OpenLux
El dueño de Pikolin controla su negocio de centros comerciales desde una sociedad en Luxemburgo con activos por 150 millones
Alfonso Soláns Soláns es uno de los hombres más ricos de España, aunque tiene un perfil mediático bajo más allá de su Aragón natal. Debe su fortuna a la empresa de colchones Pikolin, fundada por su padre y que es la segunda más grande del sector en Europa, con una facturación anual de 400 millones de euros. El empresario también figura desde hace tres años en el Registro de Luxemburgo, como beneficiario único de dos sociedades con sede en dicho país: Iberluxco Sàrl y Luxembourg Investment Company 246 Sàrl.
Ambas compañías están relacionadas con una nueva actividad de negocio emprendida por Alfonso Soláns: la explotación de centros comerciales. Y, en concreto, con el complejo denominado La Torre Outlet, que se inauguró en octubre de 2020 en Zaragoza. Construido sobre los terrenos de la antigua fábrica de Pikolin, el proyecto despertó desde el inicio la oposición de entidades vecinales y sindicatos, que lograron incluso una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Aragón que lo paralizaba. Pero no fue suficiente. El Ayuntamiento de Zaragoza, con los votos de PP, Ciudadanos, Vox y PSOE, reformó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para adaptarlo a los deseos de Soláns. Este último acuerdo municipal también está recurrido en los tribunales.
infoLibre ha tenido acceso a la documentación sobre las sociedades de Alfonso Soláns en el marco de la investigación periodística denominada OpenLux, impulsada por el periódico francés Le Monde y por la organización internacional Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). infoLibre, socio colaborador en España de OpenLux, está publicando una serie de reportajes con las informaciones más relevantes descubiertas tras analizar la identidad de las 1.558 personas vinculadas con España que declaran ser beneficiarias de una o más sociedades en Luxemburgo [puedes leer aquí una explicación general sobre OpenLux y aquí tienes el dossier con las entregas anteriores de la serie].
Una “exigencia” del fondo de inversión
La estructura societaria montada para controlar desde Luxemburgo el negocio de los centros comerciales se hizo en tres fases, entre junio y noviembre de 2018.
Alfonso Soláns agrupaba hasta entonces todas sus inversiones inmobiliarias en el grupo Iberebro. En junio de 2018 constituyó una filial en España, Kiros Iberia SLU, a la que en septiembre de aquel año se le traspasó “la actividad de desarrollo, promoción y explotación de centros comerciales”, entre los que se incluía La Torre Outlet, que hasta entonces formaba parte del patrimonio de Iberebro SAU. El objetivo era “permitir la gestión diferenciada que requiere esta actividad”.
También en septiembre de 2018, Iberebro SAU compró dos compañías que ya existían en el Gran Ducado: Iberluxco Sàrl y Luxembourg Investment Company 246 Sàrl.
Por último, el 14 de noviembre de 2018, todas las acciones de Kiros Iberia SLU se aportaron para suscribir una ampliación de capital de 150 millones de euros en Luxembourg Investment Company 246 Sàrl. Y, ese mismo día, todas las acciones de esta última firma se aportaron para suscribir una ampliación de capital de 150 millones en Iberluxco Sàrl.
En definitiva, después de todas esas operaciones mercantiles, Iberebro SAU es propietaria directa del 100% del capital de Iberluxco Sàrl, dueña por su parte de la totalidad de las acciones de Luxembourg Investment Company 246 Sàrl, a su vez tenedora del 100% de las participaciones de Kiros Iberia SLU.
A preguntas de infoLibre, un portavoz oficial de Alfonso Soláns explicó que la creación de la estructura societaria montada en Luxemburgo fue una “exigencia” del fondo de inversión que aportó parte del dinero para La Torre Outlet: “La estructura doble luxco es el paquete estándar que los fondos de inversión utilizan para financiar proyectos. Una Sàrl garantiza el préstamo y la otra tiene como garantía las acciones de Kiros Iberia. Esta es una exigencia normal por parte de los financiadores, ya que en caso de ejecución la ley luxemburguesa es más rápida que la española”.
En las últimas cuentas presentadas por Iberebro SAU en el Registro Mercantil se indica, efectivamente, que esta sociedad “actúa como garante de la financiación que un fondo de inversión le tiene concedida a una empresa del grupo, mediante la prenda de sus participaciones en Iberluxco Sarl, la garantía personal de todas las obligaciones de dicha empresa con el fondo financiador y la subordinación de todos los derechos de crédito de Iberebro SAU frente a dicha empresa, al pago de cualquier derecho de crédito del fondo frente a la misma. El límite global de la financiación concedida garantizada es de 60 millones de euros y el saldo dispuesto al cierre de 2019 por la empresa del grupo asciende a 46.304.789 euros”.
