Rubén Sánchez, el activista de Facua que venció a Manos Limpias: "Atacaron a mi mujer para destruirme"
No es la primera vez que Manos Limpias denuncia a un político o a su entorno. Además de la querella a Begoña Gómez que ha sido admitida a trámite, la organización ultra también intentó imputar a Rubén Sánchez, actual secretario general y portavoz de FACUA. Se enteró de su denuncia en 2013 a través de un teletipo de Europa Press en el que se le acusaba por la emisión de facturas falsas vinculadas a UGT Andalucía.
Rubén Sánchez explica a infoLibre que “en ese momento sufrió una crisis personal muy fuerte". Dos días después de que trascendiera la denuncia, el dirigente de FACUA empezó a notar el acoso mediático en una rueda de prensa. Un periodista de ultraderecha le preguntó si iba a dimitir. “En ese momento no entendía por qué estaba en el punto de mira de Manos Limpias”, asegura el activista.
Una vez se abrió la instrucción, Sánchez confiesa que se dio cuenta “de quién estaba detrás de toda la cacería mediática y judicial”. Descubrió, afirma, que quien había encargado la denuncia era Luis Pineda. El presidente de una supuesta asociación de usuarios de banca, Ausbanc, utilizó a Manos Limpias para intentar llevarlo ante la Justicia. Una acusación a la que se sumó el Partido Popular de Andalucía.
Carteles con su cara y ataques a su mujer
A pesar de que no había pruebas en contra de Sánchez y contaba con el apoyo de su entorno señala que “estuve dos años sin saber que iba a pasar”. En 2015, un juez de Sevilla decidió no imputarle al considerar que no había ningún indicio ni sospecha. El activista confiesa que, por encima del riesgo de la imputación, lo que más daño le hizo a él y a su familia fue la artillería mediática que realizó Pineda.
A través de su revista económica, Mercado de Dinero, su cuenta de Twitter y filtraciones a otros medios de comunicación, Pineda llegó a acusar a Sánchez de ser “el hombre más corrupto de España" y le presionó constantemente para que presentara su dimisión. Las difamaciones e insultos también los trasladó a la calle.
Sánchez explica que “la cacería llegó hasta tal punto que había marquesinas con una caricatura mía en Sevilla acusándome de corrupto”. Además, según cuenta el dirigente de FACUA, utilizó esta estrategia también en la ciudad de su mujer, Málaga, para “atacar a la otra parte de su familia".
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Viendo lo que ha ocurrido con la esposa de Pedro Sánchez, el activista explica que Pineda también atacó a su mujer. “Intentó atacar a mi mujer para destruirme a mí”, señala el dirigente de FACUA. Se publicaron fotografías de su esposa en los medios afines al líder de Ausbanc e incluso llegó a difamarla acusándola de estar relacionada con los supuestos delitos de su marido. Sánchez confiesa que su mujer no lo llevó nada bien y provocó que "viviéramos tiempos muy difíciles en casa".
100.000 euros por difamación y tweets desde la cárcel
Ante la falta de pruebas, indicios y sospechas que expresó el juez, Sánchez denunció a Pineda por difamación. Sánchez exigió una indemnización de alrededor de 100.000 euros que la Justicia aceptó y que Pineda recurrió. El activista explica que finalmente "acabó el año pasado de ingresarme toda la cuantía exigida".
Antes de la denuncia de Manos Limpias, Rubén Sánchez ya había denunciado a Pineda. Consiguió que le indemnizara con 4000 euros, pero más allá de lo económico, Sánchez destaca que "esa sentencia fue pionera al obligar a que Pineda tuviera que publicar el dictamen durante 30 días consecutivos en su cuenta de Twitter". Su entrada en prisión provisional por el caso Ausbanc le obligó a que continuara haciéndolo desde prisión. Sánchez cuenta que "a Pineda le reservaban una sala y un móvil para que cumpliera con las publicaciones de la sentencia".