'CASO ERREJÓN'

La catarsis del 'caso Errejón' remueve todo el tablero de la izquierda con el reto de la unidad ante unas elecciones

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, interviene durante el acto 'Empieza todo' de la plataforma Sumar,, en el polideportivo Antonio Magariños, en Madrid.

“Esto es una catarsis”. La frase sale de uno de los integrantes del núcleo duro de Sumar. El shock ha sido brutal en el espacio de izquierdas por el caso Errejón. Todo un “punto de inflexión”, como reconocen parlamentarios del grupo. Y supone también de facto una nueva etapa en la izquierda española de cara a la reconfiguración para futuros procesos electorales.

La dimisión de Errejón por las acusaciones por violencia machista ha estallado en pleno proceso congresual de Movimiento Sumar. Ese cónclave, que estaba previsto para los días 14 y 15 de diciembre, está ahora en el aire. El exportavoz en el Congreso era una de las piezas fundamentales al tener la misión de coordinar el documento político que debe servir como hoja de ruta para la formación de Yolanda Díaz en los próximos años.

En las próximas semanas, el grupo coordinador de Sumar tomará una decisión, aunque ahora mismo la sensación dominante entre muchos de sus integrantes es que se debe aplazar ese encuentro en el que, además, se tiene que diseñar una nueva dirección tras la dimisión de Yolanda Díaz por el batacazo de las elecciones europeas. 

La dimisión de Errejón ha ahondado en la crisis que venía arrastrando Movimiento Sumar, el partido paraguas con el que Díaz quería aglutinar el espacio progresista. Ahora muchos de sus socios, como IU, Más Madrid y Compromís, dan por finiquitado ese proyecto como tal. En Sumar reconocen que su futuro pasa por cómo se termine de gestionar esta crisis y de si se consigue recuperar la confianza que han perdido muchos de sus votantes durante estos meses.

Y la crisis ha venido a fragmentar todavía más el panorama de las izquierdas. Sumar está en sus horas más bajas y Más Madrid se encuentra también en el epicentro del caso Errejón, mientras que Izquierda Unida saca la cabeza para replantear todo el espacio con un mensaje de unidad mirando a la vez a Podemos. Los morados siguen ahora su “camino propio” y no quieren oír hablar en estos momentos de procesos unitarios.

La incógnita de la unidad

¿Es imposible la unidad de la izquierda para futuras contiendas electorales? En el núcleo duro que ahora gestiona el día a día de Sumar se reconoce que no hay contacto directo con Podemos. Pero, no obstante, fuentes de ese espacio indican que están abiertos a entablar un proceso para ir junto a los de Ione Belarra en próximas citas electorales. Incluso admiten que es perfectamente viable la propuesta ya lanzada por Izquierda Unida de que no sea bajo el nombre de Sumar.

Izquierda Unida es el actor que está moviéndose con más fuerza durante estas horas. Los de Antonio Maíllo reclaman una reorganización total en el Parlamento del trabajo de Sumar, afectando a todos los cargos incluso en comisiones. El partido ha presionado además durante estos días para posponer y pensar bien quién debe ocupar ahora la Portavocía, poniendo sobre la mesa la predilección por una mujer. 

IU lleva ya tiempo, desde que llegó en verano Maíllo a su dirección, trabajando para rearmar un espacio unitario de la izquierda en el que no se imponga la “verticalidad” de Yolanda Díaz y se tomen las decisiones de manera colegiada por parte de todos los partidos del espacio. El mensaje es claro para trabajar por una candidatura “unitaria” para que “las formaciones que tengan coincidencias programáticas en la construcción de un proyecto de país y la gestión de gobierno tenga una correlación en una propuesta electoral unitaria con todos dentro y sin vetos cruzados".

Los “vetos cruzados” son un factor muy importante de cara al futuro. Protagonistas de todos los partidos reconocen que las animadversiones personales pesan mucho en estos momentos. Existe cero relación desde las elecciones del 23J, por ejemplo, entre Díaz y Belarra, al igual que Mónica García (Más Madrid) y dirigentes de Podemos llevan años sin entablar conversaciones. Por parte de IU y Podemos sí hay cierto contacto a través de Pablo Fernández, secretario de Organización de los morados. Hay actores del espacio que señalan que algunas figuras relevantes durante estos años deberían dar pasos atrás en próximos comicios para facilitar la unidad.

Desde Podemos, apuntan que están centrados en impulsar con los votos de sus cuatro diputadas las propuestas políticas que ahora mismo demanda la ciudadanía progresista: ruptura con Israel y bajada en los precios del alquiler. En el partido que pilota Belarra, además, evitan hablar de los debates de otros actores políticos.

Uno de los factores principales en este debate es cuánto durará la legislatura. A pesar de los titulares, en cambio sí hay señales dentro de la izquierda de que puede aguantar más de lo que se vaticina. En los últimos días se han interpretado movimientos como la cohesión otra vez del bloque de investidura para la toma en consideración de la derogación de la ley mordaza y la aprobación del decreto sobre RTVE, por el que se dará cabida también a representantes impulsados por Junts, ERC, Podemos y el PNV.

En el ala socialista se descarga toda la responsabilidad del caso Errejón en Sumar y Más Madrid, pero se está haciendo a la vez una defensa cerrada de la actuación de Yolanda Díaz. En privado, distintas fuentes del Gobierno y del partido trasladan su preocupación por las consecuencias para ese espacio, aunque confían en su recuperación en lo que queda de legislatura. Reconocen los dirigentes consultados que es vital que su izquierda vaya unida y sostienen que la caída de ese espacio no se compensaría con una subida de los partidos periféricos: “Los nacionalistas e independentistas tienen su techo también”.

Las posibles repercusiones electorales

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A la falta de las primeras encuestas tras la irrupción del caso Errejón, desde Logoslab se analiza en un artículo en infoLibre que esto puede afectar a una mayor abstención del electorado progresista, que es más propenso a castigar los errores. En este espacio es donde más fugas hacia la abstención se están detectando con 552.000 electores de estas opciones confesando que pueden no votar si hubiera una nueva convocatoria electoral, según los datos del CIS.

La bajada de Sumar en unas elecciones puede tener la derivada de que gane votantes el PSOE provenientes de partido de Yolanda Díaz, pero, como señalan en Logoslab, esto haría menos competitivo al espacio de Díaz en las provincias medianas frente a Vox por la propia Ley D’Hondt. Además, se da la circunstancia de que los sondeos vaticinan que Podemos sigue subiendo (se quedó a poco más de un punto de sus antiguos compañeros en las europeas). Dentro del espacio de Sumar hay dirigentes que confiesan que a los morados les están funcionando tener un discurso más duro que ellos.

Asimismo, esta crisis pone en el punto de mira a la propia Yolanda Díaz, cuya imagen fue esencial para que Sumar lograra un buen resultado en las pasadas generales (31 diputados) y los partidos progresistas lograran retener el Palacio de La Moncloa. La vicepresidenta segunda no aprueba ahora entre los españoles, según los últimos datos del CIS, y se queda en un 3,99 (por debajo de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo).

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