El portavoz de Soláns se negó a aclarar quién era el fondo de inversión que le había concedido los 60 millones para el proyecto de La Torre Outlet, alegando que estaba sometido a “una obligación de confidencialidad”, no sólo sobre los términos de la operación sino incluso sobre el nombre del fondo. En cambio, sí indicó que se trata de “una mera operación de financiación y no hay participación accionarial” por parte del fondo. La empresa del grupo que recibe la financiación es Kiros Iberia.
Por último, el portavoz del empresario aragonés insistió en que la estructura societaria creada en Luxemburgo no obedece a una motivación fiscal: “No son inversiones, son estructuras requeridas por los fondos para financiar operaciones, es una práctica estándar en la industria de fondos sin ningún tipo de ventaja fiscal para el residente en España, incluso es penalizadora”.
En las cuentas correspondientes a 2020, tanto Iberluxco Sàrl como Luxembourg Investment Company 246 Sàrl declaran en su activo 150 millones de euros en la partida de inversiones financieras, pero se trata de la misma cantidad ya que la primera es accionista única de la segunda, a su vez dueña de la firma española [Kiros Iberia] propietaria del complejo comercial en Zaragoza.
Alfonso Soláns en un acto celebrado en el centro comercial La Torre Outlet, días antes de su apertura en octubre de 2020 | Foto: La Torre Outlet.
URBANISMO "A LA CARTA"
El centro comercial La Torre Outlet se inauguró el 22 de octubre de 2020, tras sufrir varios retrasos. Los datos oficiales hablan de una inversión de 100 millones de euros y un total de 61.500 metros cuadrados de superficie comercial, donde se concentran 60 marcas de moda, cinco operadores de ocio y un área de restauración. Sus objetivos no se puede tildar precisamente de modestos, si atendemos a las palabras del propio Alfonso Soláns en una entrevista con motivo de la apertura del complejo: “Es uno de los días más emocionantes para mí y mi familia. Ver cómo estos terrenos en los que se ubicaba la antigua fábrica de Pikolin se han convertido en un complejo comercial como La Torre Outlet, con una propuesta de valor novedosa e innovadora, que aspira a situar Zaragoza como ciudad de compras para el norte de España y el sur de Francia”.
El proyecto había sido presentando en 2015 –entonces bajo el nombre de Torre Village– y desde el principio contó con la oposición de un grupo de organizaciones políticas, sindicales, vecinales y comerciales. El 24 de octubre de 2016, el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó un plan especial urbanístico que autorizaba un uso prioritariamente comercial en unos terrenos que hasta entonces tenían uso industrial. Votaron a favor PSOE, PP y Ciudadanos, mientras que se opusieron Zaragoza en Común y la Chunta Aragonesista.
Las entidades que rechazan el macrocentro comercial acudieron al TSJ de Aragón, que en febrero de 2019 les dio la razón: el proyecto era ilegal. El tribunal determinó algo que en realidad ya debían saber los concejales que votaron a favor de los intereses de Soláns: un plan especial no puede ir en contra de lo que dicta una norma superior como el PGOU. Así lo establece el principio de jerarquía normativa, algo básico en Derecho.
La empresa de Soláns promotora del proyecto –Iberebro– presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que retiró en septiembre de 2020, antes de que se dictara sentencia y pocas semanas antes de que el centro se abriese al público. Y es que para entonces ya había surtido efecto otra maniobra: en septiembre de 2019, una de las primeras medidas que adoptó la corporación salida de las últimas elecciones municipales fue iniciar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para regularizar el centro comercial de Pikolin. Votaron de nuevo a favor PSOE, PP y Ciudadanos, además de Vox, que cuenta ahora con representación en el Ayuntamiento. En contra estuvieron Zaragoza en Común y Podemos.
Las entidades que llevan cinco años luchando contra el proyecto denunciaron lo que entienden que es una “legalización a la carta” y presentaron un nuevo recurso contencioso ante los tribunales, esta vez contra la modificación del PGOU, que aún está pendiente de resolver.
¿Y cuánto le costó a Alfonso Soláns la recalificación recalificaciónde los terrenos? Pues 3,27 millones, que es la cantidad abonada al Ayuntamiento de Zaragoza a cambio del “aprovechamiento del área urbanística” donde se asienta el centro comercial.
Alfonso Soláns Soláns se ha salido con la suya. Con un patrimonio estimado de 475 millones de euros, según el ranking de los españoles más ricos que elabora El Mundo y que lo situaba este año en el puesto 105, ni siquiera una sentencia del TSJ de Aragón ha sido suficiente para tumbar su macrocentro comercial. Un proyecto que controla desde Luxemburgo.