Caso ERE
La exigua actividad parlamentaria del imputado Chaves
El socialista José Antonio Griñán ya no tiene asiento en el Senado. Ni el escudo legal del aforamiento para afrontar su imputación en el caso de los ERE. Detrás, tras sus casi dos años de paso discreto por el Senado, deja más de 1.300 preguntas dirigidas al Gobierno. Pero en su escaño sigue por el momento el otro expresidente de la Junta de Andalucía implicado, Manuel Chaves. Y sin fecha aún de fin de destino. Pero por ahora su ficha como parlamentario no está ni mucho tan cargada como la de su compañero de filas. Apenas seis iniciativas en toda la legislatura y 19 intervenciones en comisión, nunca en pleno.
El que fuera jefe del Ejecutivo andaluz durante 19 años (1990-2009) regresó al Congreso como diputado del PSOE por Cádiz tras las generales de 2011, una casa que había ocupado al comienzo de la Transición y en los primeros años de los Gobiernos de Felipe González (1979-1990). Su grupo le nombró vocal de las comisiones de Asuntos Exteriores y Defensa y presidente de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo. Áreas de trabajo que explican parte de sus iniciativas en estos años.
Chaves registró tres preguntas al Ministerio de Defensa con respuesta escrita el 30 de enero de 2012. Sobre la fecha prevista para firmar la orden de ejecución de la segunda fase de los Buques de Acción Marítima, las previsiones sobre la modificación de este programa y los planes del departamento de Pedro Morenés sobre estas nuevas naves. Iniciativas suscritas al alimón con Mamen Sánchez, también diputada por Cádiz y, desde el pasado sábado, alcaldesa de Jerez.
Unos días después, pidió a Defensa el documento donde se recogía la solicitud formal del Gobierno de EEUU de prorrogar su presencia en la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla) y ampliar el número de efectivos. En marzo de 2012 presentó otra pregunta (igualmente en solitario) sobre el futuro de la hacienda la Almoraima de su circunscripción y, en junio de 2013, y de nuevo con Sánchez, inquirió sobre la extinción de la empresa La Almoraima. No hay más iniciativas en la ficha que recoge toda su actividad en el Congreso. Ninguna de 2014 y ninguna en lo que va de 2015.
La última vez que tomó la palabra, el pasado octubre
Las intervenciones orales del expresidente han sido algo más numerosas. Según el registro de la Cámara baja, tomó la palabra en 19 debates distintos. Siempre en comisión, nunca en pleno. En cinco, se trataba de la comparecencia del ministro de Defensa por diferentes asuntos (la base de Morón, el proceso de transformación de las Fuerzas Armadas, el apoyo a los intérpretes y traductores de las tropas en la misión ISAF en Afganistán, la Política Común de Seguridad y Defensa en Europa o el régimen disciplinario del Ejército).
Intervino en otras tres ocasiones con motivo de la presencia en el Congreso del embajador de España en Egipto y del secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Y en otras 11 ocasiones habló durante la discusión de proposiciones no de ley. Su última intervención, en octubre de 2014. Ahí acaba todo su historial parlamentario de esta X Legislatura, por la que ha cobrado 84.966,56 euros brutos al año. En la anterior no fue diputado. Sí ocupó el cargo de vicepresidente de Política Territorial (2009-2011).
El pasado 17 de febrero, Chaves fue citado por el instructor del caso de los ERE, Alberto Jorge Barreiro, para declarar como imputado en el Supremo. Y con él, su sucesor en la Junta, Griñán, y los exconsejeros José Antonio Viera y Gaspar Zarrías –diputados en el Congreso– y Mar Moreno –senadora–. Todos desfilaron por el Alto Tribunal en abril, pero el magistrado aún no ha tomado una decisión sobre ellos. En el caso de Griñán, al dejar ya su escaño, lo previsible es que la Sala de lo Penal del TS se dirija a la Cámara alta para que le certifique su baja y así poder remitir sus actuaciones al juzgado que inició las pesquisas, el 6 de Sevilla, que hasta ahora dirigía Mercedes Alaya pero del que justo desde este martes será titular la jueza María Núñez Bolaños.
Hasta ahora, Griñán ha ido por delante de su antecesor en la asunción de responsabilidades políticas. Ya adelantó en abril, al poco de declarar en el Supremo, que había tomado la decisión de no repetir como senador autonómico, y se marcharía en cuanto Susana Díaz fuera investida como presidenta de la Junta. Chaves habló después, pero no marcó un horizonte de su salida de la política tan próxima. En una entrevista en la cadena Ser, hace casi dos meses, confirmó que no pretendía repetir como diputado y no concurriría en ninguna lista para las generales. Pero advirtió de que había tomado su decisión no por presiones ni del PSOE ni por estar implicado en el caso ERE. "La decisión es absolutamente personal. Ya soy un poquito mayor [en julio cumplirá 70 años], llevo muchos años en política. Tengo familia y quiero dedicarme a ella", argumentaba.
