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Operación Kitchen

Cospedal salva al PP y a Rajoy, descarga en la Policía y sólo admite lo que no puede ocultar

La ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a su llegada a la Audiencia Nacional, este martes.
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Una hora y media es lo que ha durado la declaración de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal como imputada en la Audiencia Nacional por la operación Kitchen. Ha negado cualquier tipo de conocimiento sobre el operativo parapolicial diseñado para espiar a Luis Bárcenas e incluso en alguna ocasión hasta ha puesto en duda que llegara a existir, se ha dedicado a atacar al extesorero cuestionando su credibilidad, ha defendido a su partido, del que fue la número dos durante diez años, y sólo ha admitido lo que no puede ocultar porque hay grabaciones que lo corroboran, y es que conocía al comisario jubilado José Manuel Villarejo.

La intención de Cospedal era ejercer de muro de contención entre la operación Kitchen y el PP. Entre un operativo ilegal financiado por fondos reservados y el partido, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y ella misma. "No tiene nada que ver con el PP", ha dicho, según han informado a infoLibre distintas fuentes presentes en el interrogatorio. En todo caso, la exdirigente conservadora ha enmarcado la trama que se investiga en "labores policiales" y en ese ámbito cree que es donde hay que preguntar. Es más, ha llegado a afirmar que el PP no tenía ningún interés en lo que pudiera haberse llevado Bárcenas del partido tras ser despedido y cree que grabaciones que el extesorero dice haber tenido sobre Rajoy son "mentira".

Y cada vez que podía, sin ser interrumpida por el juez en ningún momento a pesar de que no tenía que ver con el procedimiento, Cospedal volvía a cuestionar la instrucción del caso Gürtel, la existencia de la caja b del PP a pesar de que ya hay dos sentencias judiciales que la dan por probada –incluido el Tribunal Supremo– caso Gürtely se apresuraba a repetir la estrategia que ya mantuvo el partido hace pocos meses en el juicio por la reforma de la sede de Génova: que en todo caso los papeles de Bárcenas sobre la contabilidad opaca y los sobresueldos en negro son del tesorero, nunca del PP. No en vano, el abogado de Cospedal, Jesús Santos, es el mismo que defendió a la formación conservadora en esa vista oral, en la que está acusada como responsable civil subsidiario.

Cospedal se ha mostrado contundente, se notaba que se había preparado bien esta declaración, dicen distintas fuentes consultadas, y no ha titubeado en ningún momento. Pero de Kitchen, más bien poco, o nada. Según las fuentes consultadas, en las preguntas más concretas que le han dirigido el juez o los fiscales anticorrupción –no ha querido contestar a acusaciones y defensas de otros imputados– sobre la operación, la ex secretaria general las despachaba asegurando que nunca supo nada e incluso ha llegado a mencionar que esta trama es otra "mentira" de Bárcenas. El PP, ha remarcado, es un partido de gente "honrada".

Es la versión de Cospedal, pero esta semana siguen los interrogatorios en la línea de investigación que acaba de abrir el juez Manuel García Castellón: la posible implicación del PP en la trama de espionaje. La Fiscalía Anticorrupción lo tiene claro desde septiembre del año pasado, cuando ya apuntó cuáles podían ser las dos patas de la operación Kitchen, el Ministerio del Interior y el partido conservador, pero entonces el magistrado decidió esperar y centrarse sólo en la primera. Ahora ha decidido apuntar al partido y la ronda de declaraciones continuará este miércoles con el marido de la ex secretaria general, el empresario Ignacio López del Hierro, y el exjefe de gabinete José Luis Ortiz, ambos supuestamente informados por Villarejo de los avances del operativo, según reflejan los cuadernos del comisario jubilado.

Rubalcaba, la excusa

Aunque los investigadores sitúan los inicios de la operación Kitchen en julio de 2013, el instructor se ha interesado por la relación Cospedal-Villarejo y qué alcance tenía, pues en el sumario consta la grabación de la conversación que ambos mantuvieron en 2009 en el despacho de la exdirigente del PP en la sede central del partido. Ella ha explicado que les presentó su marido y que vio motivos para reunirse con el expolicía por dos motivos fundamentalemente: porque López del Hierro le conocía hacía muchos años y le había contado que tenía mucha información y conocía a mucha gente, incluidos muchos periodistas y ella estaba preocupada por las filtracionesque estaban saliendo en prensa sobre el caso Gürtel; y porque temía que el partido estuviera siendo espiado después de oír al entonces ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba decir en el Congreso a un diputado del PP que escuchaba y veía todo.

