La futura gran coalición en Alemania permite a Europa mantener su apoyo a Kiev

El presidente de Letonia, Edgars Rinkevics; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb; el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda; el presidente españo, Pedro Sánchez y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, este lunes en Kiev.

Europa respira tranquila tras las elecciones de Alemania. En el tercer aniversario de la invasión rusa contra Ucrania, la victoria de la CDU y la más que probable formación de una gran coalición junto a los derrotados socialdemócratas, como en los mejores tiempos de Angela Merkel, garantiza la estabilidad deseada en Bruselas y por el establishment comunitario. Una tranquilidad que se respiró en la capital comunitaria durante la reunión de los ministros de Exteriores europeos, que aprobaron nuevas sanciones a Rusia, con el presidente francés Emmanuel Macron volando a Washington y los jefes de la Comisión y el Consejo en Kiev.

“Europa está esperando por nosotros, por Alemania, a que asumamos de nuevo el papel de un fuerte liderazgo”, aseguro el ganador Friedrich Merz. Y también espera confiada Ucrania, al saber que la primera potencia de la UE mantiene el compromiso de la Unión con un Kiev flanqueado por Rusia y Estados Unidos.

Con la seguridad de que no llegarán al poder los ultras alemanes de la AfD, tan queridos por el multimillonario asesor de Trump, Elon Musk, la Alta Representante Exterior de la UE, Kaja Kallas viajará a Washington para discutir “cuestiones de mutuo interés”. La política estonia cita “lo que está en juego en Ucrania, siendo muy claro de que un acuerdo [de paz] sin nosotros y sin Ucrania no va a funcionar”. Europa no ceja en su presión diplomática y política a la Administración Trump, ahora con el as en la manga de que Alemania no ha caído del lado populista y ultra.

Las elecciones alemanas refuerzan la ofensiva diplomática europea

Tras su victoria, el cristiano demócrata Merz ha aclarado que “será una absoluta prioridad fortalecer Europa lo antes posible, para que paso a paso podamos alcanzar de verdad una independencia frente a los Estados Unidos”. Estas palabras son miel para los oídos de la Comisión Von der Leyen y la clase política de la UE. Merz, un profundo atlantista, ha dado un giro para reconocer que “los americanos, al menos esta administración, son totalmente indiferentes al destino de Europa”. Para la clase dirigente de Bruselas este destino pasa irremediablemente porque Ucrania no pierda la guerra frente a Rusia, o que al menos sea una derrota parcial de la que Vladimir Putin salga debilitado.

“La mayor garantía de seguridad con Ucrania es su pertenencia a la OTAN, el camino irreversible que hemos acordado. Y si no es en una primera fase, entonces los países deberán responder con las garantías de sus acuerdos bilaterales”, aseguró Kallas en Bruselas durante la reunión con los ministros europeos de Exteriores.

Alemania firmó hace un año un acuerdo de seguridad a largo plazo con Kiev de una duración de una década que obligaría al futuro gobierno de Merz a “ofrecer apoyo incondicional de Ucrania mientras haga falta para ayudarla a defenderse, recuperar su integridad territorial dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas”, además de “ofrecer apoyo militar a largo plazo para la seguridad de Ucrania y de sus fuerzas armadas”.

Si, como parece, Alemania recupera la gran coalición liderado por la CDU y con el SPD como segunda pata, ese gobierno seguirá “promoviendo las compras conjuntas de armamento” para Ucrania junto al resto de socios europeos e internacionales. La jefa de la diplomacia europea tendrá esta seguridad cuando se reúna con Marco Rubio, el secretario de Estado de Donald Trump, justo después de que en Kiev hayan estado los líderes de España, Canadá, Dinamarca o Suecia y en Washington también el presidente francés, Emmanuel Macron, para verse en persona con Trump.

Europa respira con la victoria de la CDU

A la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, los resultados provisionales de su país le cogió poco menos que cerrando la maleta antes de partir para la capital ucrania y evitó pronunciarse públicamente sobre el escenario que dejaron las urnas en Alemania. Sí lo hizo su homólogo en el Consejo Europeo, Antonio Costa, quien envió prontas felicitaciones a Friedrich Merz. 

El portugués ha convocado una Cumbre de urgencia para el 6 de marzo, cita a la que no acudirá Merz, y posiblemente tampoco haya formado gobierno unas semanas después, cuando a finales de ese mes se celebre la Cumbre ordinaria ya prevista entre los 27. Ambas citas servirán para concretar aún más la posición común europea, de ellas saldrá un nuevo fondo con miles de millones de euros en nueva ayuda militar a Ucrania, según confirman fuentes diplomáticas, y en la segunda el líder de la CDU ya podría dejar su impronta no personalmente pero sí en las posiciones que transmita el todavía canciller Olaf Scholz. Costa espera “trabajar estrechamente con él para hacer de Europa más fuerte, más próspera y más autónoma”.

En Bruselas convencen las palabras del ganador de las elecciones sobre su compromiso europeísta y, especialmente, la voluntad de potenciar el proyecto común de una manera independiente y no subordinada a los Estados Unidos. No es la única capital feliz con el triunfo. El presidente francés Emmanuel Macron descolgó el teléfono para llamarle y mantener una breve charla durante la cual manifestó su satisfacción porque el eje franco-alemán, motor de la UE, vuelva a funcionar a pleno rendimiento en favor de “una Europa fuerte y soberana en este periodo de incertidumbre”.

La Unión Europea calibra su próximo paso en Ucrania

El propio Friedrich Merz confirmó los buenos augurios asegurando que “había tenido una larga conversación con Emmanuel Macron” y que ambos “están plenamente alineados en cómo proceder ante la Administración Trump”. Lo hizo con el francés volando hacia Washington para verse en la Casa Blanca con el presidente estadounidense.

Con estas premisas, en Bruselas no temen ahora que el periodo transitorio alemán afecte, por ejemplo, a la ayuda militar a Ucrania, garantizada tanto por el actual gobierno como por el futuro. Además, la CDU acaba de manifestar que las negociaciones para formar una gran coalición empezarán en breve con el objetivo de que para Semana Santa, en abril, el ejecutivo Merz se someta a investidura. El actual ministro de Defensa socialdemócrata podría jugar un papel de liderazgo en esa conversaciones y, posiblemente, con su presencia en la cartera, ofreciendo una continuidad política.

Los próximos meses se antojan claves para el futuro de la UE. Dos Cumbres europeas seguidas en pocas semanas, un nuevo empuje político desde Berlín, la trascendental Cumbre de la OTAN en junio donde los aliados europeos se verán las caras por primera vez con Donald Trump en la ciudad neerlandesa de La Haya y, de momento, con la extrema derecha fuera del poder en Alemania.

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