Plaza Pública
Ellos y Nosotros
Días después de los atentados de Bruselas escuché a un tertuliano referirse a los musulmanes de Europa como "esa gente", con toda la carga despectiva que la expresión conlleva, y el añadido, a modo de fórmula resolutiva, de "si no aceptan nuestras costumbres… ¡Fuera!". No puedo decir que me sorprendiese escuchar algo así en la televisión porque el tal tertuliano suele hacer gala de demagogia, malos modos y esa descarada osadía que la ignorancia procura. Pero la cuestión no es esa. Lo que importa no es quién lo dice sino a quién se dirige el mensaje. Lo que importa es que hay un público dispuesto a aceptarlo. Y a aplaudirlo. Por eso el mensaje se lanza. Porque se sabe que será bien recibido por algunos o, en determinadas circunstancias, quizás por muchos. Y no cabe duda de que las circunstancias actuales, con un terrorismo que se autodenomina "islamista" actuando en suelo europeo, son, cuando menos, terreno proclive para el despertar reforzado del viejo prejuicio anti-islámico de nuestra sociedad.
Los prejuicios, ya se sabe, son muy resistentes. Y refractarios a los datos de la realidad. Los datos de la realidad nos dicen, por ejemplo, que las primeras y principales víctimas del terror del autoproclamado Estado Islámico son musulmanes y que su número es incomparablemente más alto que el de víctimas europeas, y que los autores de los atroces atentados de Bruselas no han nacido en Oriente Próximo sino en un barrio de la capital belga, pero me temo que nada de esto cambiará la opinión de quien piensa o ha decidido pensar que el problema "son los musulmanes". El discurso del "nosotros y ellos", siendo nosotros la civilización y ellos la barbarie, resulta cómodo, no requiere argumentos ni el esfuerzo de contrastar nuestras ideas con los hechos. Basta con dejarse calentar por las emociones. Y siempre hay quien está dispuesto a calentarlas.
El problema de las interpretaciones esencialistas tipo, "el problema es el Islam" o del otro lado "el mal es Occidente", no es sólo que sirven para reforzar estereotipos y prejuicios para nada inocentes, sino que impiden ver la realidad que nunca es homogénea y compacta sino compleja, diversa y cambiante. Lo malo de este tipo de interpretaciones de "ellos y nosotros" es que no sólo distorsionan la imagen de ellos sino también la nuestra.
Esa imagen de Occidente como bastión de la civilización, la democracia y los derechos humanos que en estos días se repite como un mantra o como un bálsamo, puede que sea reconfortante y sirva para atenuar el dolor y el trauma de los atentados terroristas, pero es una imagen falsa o cuando menos demasiado incompleta. Para cuántos iraquíes la imagen de la barbarie es la de los soldados estadounidenses paseando con sus tanques por las ruinas de Babilonia, irrumpiendo de noche en sus casas, golpeando a las mujeres, llevándose a los hombres, rematando a los heridos, destruyendo su país. La matanza de Mahmudiya, el asalto a Faluya, Ramadi, Al Qaim, el cerco a Nayaf, las torturas de Abu Graib… Son algunos de los nombres de un horror que ha generado más horror y más horror. Algún día, la invasión y destrucción de Iraq deberá figurar en el listado de los grandes crímenes de la Historia. Ahora toda la zona de Oriente Próximo es un escenario de destrucción y catástrofe.
Fueron ejércitos occidentales los que generaron el caos en el que surge, crece y se alimenta el terror del autoproclamado Estado Islámico.
¿Pero es eso Europa? ¿Es sólo eso? ¿Podemos reducir la idea de Europa a las decisiones criminales de algunos gobernantes y las atrocidades cometidas por algunos de sus ejércitos? Europa es también las gentes que se lanzaron a las calles para impedir la invasión. Europa son los ciudadanos belgas, cristianos, musulmanes, judíos, budistas o ateos que en estos días llevan flores y lágrimas al centro de Bruselas. Y sí, son también los cabezas rapadas que desfilan insultando a sus compatriotas musulmanes y los partidos xenófobos que están creciendo en su seno. Hay muchas Europas en Europa. Y hay muchos y diversos Islam en el Islam.
La muerte de cuatro heridos eleva a 35 muertos el balance de los atentados de Bruselas
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Teresa Araguren
es miembro del Consejo de Administración de RTVE