FONDOS EUROPEOS
Así se gestó la campaña de ruido y mentiras sobre los fondos europeos desmontada (por tercera vez) por Bruselas
La primera mentira fue probablemente la del entonces eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano. El 20 de mayo de 2021, poco después de que el Ministerio de Economía enviara a Bruselas el Plan de Recuperación español para acceder a 140.000 millones de euros de los fondos del Next Generation EU (la mitad en subvenciones que no deben ser devueltas), Garicano presentó a los medios su "análisis". Decía en él, como contó en un largo hilo en Twitter, que el plan "no cumple las reglas".
Garicano no era cualquier opinador al respecto, era uno de los pocos eurodiputados que había negociado con la Comisión Europea y con los gobiernos el reglamento de los fondos. Sabía que el plan sí cumplía. Semanas después la Comisión Europea pidió a los ministros de Economía que lo aprobaran tal y como estaba. Estos así lo hicieron.
El "análisis" de Garicano fue replicado y aplaudido por una larga lista de "expertos" y economistas, los mismos que llevan tres años equivocándose o mintiendo sobre los fondos europeos siempre desde el espectro de la derecha.
Mientras en Madrid, entrando el verano, se iba apagando relativamente el ruido y en Bruselas los eurodiputados se iban de vacaciones, el 17 de agosto de 2021 la Comisión Europea anunció que España recibía 9.000 millones en concepto de pre-financiación con cargo a esos fondos.
Era el primer país en recibir esas transferencias, como fue el primer país en ver su Plan de Recuperación aprobado. Desde entonces España ha seguido siendo siempre el primer país. Fue el primero que recibió el primer pago, el segundo pago y este viernes un tercer pago. Van 37.000 millones de euros en subvenciones que no deben devolverse.
España recibió 9.000 millones de prefinanciación en agosto de 2021, 10.000 millones a finales de 2021, 12.000 millones a finales del primer semestre de 2022 y ahora 6.000 millones. Este año puede pedir otros dos tramos, de 10.000 y 7.000 millones, que estarán condicionados entre otras reformas a la de las pensiones.
Todos los gobiernos tuvieron dificultades para que los fondos llegaran a la economía real, pero un año y medio después de su puesta en marcha los ritmos se aceleran. El Tercer Informe del Ministerio de Economía contaba la semana pasada que la velocidad de ejecución es ya de 2.000 millones de euros al mes, lo que daría para este año unos 25.000 millones de euros ejecutados.
El mismo informe explicaba que se han financiado 190.000 proyectos, se han creado 150.000 nuevas plazas de formación profesional, se han contratado 2.500 nuevos investigadores, se han comprado 800 equipos de alta tecnología hospitalaria y se ha pagado la modernización digital de 113.000 pymes.
El ex corresponsal del diario El País en Bruselas, Bernardo de Miguel, recordaba la semana pasada estos datos y señalaba que faltan por llegar el 77% de los fondos que España tiene asignados.
La vuelta del otoño de 2021, cuando sus señorías eurodiputados volvieron a Bruselas, vio el inicio del ruido. Con los del Partido Popular a la vanguardia, empezaron a usar el mecanismo de preguntas parlamentarias por escrito para poner en duda ante la Comisión Europea el buen uso de los fondos. En varias ocasiones los comisarios responsables, Valdis Dombrovskis y Paolo Gentiloni, les respondieron que la Comisión Europea no tenía ninguna duda del buen uso del dinero.
Pero el ruido siguió. Cada vez que se acercaba el momento en el que Madrid debía enviar a Bruselas la solicitud del pago de un nuevo tramo de los fondos, cuando los corresponsales explicaban qué hitos era necesario cumplir y cómo negociaban los ministros con los comisarios europeos, desde las terminales de la derecha mediática madrileña se encendía el ventilador. Llegados al otoño de 2022 se llegó a decir, falsamente, que la Comisión Europea había bloqueado los fondos. En un gesto insólito, la portavoz comunitaria sobre temas económicos tuvo que salir en Twitter a desmentir la información.
La última idea del Partido Popular fue movilizar a la presidenta del Comité de Control Presupuestario del Parlamento Europeo, la conservadores alemana Monika Hohlmeier. En varias ocasiones dijo que no sabía a dónde iba el dinero, a pesar de que los comisarios Dombrovskis y Gentiloni, en comparecencias parlamentarias y por escrito, le habían explicado que no había dudas sobre el destino de los fondos. Raro es el mes en el que la Comisión Europea no envía informes al Parlamento Europeo sobre la ejecución de los fondos.
Hohlmeier preside esta semana una misión parlamentaria de visita en Madrid para "investigar" dónde había terminado el dinero. Llega una semana tarde. Más de la mitad de la misión la componen eurodiputados españoles.
Cómo funciona la fiscalización
La fiscalización del uso del dinero es responsabilidad de la Comisión Europea y en última instancia de los tribunales nacionales y europeos. Cuando la Comisión considera que se cumplen los hitos y reformas para el siguiente desembolso, envía un informe al Ecofin, el órgano que reúne a los 27 ministros de Economía y Finanzas. Estos, entre los que hay liberales, populares, socialistas, ecologistas y alguno a la derecha de la derecha, como el polaco y el húngaro, siempre han validado esos informes.
Maciej Berestecki, portavoz de la Comisión Europea en Madrid, contaba en enero en Bilbao, durante unas jornadas sobre el impacto de las políticas europeas en el País Vasco, que a pesar del "esfuerzo administrativo enorme" que conlleva la gestión de los fondos, el Ejecutivo europeo no había encontrado más que "algunos pequeños problemas en su distribución o la organización de convocatorias". "No vemos unos problemas grandes como para que la Comisión tenga que intervenir en el caso de España", concluía.
Ruido parlamentario
El Parlamento Europeo puede ser utilizado para el ruido, algo que los eurodiputados conservadores españoles no dudan en usar sin remordimientos y que sirve para generar titulares falsos en Madrid, pero no mueve un centímetro en la Comisión Europea. Este viernes, la presidenta de la Comisión Ursula Von der Leyen decía en un comunicado de prensa: "Doy la enhorabuena a España. Que siga trabajando así de bien, que la Comisión está de su lado".
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En algunos medios la frustración era tal que se llegó a decir que las buenas palabras de Von der Leyen al Gobierno español se debían a un supuesto enamoramiento de la presidenta con Pedro Sánchez.
Enamoramiento que en principio debía también estar afectando a Valdis Dombrovskis, vicepresidente para temas económicos, halcón entre los comisarios y miembro del Partido Popular Europeo, que tuiteaba el viernes: "Enhorabuena España. La Comisión Europea avala la tercera solicitud de pago del Plan de Recuperación".
Bruselas aplaude porque sabe que el ritmo español debería ser el de los 27 pero ningún otro país lleva esa velocidad. El cuadro económico que maneja la Comisión Europea muestra que sólo España tiene ya preliminarmente aprobado el tercer pago, que debería certificarse definitivamente en un Ecofin a finales de marzo.
- Tercer pago aprobado: España.
- Segundo pago aprobado: Italia.
- Primer pago aprobado: Chipre, Croacia, Grecia, Francia, Letonia, Lituania y Portugal.
- Prefinanciación: Alemania, Austria, Bélgica, Chequia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Luxemburgo, Malta y Rumanía.
- No han recibido nada: Bulgaria, Hungría, Irlanda, Países Bajos, Polonia y Suecia.