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12M | ELECCIONES EN CATALUÑA

Las alianzas de Sánchez en el Congreso, pendientes de la digestión de la debacle del independentismo

Seguimiento del 12M en la sede del PSOE en Madrid

“La ciudadanía catalana ha pasado página”. Resuenan estas palabras en los despachos de Ferraz y La Moncloa. Los socialistas respiran profundamente desde este domingo. Una mezcla de euforia por el resultado del 12 M y de satisfacción al ver premiada su arriesgada hoja de ruta por la convivencia y el diálogo. 

Ya no son palabras, sino hechos, como señalan altos cargos del PSOE: el PSC se ha impuesto por primera vez en número de escaños y de votos en unas elecciones catalanas y se ha roto la mayoría independentista en el Parlament que se ha ido revalidando elecciones tras elecciones desde 1984. En esta cita los catalanes, indican fuentes socialistas, han dicho alto y claro el camino que quieren recorrer. Para muchos dirigentes del PSOE este 12M fue el día en el que se enterró el procés.

Lo que pasó en Cataluña este domingo va mucho más allá de los jardines del Parc de la Ciutadella, sino que tiene vasos comunicantes directos y fluidos con la política nacional. Abiertas las urnas, toca ahora encontrar la gobernabilidad en Cataluña, donde las únicas opciones viables pasan por la manos de Illa (a no ser que se formara una mayoría de bloqueo que llevara a repetir las elecciones otra vez en otoño). Las reverberaciones llegarán hasta la Carrera de San Jerónimo.

A la espera del pacto en el Parlament

Y esos caminos del PSC se cruzan con los propios intereses de sus indispensables socios de ERC y de Junts en la Cámara Baja. La suma del PSOE (42) y de Junts (35) de una holgadísima mayoría absoluta, pero ninguno de los dos actores está por la labor en estos momentos. Puigdemont ha descartado dar sus votos al socialista e incluso se ha postulado a intentar liderar un Govern este domingo aunque los números no le dan por otra banda. En cambio, Illa nunca ha cerrado la puerta, pero sostiene, como dijo en una entrevista con infoLibre, que no se ve compartiendo Ejecutivo con los posconvergentes.

La vía que se abre como más plausible es la de un entendimiento de carácter progresista entre el PSC, ERC y los comunes (que suman el número mágico de 68 escaños que representa la mayoría absoluta). Pere Aragonès ya dejo caer este domingo que ellos pasarán a la oposición tras el batacazo sufrido, pero eso no quita que pudieran facilitar la investidura del candidato socialista o incluso que lo apoyara externamente. Ahora las dos almas de Esquerra se enfrentan a una de las decisiones más complicadas.

Lo que puede hacer retener la mayoría

Pero, ¿cómo puede afectar esto a los apoyos en el Congreso? ¿Pueden Junts o ERC dejar caer la mayoría en el Congreso al verse desplazado del Palau de la Generalitat? El PSOE ha empezado a trabajar desde este domingo para que eso no pase. En las formas y en el fondo. Los socialistas están eufóricos, pero también han convertido esa victoria en un ejercicio de contención para no irritar a los perdedores. En todo momento, han mostrado su respeto por sus rivales. Todos se necesitan.

Salvador Illa tiene que negociar ahora una complicadas negociaciones en Barcelona, pero el contexto de Madrid no se puede olvidar. Ni unos ni otros. De hecho, la constitución del Parlament y el camino de Illa hacia la investidura coincide con la fase final de la aprobación de la ley de amnistía en las Cortes Generales, una reivindicación del soberanismo pero que necesita sí o sí del concurso del PSOE. Esta norma puede ver la luz verde final alrededor del 30 de este mes en el Congreso. Luego ya será el turno de los jueces para decidir caso a caso, paso necesario para que Carles Puigdemont vuelva a España. Él ha prometido que dejará la política si no lograr ser president de la Generalitat.

Por lo tanto, no se espera ningún movimiento que pueda dar un susto en La Moncloa hasta que no se apruebe esta norma. Además, los socialistas creen que con ese aval tan abrumador de la población catalana esta polémica medida de gracia ha sido bendecida por esa comunidad y servirá también para aplacar las críticas a nivel nacional.  Una amnistía hecha para beneficiar a los independentistas pero que ha acabado a la vez por romper la histórica mayoría absoluta del soberanismo.

La única alternativa serían PP y Vox

La otra gran pregunta que muchos se hacen es si a Junts y a ERC después de haber perdido esa mayoría les sale a cuenta seguir apoyando a Pedro Sánchez, quien les ha fagocitado con su hoja de ruta. Pero, además del beneficio personal de la amnistía, los soberanistas se encuentran con que su escenario: si dejan sin apoyos al socialismo y a Sumar, se pueden anticipar la elecciones y habría muchas posibilidades de que llegaran al Gobierno central del PP y Vox.

En el socialismo entienden que esto sería todavía más mortal para Junts y ERC, pues sería hacer todo lo contrario a lo que ha pedido el pueblo catalán tanto en las elecciones del 23 de julio (el PSC obtuvo más escaños que todo el soberanismo junto) y este 12 de mayo. En el PSOE y en el entorno de Illa saben que ahora el independentismo tiene que hacer esa pesada digestión, como también sucedió después de las elecciones generales. 

El PSC logra una victoria histórica, Illa acaricia la Generalitat y el independentismo se hunde

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Además, estos dos partidos se encuentran con una situación complicada internamente después de los resultados. Si Carles Puigdemont no logra gobernar, dejará la actividad institucional. Por lo tanto, el regreso del expresidente no se materializará como líder de la oposición, por lo que habría que buscar a un rival para Salvador Illa. El futuro de Pere Aragonès también está ahora mismo en el aire. Él ya descartó ser vicepresidente del socialista y ahora señala que estarán en la oposición. Después del varapalo, parece muy complicado que un president se quede como líder de la tercera fuerza de la Cámara.

En esos ecos nacionales de este 12M suena con mucha fuerza Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo sale muy reforzado de esta cita porque ve la recompensa de esas decisiones audaces. Pero no sólo en Cataluña, sino dentro de su partido a nivel nacional. Ahora todas las federaciones, de norte a sur y de este a oeste, podrán vender que la fórmula socialista ha funcionado: convivencia y ruptura electoral del soberanismo. "Todo ha merecido la pena", sEñalan dirigentes socialistas durante estas horas.

A Pedro Sánchez esta victoria le sirve también para coger mucho aire después de ese periodo de reflexión que se tomó hace quince días para ver si seguía al frente del Palacio de La Moncloa. El presidente asume esta victoria también como propia, el propio Salvador Illa reconoció este domingo la importancia del jefe del Ejecutivo. Los dos han recorrido juntos este camino de manera inseparable después de aquellos duros gestionando la pandemia. Asimismo, el PSOE afronta con mucho brío las elecciones europeas del próximo 9 de junio y hace olvidar los malos resultados de las elecciones gallegas. En esos comicios continentales también volverá a pulsarse el ánimo del soberanismo: otro mal resultado puede que haga que no tengan ni fuerzas ni ánimo ni estímulos para tumbar la investidura de Illa.

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