Sobre esto último, ha confirmado que se reunieron varias veces en su despacho de la sede central del PP –adonde entraba directamente desde el garaje–, en una ocasión en una cafetería y ha concedido que alguna charla pudo ser por teléfono. La primera vez, les acompañó López del Hierro; las siguientes estuvieron solos. Ha afirmado que nunca encomendó ningún trabajo a Villarejo y que nunca le pagó nada. En todo caso, algún "gasto" por una razón de "cortesía". No ha especificado más y los fiscales, que eran los que le estaban interrogando en ese momento, no han repreguntado para aclarar a qué se refería, tal y como remarcan las fuentes consultadas por este periódico.

¿Y de qué hablaba con Villarejo? Cospedal ha reiterado en diferentes ocasiones que solían comentar la actualidad, en esos momentos sacudida por el escándalo de Gürtel, de lo que se publicaba en prensa, de los "ataques" que, según ha dicho, sufrían ella y su marido en los medios. La ex secretaria general dice que el comisario jubilado no le dio nunca ninguna información privilegiada, ninguna noticia que ella no hubiese leído antes en la prensa. En su opinión, el expolicía presumía de saber muchas cosas, pero en general todo ya había sido publicado previamente. Todos los encuentros eran a iniciativa de Villarejo, de quien cree que tenía interés en conocerla por el cargo que ella ostentaba en el PP.

Del devenir del caso Gürtel, Cospedal ha explicado que tenía conocimiento por los abogados del PP, no por Villarejo, ya que el partido estaba personado en la causa. Y esto es lo que transmitía a su "superior", esto es, el expresidente Mariano Rajoy. Pero cuando le han preguntado por las anotaciones de los cuadernos del comisario que siembran la duda sobre supuestas maniobras para torpedear el caso –"Aviso de problemas con el último informe de Morocho"– ha dicho que no sabe nada. Según ella, se acaba de enterar de quién es Manuel Morocho, el inspector de la Policía al mando de Gürtely, al mismo tiempo, ha insistido varias veces en dejar claras sus sospechas sobre su investigacíón, censurando que a partir de 2013 se centrara más en el PP y la caja b que en identificar el origen de la fortuna de Bárcenas en Suiza.

No se le ha preguntado a Cospedal cómo conoció al que era su comisario de confianza, Andrés Gómez Gordo, también imputado en la operación Kitchen por ser uno de los policías que captó al chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, como confidente. Ni por qué creó un puesto para él como jefe de seguridad en el Gobierno de Castilla-La Mancha. Sobre él, la ex secretaria general del PP ha dicho que despachaban muy poco y que Gómez Gordo se relacionaba más con su jefe de gabinete a pesar de los puestos de responsabilidad que había ejercido para ella, según las fuentes presentes en el interrogatorio. Del chófer tampoco ha dado ningún dato, afirma que no le conoce de nada.

Villarejo amenaza a Rajoy

Con todas sus respuestas, Cospedal ha hecho una clara defensa de su actuación como número dos del PP y ha tratado de acabar con las sospechas sobre que el espionaje a Bárcenas y las maniobras para hacer fracasar la investigación de Gürtel empezaron en el partido. Pero justo esta semana, el comisario jubilado Villarejo ha presentado un escrito en el juzgado avanzando la que será su declaración del próximo viernes: según recalca, le dieron dos teléfonos de contacto con Mariano Rajoy para que pudiera tener una "interlocución directa" con él y así evitar posible discrepancias entre lo que le llegaba a través de la cadena de mando y lo que él como agente de inteligencia transmitía. El expolicía subraya que esa línea directa con Rajoy era para evitar lo que ocurrió en la operación Cataluña, cuando surgió "más de una discrepancia" entre lo que él aportaba y lo que realmente le llegaba al presidente.

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Es la misma idea que ya adelantó Villarejo en su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso. Ahora dice que "una vez en libertad, ha podido localizar uno de los dos números de teléfono", que "es el 650XXX710 (se ha procedido a ocular esos tres dígitos), sin haber podido encontrar el segundo, que cree podría recordar si tuviera un total acceso y sin restricciones a sus diarios personales incautados".

Otros interlocutores que identifica son el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, además del ex director adjunto operativo (DAO) de la Policía Eugenio Pino –los tres imputados– y agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Como "interlocutores paralelos" cita a la Presidencia, a María Dolores de Cospedal y "colateralmente" a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría "por otros contactos".

"En Kitchen había interés del PP por lo que le concernía como partido del Gobierno, pero también razones de Estado, en función de localizar y en la medida de lo posible neutralizar lo que afectaba a sus más altas Instituciones", subraya Villarejo. Según su versión, fue el entonces director general de la Policía Ignacio Cosidó quien le comunicó que dejara todos los temas que estuviera haciendo "por un asunto muy urgente" y que el propio Rajoy tenía interés personal.

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