Intervenir el mercado eléctrico: de tabú a urgente en Bruselas un año después de que lo pidiera Ribera

Ursula von der Leyen, Pedro Sánchez y Teresa Ribera, en un acto en Alcobendas el 16 de junio de 2021.

Ursula von der Leyen ha mostrado este miércoles lo que quería decir el 30 de agosto, cuando anunció que tocaba arremangarse e intervenir el mercado eléctrico. La presidenta de la Comisión Europea ha anunciado cinco medidas que llevará a la esperada reunión de ministros de Energía de la UE, que se celebrará este viernes. A esta reunión irá Teresa Ribera, que se encontrará como puntos del orden del día algunas iniciativas que varios meses proponiendo, alguna antes incluso de que empezara la invasión rusa de Ucrania. Por ejemplo, limitar los extraordinarios beneficios de las empresas energéticas que generan electricidad a partir de tecnologías mucho más baratas que el gas, y que se las remunera a precio de gas.

Este mismo miércoles, Ribera participó en el Foro infoLibre 'Ahorro energético: Ucrania, cambio climático y sentido común', en la que hizo un gran hincapié en la necesidad de que Europa actúe "unida" ante la energía utilizada como “arma de guerra” por Vladimir Putin. la Unión Europea ha adoptado decisiones históricas en los últimos meses, pero a España siempre le han sabido a poco porque se han quedado muy lejos de lo que defendía. El Ejecutivo y la propia Ribera han ido comprobando cómo, con el paso del tiempo, lo que antes parecía imposible, se hacía realidad. Las tesis españolas dejaron así de ser ciencia ficción o un riesgo para convertirse en una salida.

22 de septiembre de 2021: primera señal de alarma 

La historia empieza el 15 de septiembre, cuando el precio medio de la electricidad en España alcanzó su máximo histórico 188,18 mWh e hizo sonar todas las alarmas. Los motivos eran muchos: la intensa recuperación económica a nivel global, tras las restricciones de la pandemia, sorprendió a la industria energética con el pie cambiado. La producción de combustibles fósiles llevaba varios años recibiendo menores inversiones, debido a la transición energética. 

Por diversos motivos, el mundo entraba en otoño de 2021 con una fuerte necesidad de gas: los países asiáticos, por la limitación a la producción en carbón; Brasil, por el estrés hidrológico; Europa, porque tenía las reservas bajo mínimos tras el enorme gasto de gas que supuso Filomena. Paralelamente, había menos gas para responder a estas necesidades. Varios de los principales suministradores globales de gas, como Argelia,  Australia,  Nigeria,  Noruega,  Perú,  Trinidad  y  Tobago  y  EE. UU estaban sufriendo cortes de suministro de gas por diferentes motivos, lo que tensaba más el mercado. Aún no se conocía el motivo real, pero Rusia, además, estaba enviando cantidades anormalmente bajas de gas a Europa.

Cinco días después del récord histórico del precio de la electricidad, Teresa Ribera mandó una primera carta a Europa, junto con la vicepresidenta Calviño, pidiendo unas directrices que se pudieran aplicar “de forma simultánea y equiparable en todos los países”. La carta, a la que tuvo acceso el diario EL PAÍS y que infoLibre ha pedido al Ministerio de Transición Ecológica, sin éxito, denunciaba los comportamientos especulativos en el mercado de los derechos de emisiones de CO2, que influían en el encarecimiento de la energía. 

13 de octubre 2021: primera señal de alarma 

La respuesta llegó el 13 de octubre: la Comisión Europea reconoció el impacto del precio del gas en los ciudadanos y en las empresas. Propuso una serie de medidas para proteger a los consumidores más vulnerables, pero todas ya estaban de aplicación en España, como el bono social energético o rebajas en la tarifa regulada. Teresa Ribera no se anduvo con rodeos: calificó las propuestas de “manifiestamente incongruentes”. La ministra de Transición Ecológica sostuvo que las propuestas no abordaban “la excepcionalidad de la situación” y que no estaban “a la altura del desafío”.    

La respuesta de la Comisión sí incluía algunas de las propuestas que iban en la misiva de Ribera y Calviño, como la creación de una plataforma conjunta de compra de gas (que nunca se puso en marcha). Pero Ribera pronosticaba que el mercado del gas podía mantenerse “todavía algún tiempo”: “sería una pena que Europa no esté a la altura de las circunstancias, intentando corregir, cortar, esa hemorragia que se produciría en el conjunto de la economía europea si no se reaccionara". Esto lo dijo cuatro meses antes de que empezara la invasión rusa de Ucrania, y las consecuentes sanciones, cuyo principal efecto sería elevar el precio del gas cuyas consecuencia sería multiplicar el precio del gas, de 40€ el megavatio-hora, hasta el pico máximo de 326€, el pasado 26 de agosto.

26 de octubre de 2021: primer órdago ante la escalada de precios

Dos semanas después de la tibia iniciativa de la Comisión Europea, la vicepresidenta Ribera dio un paso más allá y pidió libertad para fijar los precios de la electricidad al margen del sistema europeo. EL PAÍS, que tuvo acceso a este documento, reproducía la siguiente cita: “En situaciones excepcionales, debe permitirse a los Estados miembros adaptar la formación del precio de la electricidad a sus situaciones específicas”. La idea era que los países que quisieran adherirse a esa propuesta pudieran desvincular la volátil cotización del gas, que iba por 44€ ese día.

