Servicio público: un viaje de fe ciega y altruismo obligado (o cómo sobrevivir a un cuento de terror)

Jose Manuel Nevado

Cambiar lo que nunca se ha cambiado. Eso es lo que nos venden como la utopía. La quimera. La gran mentira. A aquellos que aún creen que el servicio público es una vocación y no una penitencia, les recomiendo que se metan en una burbuja y se pongan a llorar, porque no hay nada más desagradable que el desgaste de ser llamado incompetente mientras te disparan críticas de medio pelo y te etiquetan como "burócrata". ¡Qué regalo! ¡Qué hermoso es el servicio público, ese campo de rosas llenas de espinas! En Europa, el lujo es sentirnos moralmente superiores, como si el paraíso que hemos creado no nos hubiera costado a todos convertirnos en maestros en el arte de la resignación. ¿Que si la educación, el bienestar social y la "democracia ejemplar" han hecho que despreciemos la fabricación, la defensa o las materias primas? No pasa nada, no hacen falta, ¿verdad? Europa lo tiene todo... menos la voluntad para salir de su burbuja dorada. Y si no lo creen, pregúntenle a los que les exigen hacer algo con la economía.

Aquí estamos, con 448 millones de europeos que no tienen ni idea de qué pasa más allá de su frontera, pero que se creen moralmente por encima de cualquier ser humano que, por el simple hecho de sudar y trabajar, se atreve a enfrentarse a los problemas reales del mundo. Y claro, con esa brillante inteligencia colectiva, tan deslumbrante como vacía de criterio, que se cree capaz de solucionar todo: desde el café de la mañana hasta las guerras internacionales. Un clic y ¡zas!, crisis resuelta. ¿Quién necesita un plan? El problema es que sin criterio no hay capacidad de priorizar. Pero no importa, todo está a un clic de distancia, ¿no? Claro, eso es lo que nos venden, y lo compramos encantados.

Un clic y ¡zas!, crisis resuelta. ¿Quién necesita un plan? El problema es que sin criterio no hay capacidad de priorizar. Pero no importa, todo está a un clic de distancia, ¿no?

En este mundo hiperconectado, donde todos creemos ser más inteligentes y más avanzados que los demás, se nos olvida que el sistema global, ese que nos había unido en un sueño colectivo, se está desmoronando como un castillo de naipes. Y mientras tanto, la paranoia se dispara. ¿Estamos siendo invadidos? Tal vez. O tal vez estamos atrapados en una distopía donde la política consiste en vendernos miedos. Los cerebros anarquistas han transformado las estructuras básicas del Estado en un circo donde todo vale, siempre que ayude a perpetuar el poder. ¡Ni hablar por teléfono, no sea que los rojos nos estén escuchando! Y mientras tanto, seguimos esperando la llegada de un mesías que nos salve, como si todo esto pudiera resolverse con un hombre del futuro que nos dé un golpe de suerte. ¡Qué fantasía, por Dios!

Mientras tanto, nuestros vecinos, esos que antes considerábamos el enemigo, ahora nos preparan para un amanecer rojo (aunque a veces se mezcla con blanco y azul, ya se sabe). Y nosotros, en nuestra burbuja, discutiendo sobre chismes políticos y creando mitos sobre los que nos gobiernan. No importa si no hay pruebas, si todo se ignora, al final lo que cuenta es conseguir esa santidad perdida, esa que no se obtiene con votos. ¡Esto con Franco no pasaba! Claro, todo tenía su orden, ¿no?

El mundo se está deshaciendo, el sistema global está crujiente, y nosotros, ¿qué hacemos? Pues hacer más pequeño nuestro concepto de patria, confundiendo patriotismo con nacionalismo y tradición con fundamentalismo. No hay mayor falta de respeto que no dejar que el pueblo disfrute viendo el desfile de sus centuriones. Y mientras todo se derrumba, nos preguntamos: si el trabajo para los demás ya no tiene sentido, si nadie quiere acercarse a la estructura que lo sostiene, ¿dónde demonios encontraremos a los servidores públicos del futuro? No me extraña que prefiramos comer una buena almeja que poner en marcha las alarmas.

______________________

José Manuel Nevado es director de Comunicación Institucional de la Secretaría de Estado de Comunicación.

Más sobre este tema
stats