha entre hogares con y hijos se agranda.

Propuestas para erradicar la desigualdad

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Desde Save the Children proponen la creación de una prestación de carácter universal o casi universal destinada a la crianza. Según defienden, esta medida ayudaría a las familias con parte de los costes de crianza, eliminaría barreras burocráticas y proporcionaría un apoyo a las familias con menos recursos. “Los próximos Presupuestos Generales del Estado son una oportunidad para comenzar a  avanzar en la creación de esta prestación, que cuenta con un alto grado de consenso entre las fuerzas políticas”, considera Conde. Además, ayudaría a reducir la desigualdad entre las familias con y sin hijos.

Además, desde la organización proponen rediseñar y revalorizar el Complemento de Ayuda para la Infancia, con el objetivo de mejorar esa ayuda para apoyar mejor a las familias con niños y niñas mayores, especialmente adolescentes. Actualmente, el CAPI tiene una cuantía de 115 euros mensuales por cada menor de 0 a 3 años, de 80,5 euros para mayores de tres años y 57,5 euros para los niños de entre 6 y 18 años. Sin embargo y según hemos visto, el coste de la crianza es cada vez mayor conforme los niños van creciendo, alcanzando el máximo coste entre los 7 y 12 años. Así, un ajuste en el valor del CAPI para estos hogares permitiría cubrir más gastos y aliviar la carga de las familias.

Por último, lo ideal sería que este conjunto de prestaciones se actualizaran periódicamente en función de la inflación específica de la crianza (que, como hemos visto, es mayor que la general), independientemente de quién este en el gobierno.

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