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Libertad de prensa

España se mantiene en el puesto 29 de 180 en la Clasificación Mundial 2021 de Libertad de Prensa RSF

El presidente de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Armada.

infoLibre

España conserva la posición en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras (RSF) y se sitúa en el puesto 29 de una tabla que integran 180 países, en un contexto de "polarización creciente y falta de transparencia". Así lo pone de manifiesto el informe que elabora RSF y que han presentado en España el presidente de la sección española, Alfonso Armada, y la vicepresidenta y corresponsal en España de RSF Internacional, Edith R. Cachera, según informa Europa Press.

En su intervención, Edith R. Cachera ha explicado que España ha mantenido su posición, "en parte, por el movimiento de países aledaños" en la clasificación, y ha añadido que en 2020 la falta de transparencia y el clima de opacidad han afectado a todas las instituciones del Estado. Así, ha puesto como ejemplo las dificultades y obstáculos que han encontrado los periodistas para retratar en imágenes "la realidad trágica" de la pandemia o la llegada de migrantes, así como las ruedas de prensa sin preguntas o con filtrado de las mismas. Según el análisis de la organización, en España la pandemia de covid-19 "ha puesto fin a tres años de considerable violencia física contra periodistas por parte de la policía, pero también de manifestantes, sobre todo en el marco del conflicto en Cataluña y por el auge de la extrema derecha (el partido VOX)". Edith R. Cachera ha afirmado que a RSF le preocupa que Vox "agita el odio" contra los periodistas y, sobre todo, porque es un partido que está en el poder.

En este sentido, RSF sostiene que "el clima de polarización que persiste, y que incluso se intensifica en la vida política y en el posicionamiento de los medios de comunicación desde la llegada al poder de la coalición del PSOE y Unidas Podemos, está erosionando la confianza de la sociedad en los periodistas y refuerza el discurso de odio contra la prensa". En concreto, apunta que "VOX insiste en su estrategia de estigmatizar a los periodistas enemigos, endurece sus maniobras de acoso en internet y de intimidación, y prohíbe a los periodistas la cobertura de sus eventos".

Por otra parte, ha detallado que, "en el último año, los periodistas han criticado la falta de transparencia" del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y su Gobierno, así como "la hostilidad de Unidas Podemos y su líder, Pablo Iglesias, contra determinados medios y reporteros". "La profesión se mostró especialmente preocupada por las ruedas de prensa en las que no era posible formular preguntas, o solo preguntas validadas previamente por el Ejecutivo, por las medidas adoptadas contra la desinformación y por las trabas impuestas a los periodistas que cubrían la llegada de migrantes a suelo español", ha subrayado.

Además, ha destacado que esta falta de transparencia "se vio agravada por el estado de emergencia, el confinamiento draconiano y las feroces restricciones aplicadas en España durante los primeros meses de la pandemia". "Los periodistas han tenido que luchar por cubrir la trágica realidad de los hospitales y las morgues, así como para obtener cifras fiables y coherentes, a menudo calculadas de forma independiente y sin ayuda del Gobierno", ha recalcado.

Situación en el mundo 

En términos globales, Reporteros Sin Fronteras afirma que las actividades periodísticas, que describe como "la principal vacuna contra el virus de la desinformación", se encuentran total o parcialmente bloqueadas en el 73% de los países del mundo, según su última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Esta última Clasificación que analiza la situación en 180 países y territorios, recoge que el periodismo "encuentra graves impedimentos" en 73 países, mientras que hace frente a "obstáculos" en otros 59, situaciones en las que hace frente a una situación "problemática", "difícil" e incluso "muy grave".

La ONG ha apuntado que durante el último año se ha registrado un "palpable deterioro" del acceso y un aumento de los impedimentos a la cobertura "por causa o con el pretexto de la crisis sanitaria" debido a la pandemia de coronavirus. Asimismo, recoge "una creciente dificultad para que los periodistas investiguen y divulguen temas delicados, sobre todo en Asia y Oriente Próximo, aunque también en Europa". RSF ha resaltado que el barómetro Edelman Trust 2021 revela una "preocupante desconfianza" de la ciudadanía hacia los periodistas, con un 59% de los encuestados en 28 países afirmando que creen que los periodistas tratan de engañar de forma deliberada al público.

"El periodismo es la mejor vacuna contra la desinformación", ha destacado el secretario general de RSF, Christophe Deloire. "Por desgracia, su producción y distribución se ven bloqueadas con demasiada frecuencia por factores políticos, económicos y tecnológicos, y, en ocasiones, incluso culturales", ha valorado.

"Ante la viralidad de una desinformación que sobrepasa fronteras, a través de plataformas digitales y redes sociales, el periodismo es el principal garante del debate público basado en una diversidad de hechos establecidos", ha subrayado. Así, RSF ha citado a los presidentes de Brasil y Venezuela, Jair Bolsonaro y Nicolás Maduro, respectivamente, quienes "han hecho promoción de medicamentos cuya efectividad nuca ha sido probada", informaciones rebatidas desde diversos medios para "establecer la veracidad de los hechos".

En esta línea, ha denunciado que en Irán han aumentado las condenas a periodistas "para minimizar la cifra de muertes relacionadas con el covid-19", mientras que en Egipto se prohíbe la publicación de cifras diferentes a las del Gobierno.

