Sin noticias desde Gaza: el cierre de Al Jazeera complica (aún más) la cobertura de la guerra

El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael Al-Dahdouh, recibe consuelo durante el funeral de su hijo Hamza Wael Dahdouh, periodista de la cadena de televisión Al Jazeera, que murió en un presunto ataque aéreo israelí, en Rafah, en la Franja de Gaza, en enero. 7, 2024.

En estos siete meses de invasión sobre Gaza la información ha llegado a cuentagotas. El gobierno de Netanyahu controla los movimientos y las noticias que publican los corresponsales extranjeros, mientras los profesionales que quedan dentro de la franja son víctimas de los bombardeos israelíes. Los reporteros locales utilizan las redes sociales para difundir vídeos sobre las atrocidades del ejercito de Israel y a través del móvil se conectan en directo con medios internacionales. Al Jazeera, una de las pocas televisiones de alcance global, con sede en Jerusalén ha estado informando sobre el conflicto desde que comenzó. Hasta esta semana. Netanyahu, que ha calificado a la cadena de "terrorista", decidía ordenar su cierre.

El parlamento israelí, la Knesset, aprobó, con 71 votos a favor y 10 en contra, el pasado mes de abril una ley que otorga la capacidad al gobierno de Netanyahu de prohibir temporalmente “las redes de difusión extranjeras consideradas un riesgo para la seguridad nacional", cerrar sus oficinas en en el país, confiscar sus equipos y bloquear el acceso a sus sitios web". Es esta norma la que ha permitido cerrar el canal ahora, uno de los pocos que podido documentar, desde dentro de la Franja, los ataques a hospitales o edificios de viviendas gracias al despliegue de periodistas en el terreno.

Además del cierre y de la censura, Israel también ha atacado directamente a los periodistas palestinos dentro de Gaza. Reporteros Sin Fronteras cifró en marzo la muerte de al menos 103 profesionales en la franja, entre los que se encontraban tres de Al Jazeera. Hamza al-Dahdouh y  Moustafa Thuraya, trabajadores de dicha televisión, murieron a causa de un bombardeo israelí a principios de enero.

Ataques de los que ya habían sido víctimas antes del atentado terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre. Shireen Abu Akleh, su corresponsal en Cisjordania, fue asesinada en mayo de 2022 por un francotirador israelí durante la cobertura de un asalto en Yenin.

Una amenaza para todos

Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en España, señala a infoLibre que "es una vuelta de tuerca más en el control sobre el periodismo que ejerce Israel". "Esto no es solo una censura a Al Jazeera, también es una intimidación para el resto de corresponsales extranjeros", amplia Bauluz.  El presidente de RSF considera que la cadena catarí es el medio internacional con mayor solvencia sobre el terreno al contar con una amplia plantilla de periodistas gazatíes.

Teresa Aranguren, excorresponsal de guerra y escritora, denuncia que "esto es un paso más en la negación de la libertad del pueblo palestino y de su matanza". Además, Aranguren apunta que no le extrañaría que la censura se ampliara a otros medios internacionales, siguiendo con la estrategia gubernamental de crear una sociedad más extremista dentro del país. La reportera crítica que los países occidentales, "que tanto defienden la libertad de expresión e información", no hayan mostrado una condena unánime.

Haaretz, la única alternativa

Según los expertos, el diario Haaretz podría ser el siguiente objetivo de la censura de Netanyahu. Este periódico israelí, de carácter progresista, es una de las pocas alternativas que quedan dentro del país frente al discurso gubernamental tras el cierre de Al Jazeera. Un día después del ataque de Hamás, dicho medio publicó un editorial en el que culpaban a Netanyahu de lo ocurrido. "El primer ministro, que se enorgullecía de su vasta experiencia política y de su insustituible sabiduría en materia de seguridad, no identificó en absoluto los peligros a los que conducía conscientemente a Israel", criticaba duramente su principal pieza de opinión del pasado ocho de octubre.

Entre sus periodistas más destacados, Aranguren resalta a Gideon Levy. Un columnista israelí que señala de manera critica los crímenes de guerra y asesinatos de su ejército dando voz a los palestinos. Además del posible cierre del diario, la excorresponsal teme que la presión social que sufren estos profesionales pueda acallarles a través de amenazas o insultos.

Ser periodista es un desafío

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Ante el control y el bloqueo de acceso a Gaza para los medios extranjeros, los periodistas palestinos siguen siendo los únicos profesionales sobre el terreno. Razan Malash, reportera palestina afincada en España, explica que "ser periodista en Palestina es un desafío". "Significa que tu vida está en peligro todo el tiempo y que ni tu chaleco ni tu casco te protegerán de ser asesinado o atacado". Además de las muertes, Malash señala que "los colonos en Cisjordania también acosan el trabajo de los profesionales, que pueden acabar siendo arrestados por las autoridades". Según los últimos datos publicados por RSF en enero, Israel ha detenido a 38 periodistas palestinos desde el 7 de octubre y 31 continúan en prisión.

Una de las historias que más ha representado la resiliencia de estos profesionales es la de Wael Al Dahdou, jefe de la Oficina de Al Jazeera en Gaza. Tras la muerte de su esposa, sus tres hijos y su nieto en un bombardeo, continuó informando hasta que tuvo que salir por el paso fronterizo de Rafah para recibir una cirugía urgente en enero. Al Dahdou, galardonado con el Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, señaló que "para mí esto es una misión humana. Hay millones de personas que me están esperando para enterarse de lo que está pasando en Gaza y eso exige sacrificios".

Los reporteros sufren las mismas limitaciones que los ciudadanos palestinos: restricciones de movimiento, puntos de control y barreras y hasta el cierre de áreas. Otros de los principales obstáculos siguen siendo la imposibilidad de entrar en Gaza y el temor a que Israel ejerza de nuevo un apagón de la conexión a Internet. Malash denuncia que "Israel no quiere que los periodistas ejerzan su trabajo y muestren al mundo la imagen de lo que está sucediendo".

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