La respuesta llegó ese mismo día, tras la reunión de los ministros de Energía europeos, la comisaria europea del ramo, Kadri Simson, señaló que no estaba claro que la propuesta de Ribera fuera “mejor que el diseño del mercado de la electricidad”, de por aquel entonces, que sigue siendo el mismo de hoy, de momento. La comisaria señaló que este argumento también lo suscribían los representantes de varios países, entre ellos Alemania.

16 de diciembre de 2021: cumbre europea

La cumbre de los gobiernos europeos estuvo marcada por la crisis energética y por la sombra de las amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, contra Ucrania. Quedaban apenas dos meses para que estas amenazas se hicieran realidad, multiplicando los estragos de la crisis energética ya presente. Pedro Sánchez lamentó que muchos países no se habían mostrado dispuestos ni a aceptar un acuerdo de mínimos e incluso reprochó a algunos líderes de “mezclar temas” en las propuestas sobre los precios energéticos: “Es un problema europeo, necesitamos respuestas a escala europea", sostuvo Sánchez. Los principales países reticentes, entre los que se seguía encontrando Alemania, defendían la configuración del mercado eléctrico europeo y confiaban en que los precios descendieran en primavera.

6 de marzo de 2022: España ahora es valorada si Putin cierra el grifo

Ursula von der Leyen visitó Madrid y reconoció el importante papel que tiene España en el suministro energético ante la tormenta perfecta que se estaba desatando en Europa. En el viaje a la capital madrileña, la presidenta de la Comisión Europea asumió ante Pedro Sánchez que había que tomar medidas y reconoció la “urgencia de tomar medidas de calado en el ámbito energético, tanto desde el punto de vista de suministro como de los precios”. Sánchez no dejó de recordar lo evidente: "España viene reclamando medidas inmediatas y contundentes para amortiguar el impacto de los precios del gas en el mercado mayorista de la electricidad".

Dos días después, von der Leyen exigió a los Estados miembros elevar sus reservas de gas hasta el 90% de su capacidad, para empezar a prepararse para el invierno al que ahora nos acercamos. Las reservas hoy se encuentran al 81,9%, según el organismo Infraestructura del Gas Europa. Reducir la dependencia de petróleo, gas y carbón rusos empezaba ya era una prioridad para la Comisión Europea.

25 de marzo: Sánchez se levanta de la cumbre de la UE

El mayor grado de tensión se vivió el 25 de marzo, un mes después del inicio de la invasión, y con los precios de la electricidad y del gas multiplicando sus precios con respecto a los de hacía un año. Durante la cumbre de la UE donde Pedro Sánchez defendía medidas para rebajar significativamente el precio de la luz para España, que encontraba grandes resistencias, especialmente por al lado alemán. El presidente del Gobierno leyó durante la reunión un tuit de un periodista francés que decía que Sánchez estaba dispuesto a vetar las conclusiones de la cumbre. Indignado por la filtración, pidió un receso y abandonó la sala.

El fracaso de Pedro Sánchez por conseguir un límite del precio del gas a nivel europeo se transformó en una segunda propuesta: la excepción ibérica. La escasa interconexión de la península y la nula dependencia de España y Portugal del gas ruso, eran la principal excusa. Era la invasión rusa de Ucrania lo que estaba impulsando el precio del gas a niveles desconocidos, más allá de los factores que estaban operando los meses anteriores. Sánchez propuso un límite de 30 euros. 

8 de junio: la Comisión Europea aprueba la excepción ibérica

El 8 de junio la Comisión Europea da luz verde a la excepcionalidad ibérica, que entra en vigor el día 15 de ese mes. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, apuesta a que una vez que se ponga en marcha, otros países europeos también lo reclamarán. El mecanismo supone un precio límite de 40 euros por megavatio hora para el gas que entre en las centrales eléctricas durante los primeros seis meses, que irá aumentando hasta lograr los 50 euros de media los doce meses que esté en vigor. Este sistema ha conseguido que los consumidores paguen unos 144 euros el megavatio, en lugar de los 299 que se estima que hubiera costado, según indican los expertos. Es decir, la mitad.

29 de agosto: ahora sí, la Comisión Europea anuncia una intervención del mercado eléctrico

El 29 de agosto, 11 meses después de la primera carta de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a la Comisión Europea, este organismo anuncia que es necesaria “una intervención de emergencia” en el mercado eléctrico. “El aumento vertiginoso de los precios de la electricidad ha puesto de manifiesto las limitaciones de nuestro actual diseño del mercado”, señaló la presidenta del organismo europeo. No especificó medidas ni el calado de las reformas. Algunas, a corto plazo, pueden tomarse rápidamente. Pero reformas profundas del mercado eléctrico pueden durar meses, incluso años. Entre estas medidas, podría extenderse la excepcionalidad ibérica al resto de países europeos, limitar los precios de los derechos de emisión de CO2 o modificar el sistema europeo de subasta eléctrica. 

7 de septiembre: las propuestas de la Comisión Europea

A dos días del esperado encuentro de los ministros de Energía europeos, donde Teresa Ribera volverá a insistir en las medidas que lleva alrededor de un año proponiendo, Ursula von der Leyen ha especificado este miércoles cuál será la propuesta de la Comisión Europea. Serán cinco medidas: un mayor ahorro eléctrico en horas pico, poner un tope de beneficios a las tecnologías renovables, así como a las compañías de combustibles fósiles, poner un tope al precio del gas ruso y dar apoyo a las empresas de servicios energéticos, para lidiar con la volatilidad del mercado. 

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