Reducción del entorno favorable 

La clasificación sitúa a Noruega en el primer puesto, seguida por Finlandia, Suecia y Dinamarca, en lo que RSF describe como un "modelo nórdico". En total, sólo doce países de los 180 analizados, el 7%, cuentan con un entorno favorable para la información, un grupo en el que también figuran Costa Rica, Países Bajos, Jamaica, Nueva Zelanda, Portugal, Suiza, Bélgica e Irlanda. Sin embargo, del mismo ha salido Alemania debido a las agresiones contra periodistas por parte de "manifestantes cercanos a movimientos extremistas y conspirativos durante las manifestaciones contra las restricciones sanitarias".

En el grupo en el que la situación es "más bien buena" figuran Alemania, Canadá, Estonia, Islandia, Austria, Uruguay, Surinam. Luxemburgo, Samoa, Letonia, Liechtenstein, Namibia, Australia, Chipre, Cabo Verde, Lituania, España, Ghana, Trinidad y Tobago, Sudáfrica, Reino Unido, Francia, Eslovaquia, Eslovenia, Burkina Faso, Botsuana, Andorra, República Checa, Italia, Corea del Sur, Taiwán, Estados Unidos, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), Tonga, Papúa Nueva Guinea y Rumanía.

RSF ha destacado que Estados Unidos ha subido un puesto, a pesar de que el último año del mandato del expresidente Donald Trump "se caracterizó por una cifra récord de ataques (casi 400) y detenciones de periodistas (130)", según los datos del US Press Freedom Tracker.

Por su parte, en la franja con "problemas significativos" aparecen Senegal, República Dominicana, Guyana, Seychelles, Belice, Chile, Fiyi, Croacia, Madagascar, Bosnia y Herzegovina, Níger, Georgia, Mauricio, Malaui, Armenia, Polonia, Bután, Costa de Marfil, Japón, Mongolia, Argentina, Grecia, Timor Oriental, Maldivas y Túnez. A ellos se suman Togo, Sierra Leona, Norte de Chipre, Panamá, Kosovo, Kirguistán, Hong Kong, Malta, El Salvador, Albania, Comoros, Gambia, Israel, Haití, Lesoto, Moldavia, Macedonia del Norte, Perú, Hungría, Serbia, Mauritania, Guinea-Bissau, Ecuador, Ucrania, Liberia, Malí, Paraguay, Etiopía, Kenia, Angola, Montenegro, Kuwait, Nepal y Líbano.

Países con más censura 

En situación "difícil" están Mozambique, Guinea, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Indonesia, Benín, Zambia, Guatemala, Gabón, Congo, Malasia, Nigeria, Nicaragua, Afganistán, Chad, Tanzania, Uganda, República Centroafricana (RCA), Sri Lanka, Qatar, Jordania, Zimbabue, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Territorios Palestinos Ocupados, Omán, Colombia y Camerún.

Junto a ellos figuran Marruecos/Sáhara Occidental, Tailandia, Filipinas, Sudán del Sur, Birmania, Esuatini, India, México, Camboya, Pakistán, Argelia, Burundi, Venezuela, República Democrática del Congo (RDC), Rusia, Honduras, Bangladesh, Turquía, Brunéi, Kazajistán, Ruanda, Uzbekistán, Bielorrusia y Sudán.

Por último, en situación "muy grave" figuran Singapur, Somalia, Tayikistán, Irak, Guinea Ecuatorial, Libia, Egipto, Azerbaiyán, Bahréin, Yemen, Arabia Saudí, Cuba, Laos, Siria, Irán, Vietnam, Yibuti, China, Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea.

RSF ha manifestado que Pekín "sigue llevando a niveles sin precedentes la censura, la vigilancia y la propaganda en Internet", mientras que Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea —que ocupan los tres últimos puestos, al igual que en 2020— "mantienen un control absoluto sobre la información".

Pese a ello, ha apuntado que el mayor descenso lo ha registrado Malasia, que ha caído 18 puestos en la clasificación, mientras que los mayores progresos los han registrado Burundi, Sierra Leona y Malí, que han ascendido trece, diez y nueve puestos, respectivamente.

Situación por regiones 

De esta forma, Europa y América "siguen siendo los continentes más favorables a la libertad de prensa, incluso teniendo en cuenta que América Latina registra el mayor desgaste en las puntuaciones regionales este año". Sin embargo, el Europa ha registrado un "notable deterioro" por el alza de las agresiones contra periodistas, con un aumento de más del doble en la Unión Europea (UE) y los Balcanes, principalmente en Alemania, Francia, Italia, Polonia, Grecia, Serbia y Bulgaria.

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En este sentido, ha criticado que "los mecanismos de protección de las libertades con los que cuenta la UE también son lentos a la hora de frenar el dominio del régimen de Viktor Orban sobre los medios de comunicación (en Hungría) o para frenar las disposiciones liberticidas de otros países de Europa central".

Por su parte, África es el continente en el que los periodistas hacen frente a una mayor violencia, mientras que en Asia y el Pacífico "el virus de la censura se ha extendido más allá de China", con "una variante preocupante" en Australia.

La zona de Europa del Este y Asia Central figura en penúltimo lugar, especialmente por la situación en Bielorrusia, mientras que Oriente Próximo y Norte de África conserva el último lugar, sin que se hayan registrado "cambios importantes".

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