VENEZUELA

Maduro se queda sin aliados en la izquierda española

Ernest Urtasun ofrece una rueda de prensa tras la Ejecutiva de la coalición.

Edmundo González, el candidato opositor en las pasadas elecciones de Venezuela, está ya en España, donde se le va a conceder el asilo por parte del Gobierno. La política del país latinoamericano vuelve a estar en primera línea también de la actualidad nacional, donde se posicionan todos los partidos políticos. Un arma arrojadiza en las sedes de las formaciones y en las Cortes.

Las izquierdas españolas, que durante años han estado en la órbita de Nicolás Maduro, han evolucionado en su posición después de las elecciones de este verano. En un primer momento, tanto Podemos como Sumar e IU pidieron reconocer el resultado hecho público por las autoridades de Caracas, pero a los pocos días viraron reclamando la publicación de las actas y “transparencia”. Las direcciones de esas formaciones se mantienen en esa posición sin respaldar los resultados que reivindicó el oficialismo.

En este cambio fue determinante que el Centro Carter, un referente en el seguimiento de elecciones, concluyera que los comicios carecían de integridad electoral suficiente e incumplían los estándares internacionales. Por ello, se estableció que no podían considerarse “democráticas”. Asimismo, gobiernos progresistas latinoamericanos con mucho ascendente entre los partidos españoles de izquierdas cuestionaron de manera rápida el resultado en Venezuela, como fue el caso de los Ejecutivos de Gabriel Boric (Chile), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia).

La petición de las actas

Después de las elecciones, fue la propia vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la que mandó el mensaje de que “hay que reconocer los resultados electorales en Venezuela”, aunque reclamaba “transparencia” para disipar cualquier duda. Enrique Santiago, de Izquierda Unida y muy cercano a la ministra de Trabajó, indicó que el sistema electoral de este país tenía 16 sistemas de control y manifestó que “supeditar” el resultado a la presentación de todas las actas suponía “asumir el discurso de la oposición de ultraderecha”. Izquierda Unida como partido también lanzó un mensaje pidiendo a la oposición reconocer las supuestas cifras en las urnas: “La democracia se respeta”. Podemos, el día después de los comicios, asimismo llamó al “respeto a los resultados electorales”, poniendo en valor que había habido más de mil observadores.

Pero a los pocos días llegaría el cambio a principios de agosto, que se ha mantenido y que pasa por no reconocer esos resultados y pedir transparencia y la publicación de las actas. Ahora mismo Sumar defiende que es “imprescindible” encontrar una “salida política consensuada entre el Gobierno y la oposición” en Venezuela. “No podemos reconocer un proceso no validado internacionalmente y que no se hayan publicado las actas”, indicó este mismo lunes el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que es diplomático de profesión.

Su posición es que la comunidad internacional presione para que se llegue a ese acuerdo, por lo que su apoyo es máximo a los esfuerzos que están haciendo en ese sentido países como Brasil y Colombia, con el fin de que se “evite la violencia y se respeten los derechos humanos”. La actitud de Sumar contempla, no obstante, que no se reconozca como presidente a Edmundo González, algo que pide el Partido Popular. En su opinión, no se puede repetir el “fracaso” que se cometió con esa vía con Juan Guaidó (el Gobierno de Pedro Sánchez lo reconoció a principios de 2019 como “presidente encargado de Venezuela”). En todo momento desde Sumar se subraya que la decisión de la llegada de González la ha llevado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, que está en manos del ala socialista a través de José Manuel Albares.

Podemos también evolucionó respecto a su posición inicial y pasó del reconocimiento de las actas a la petición de transparencia. Ya el 31 de julio el secretario de Organización, Pablo Fernández, pidió que se publicaran todas las actas, aunque denunció que la derecha venezolana tenía un discurso “abiertamente golpista”. “Que se haga con toda transparencia”, subrayó. La exministra de Igualdad Irene Montero se sumó a esa petición en agosto:  "Es lo que están pidiendo los principales países del mundo, que podamos ver esas actas, para, una vez vistas, poder respetar la voluntad soberana del pueblo venezolano, que es quien tiene que decidir su Gobierno".

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Los morados subieron el tono este lunes contra el Gobierno por la decisión respecto a Edmundo González, criticando que el Ejecutivo de coalición se había dado "mucha prisa" para transportar en un avión de las Fuerzas Armadas "a un líder ultraderechista y darle asilo aunque sea aliado de PP y Vox" mientras deporta a un activista saharaui "perseguido por Marruecos". María Teresa Pérez, coportavoz del partido, puso en el foco la “hipocresía” de un Gobierno “supuestamente progresista”. Y lamentó que se lleve casi un año apoyando al “Estado genocida” de Israel: “¿Por qué no se utiliza ese avión para traer a niños y niñas de Palestina?”. Quien sí está mostrando un apoyo público directo a Maduro es Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, quien se trasladó otra vez el pasado fin de semana a Caracas para participar en el podcast del dirigente venezolano. Pero desde la formación morada se recuerda que no es miembro de la dirección y que hace estos traslados de forma autónoma.

Las diferencias entre Maíllo y el PCE

Antonio Maíllo, nuevo líder de Izquierda Unida, también matizó la postura después de que en un primer momento se pidiera a la oposición acatar el supuesto resultado. El coordinador federal se mostró en X a favor de la propuesta lanzada por el colombiano Petro: “Un buen camino sin duda”. Este lunes también se pronunció en rueda de prensa respecto a la petición de asilo de González, sobre lo que dijo: “Yo creo que todo lo que sea contribuir a ayudar a resolver la crisis política en Venezuela, siempre lo podemos considerar como algo positivo”. Pero también se posicionó en contra del reconocimiento del candidato: “El PP quiere que volvamos a hacer el ridículo. Ni siquiera la Unión Europea lo ha hecho porque no quiere repetir el ridículo de 2019 con Juan Guaidó, pues aquello no tuvo ningún tipo de soporte”.

En cambio, la postura del PCE es de cierre de filas con Maduro. En un comunicado hecho público durante el mes de agosto se trasladó: “El Partido Comunista de España y la Juventud Comunista enviamos nuestra máxima solidaridad con el reelegido Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro; así como a las juventudes organizadas contra el imperialismo, la J-PSUV y la JCV; y, sobre todo, al pueblo bolivariano”. “El PCE y la UJCE rechazamos los intentos injerencistas y golpistas por parte del imperialismo estadounidense, de la UE y de la extrema derecha venezolana y exigimos que se respeten los resultados emanados de las urnas este 28 de julio que han dado la victoria al Presidente Maduro y al Gran Polo Patriótico”.

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