Asunto crucial en las negociaciones
La dimisión de Chaves y Griñán ha sido clave en las negociaciones para la investidura de Díaz. En cuanto ambos anunciaron su marcha (en diferido), Podemos y Ciudadanos, que habían puesto su marcha como condición para seguir dialogando, se dieron por satisfechos. En principio. Porque Albert Rivera pidió después que se fijase "fecha y hora" a la renuncia de Chaves. Algo a lo que la presidenta no estaba dispuesta a ceder. Los socialistas han venido manteniendo que sólo reclamarían su escaño a los imputados en caso de que se les acusase de un delito. Hasta el momento, habían sido llamados a declarar como imputados, sin más precisiones.
La semana pasada, tras las elecciones del 24-M, C's suavizó su postura para facilitar la investidura. La salida de los expresidentes ni aparecía en el documento firmado por el PSOE y la formación naranja. Para Rivera no era una cesión, porque interpretaba que Díaz había "firmado" que Chaves debía dimitir si finalmente era imputado por el Supremo. "Si se archiva [la causa] no habrá problema, pero si hay imputación y procesan a los expresidentes de la Junta, deberán abandonar su cargo", avisó el líder de C's la semana desde Barcelona.
El jueves Díaz recibió la confianza del Parlamento andaluz por mayoría absoluta, gracias a los 47 votos de su grupo y los 9 de C's. Este domingo, tomó posesión de su cargo en la Cámara, en un acto al que acudieron unas 400 personas, pero al que faltaron Chaves y su gran padrino, Griñán. Y ayer lunes se conoció que este había presentado su renuncia como senador, escaño que ocupaba desde el 24 de septiembre de 2013.
Cartas a la presidenta
El expresidente de la Junta y del PSOE había ofrecido dos veces por carta su dimisión a Díaz. La primera, el pasado 10 de abril, al día siguiente de pasar por el Supremo. "A pesar de tus deseos, quiero pedirte que no me renovéis en el cargo como senador", reclamaba Griñán. "No sabes el dolor que siento de verme en este trance, 45 años de servicio presidido por la honestidad pública y el servicio al interés general", confesaba en la misiva, en la que subrayaba que su "ego" no podía estar por encima de la "necesidad colectiva", informa Europa Press. Dos semanas después, se hacía pública su voluntad de abandonar la política.
La semana pasada, justo antes de que se cerrase el pacto con C's, Griñán reiteró a Díaz su disposición "absoluta e incondicionada" a renunciar a su escaño en el momento en que la presidenta juzgase "conveniente". "Y aun antes de que se produzca la elección de senador por la comunidad autónoma en la actual legislatura". Eso es lo que finalmente ha ocurrido. El exjefe del Ejecutivo autonómico comunicó su salida menos a las 24 horas de la toma de posesión de Díaz. Chaves aún no ha movido ficha.
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Griñán, de 69 años, ha sido vicepresidente segundo de la Comisión General de las Comunidades Autónomas y, antes, viceportavoz socialista de la misma, cargos que repitió en la Comisión de Empleo y Seguridad Social. Presentó 1.313 preguntas en estos dos años al Gobierno sobre asuntos relativos a Andalucía. Sólo intervino una vez en estos casi dos años, en la Comisión de Empleo. Fue durante el debate sobre la Ley de Sostenibilidad de las Pensiones. Por su trabajo en el Senado ha venido percibiendo un total de 5.682,76 euros brutos al mes (por 14 mensualidades), es decir, 79.558 euros al año.
Podemos y Ciudadanos se congratularon de la salida de Griñán. Para Teresa Rodríguez, líder andaluza del partido morado, su dimisión demuestra que "la corrupción y las políticas sociales ya no salen gratis por la presión popular". Y para Juan Marín, presidente del grupo parlamentario de la formación de Albert Rivera, la decisión es "acertada", un "primer gesto que corrobora que la línea es cumplir los acuerdos para la investidura".
Telegráficos fueron los socialistas. Susana Díaz mostró su "respeto" por la "decisión personal" de Griñán. Misma valoración que llegó desde Ferraz, en boca de César Luena, el secretario de Organización de la ejecutiva de Pedro Sánchez.