LA DANA MÁS MORTÍFERA
Mazón no pisa el barro ni tampoco los medios: reduce al mínimo su agenda para sortear las críticas
Lunes, dos de diciembre de 2024, más de un mes después de la dana que acabó con la vida de 222 personas en la Comunitat Valenciana. En la agenda oficial del president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, constan dos reuniones. La primera, a las doce horas, con el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de la Comunitat Valenciana, Alberto Ara; la segunda, cinco horas más tarde, con el patronato de la Fundación Premios Rey Jaime I. En ambos casos la Generalitat solo ha permitido la cobertura a los "medios gráficos", es decir, con cámaras y no con periodistas que pregunten. Ese ha sido el 'modus operandi' de Mazón desde el inicio de la crisis: únicamente ha concedido entrevistas a cuentagotas a medios afines —ha rechazado dar la cara ante la radiotelevisión pública valenciana y la española—, no ha dado explicaciones sobre los ceses en el Consell y ha limitado al máximo sus visitas a las zonas afectadas por la dana.
El jefe del Consell no tuvo agenda el fin de semana y, al igual que sucedió el anterior, permaneció en Alicante —donde reside su familia— mientras las calles de la capital, València, se llenaban para volver a reclamar su dimisión con pancartas que recordaban su ausencia en las horas claves de la dana. Se trata de la segunda manifestación masiva —según cifras de Delegación del Gobierno, unas 100.000 personas—tras la del pasado 9 de noviembre. Pese a la protesta ciudadana Mazón sigue sin explicar dónde estaba mientras moría gente, por qué no pidió la ayuda del Ejército desde el primer momento o por qué forzó las destituciones de las conselleras Nuria Montes (Industria) y Salomé Pradas (Emergencias) si, como afirmó en su intervención ante Les Corts, todos los errores se debieron a un fallo global del "sistema" y de las agencias estatales como la Aemet o la Confederación Hidrográfica del Júcar que no "les avisaron" a tiempo.
Durante este tiempo Mazón no ha convocado ni una sola rueda de prensa al uso, sino que ha priorizado las declaraciones institucionales o los llamados 'canutazos', es decir, declaraciones a pie de micrófono donde el jefe del Consell responde a una o dos preguntas. Solo en los primeros días, cuando no se conocía su comida con la periodista Maribel Vilaplana, dio entrevistas a medios afines como la Cadena Cope, 13 TV y Antena 3. Ahora atiende, de manera esporádica, a alguna de las cuestiones que le plantean los medios a salida del Palau de la Generalitat pero en las que alude que tiene prisa para zafarse en cuanto puede. Lo cierto es que antes de la tragedia del pasado 29 de octubre Mazón no rehuía a los medios de comunicación como hace ahora, sino que se prestaba a contestar preguntas en muchos de sus actos. También presumía de ser un hombre cercano y utilizaba las redes sociales para acercarse al público más joven.
Mazón se parapeta en los miembros de su Consell para no dar explicaciones
La estrategia del dirigente alicantino es parapetarse en los miembros de su Consell, o directamente en el Boletín Oficial, para evitar tener que dar respuestas. Primero delegó ese trabajo en Rosa Touris, directora general de prevención de incendios forestales, encargada desde el inicio de las crisis de dar explicaciones tras las reuniones del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi). Los primeros días Mazón atendía, brevemente, a la prensa a su llegada pero finalmente acabó encargando ese trabajo a Touris. Luego designó a su vicepresidenta, Susana Camarero, como portavoz del Consell —apartando de ese cargo a Ruth Merino— a la que le corresponde dar las explicaciones tras las reuniones del Ejecutivo valenciano que a veces se contradicen con las del propio Mazón.
Mazón también le está tratando de dar protagonismo al teniente general Francisco José Gan Pampols, su fichaje 'estrella' a cargo de las labores de reconstrucción que este lunes compareció por primera vez después de la decisión de la Generalitat de eliminar el tope salarial para los nuevos miembros del Consell y aseguró que que desconoce lo que va a percibir de las arcas autonómicas. Asimismo la persona designada para dar la batalla mediática es Vicent Mompó, presidente de la diputación de Valencia, la 'cara amable' del PP que lleva dos semanas defendiendo la gestión de la Generalitat en entrevistas y tertulias de televisión.
Entre estos nombres hay una gran desaparecida: la alcaldesa de València, María José Catalá, que no ha coincidido con Mazón en ningún acto desde el inicio de la dana más allá de sus encuentros en Les Corts, donde es diputada. Catalá es la gran favorita de la dirección nacional del PP, encabezada por Alberto Núñez Feijóo, para sustituir al alicantino en el cargo, y ha evitado ser la cara de la dana con apariciones muy esporádicas en los medios. Ambos ni siquiera coincidieron en la maratón celebrada este domingo en Valencia, a la que la alcaldesa sí acudió pero el jefe del Consell no, pese a ser conocida su afición por el mundo "runner".
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Además de los medios, lo que tampoco pisa el president de la Generalitat es el barro de las localidades dañadas por la dana. Cuando lo intentó en solitario, en un breve paseo por la localidad de Torrent, fue abucheado por los vecinos. Lo mismo que le sucedió en su visita a Paiporta junto a los reyes y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tuvo que abandonar el lugar por los altercados y el lanzamiento de fango contra los representantes de las instituciones, el 3 de noviembre. Después de su visita a Chiva, de nuevo con los monarcas, el pasado 19 de noviembre, no ha visitado de manera pública ninguna población damnificada a excepción de su visita a Utiel el pasado domingo, donde eligió un puente dañado de un camino rural, alejado del núcleo urbano, para dar declaraciones.
En esa declaración el jefe del Consell aseguró que también ha estado en otras localidades como Algemesí, Guadassuar o Chera, pero la Generalitat no informó de esas visitas a los medios. Es más, el caso de Algemesí tampoco acudió al núcleo urbano sino que se presentó en un polígono industrial de la localidad. Tampoco visitó en Massanassa el domingo 24 de noviembre, donde falleció un operario mientras limpiaba un colegio que debía estar precintado, pese a que inicialmente iba a acudir a la localidad. Prefirió la comodidad del Palau de la Generalitat tras enterarse de lo ocurrido al igual que el conseller de Educación, José Antonio Rovira, que justificó su ausencia asegurando que "no hacían nada allí" y que tanto él como Mazón tenían derecho "derecho a estar unas horas" con su familia en Alicante.
La Generalitat también está cancelando actos públicos como el que iba a tener lugar este fin de semana por el día de la Constitución alegando que ahora mismo "toda la atención está centrada en las labores de gestión y reconstrucción tras la dana" o el traspaso de carteras en el Consell de la pasada semana, al que los periodistas no pudieron acceder. Mazón evita así cualquier acto público que implique presencia de la prensa o de la ciudadanía indignada con la gestión de la dana que aumentaría, todavía más, la presión para que dimita. El president de la Generalitat Valenciana está decidido a resistir pese a que muchos, tanto fuera como dentro de su propio partido, le dan por muerto políticamente.