La histórica escuela de ejecutivos del Opus también forma a la nueva élite liderada por Blackrock

Página web del IESE, escuela de negocios de la Universidad de Navarra, impulsada por el Opus Dei.

Quizás el apelativo más conocido para referirse al Opus Dei es La Obra, aceptado por la propia prelatura, que remite a su papel constructivo. Opus Dei, "obra de Dios". Pero hay otro menos benévolo, más mundano: Octopus Dei.

Lo rescata Mariano Sánchez Soler en Las sotanas del PP (Temas de hoy, 2002). Pero, ¿por qué Octopus Dei? Respuesta: por la capacidad del Opus de desplegar tentáculos y llegar a todas partes. A todas las partes que importan, se entiende: los gobiernos, las salas nobles de la judicatura, el alto funcionariado, las cátedras universitarias, los mandos del ejército...

Y la élite económica, por supuesto.

Ahora que hay un nuevo gallo en el corral, ahora que es la gestora de activos Blackrock la compañía de referencia en el IBEX, que ya ha completado una transición que algunos –como el investigador Pedro Ramiro– llaman incluso "recambio de élites", ¿qué escuela de formación sobresale en los currículos de los principales nombres del gigante estadounidense en España? En efecto: el IESE creada por José María Escrivá de Balaguer para dejar "huella en la sociedad", en palabras de Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei.

"Un hilo y otro hilo y muchos"

La conexión con el poder viene de la concepción misma del Opus. "Un hilo y otro y muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos enormes", dejó escrito el fundador Escrivá (Barbastro, Huesca, 1902; Roma, 1975). El hoy santo, entonces iluminado religioso con la vista en Roma, había fundado el Opus en 1928 con un particularísimo apostolado: santificación del trabajo, culto al líder, una ascesis que podía incluir la mortificación a través del cilicio... La disolución durante la República de la Compañía de Jesús, vista con suspicacia por los modernizadores del régimen tricolor por ser –se decía– un "Estado dentro del Estado", le había enseñado una lección a Escrivá, horrorizado por la persecución religiosa durante la Guerra Civil: el futuro estaba en hacerse a su vez omnipresente e indetectable. Una organización con vocación de permanencia tenía que ser al mismo tiempo ambiciosa y discreta. Colocar a los suyos en lo alto y coger de lo alto a los suyos. Nunca ha estado claro si es antes el huevo o la gallina.

Ese es el espíritu del Opus, que lleva un siglo materializándose. Lo ha hecho en todas las esferas de la vida española. Por supuesto, en la política. Al menos ocho ministros de Franco fueron del Opus, cuya influencia se extiende desde el tránsito al capitalismo "moderno" hasta el diseño de la monarquía y la reorganización de la justicia, todo ello con un sello tecnocrático que ha dejado impresa en la mentalidad popular esa idea según la cual la derecha es la gestora natural de la economía.

Tras un papel crucial en la Transición y su antesala, el Opus cedió poder político en democracia. Pero nunca del todo. Su etapa dorada democracia fue con La Moncloa ocupada por José María Aznar (tres apuntes: su abuelo, Manuel Aznar, fue amigo de Escrivá; sus hijos estudiaron en los colegios vallisoletanos del Opus de Peñalba y Pinoalbar; su hija se casó con Alejandro Agag, que venía del colegio de Retamar, del Opus). Ministros aznaristas como Isabel Tocino (1996-2000) y Federico Trillo (2000-2004) tienen acreditada relación con el Opus. Ha sido citado como próximo Romay Beccaría, también ministro (1996-2000) y dos veces presidente del Consejo de Estado. La canonización en 2002 de Escrivá, en pleno apogeo de Aznar, supuso todo un acontecimiento político, con el desplazamiento a Roma de los ministros Federico Trillo, José María Michavila y Ana Palacio. También acudieron el entonces presidente navarro, Miguel Sanz, Marta Ferrusola y Jorge Fernández Díaz, más tarde ministro con Mariano Rajoy y también del Opus.

Pero la presencia del Opus no se agota en la política. "Una tercera parte del colectivo judicial son miembros del Opus", afirmó en 2012 el juez Santiago Vidal. El Ejército es otro ámbito en el que se atribuye al Opus una especial influencia. Así lo ha explicado el oficial retirado Miguel López: “No te imaginas qué porcentaje de altos mandos son opusdeístas”. Un detalle: Trillo fue tanto ministro de Defensa como responsable de la estrategia judicial del PP. Un hombre del Opus para el ejército y los tribunales, dos terrenos clave en el poder.

El IESE, una máquina de forjar ejecutivos

Bien, ya está esbozada la conexión del Opus con el poder. Pero antes de todo eso, antes del ejército y de los tribunales, antes del consejo de ministros, está la formación. La forja. Y ahí se vuelca el Opus, un peso pesado de la educación a través de entidades vinculadas al Opus como Fomento de Centros de Enseñanza, Attendis, COAS y la Institució familiar d'Educació. Y todo eso antes de la universidad. En el terreno de la educación superior, el Opus promueve la Universidad de Navarra (UNAV) y dos centros asociados: la Clínica Universidad de Navarra y el ya citado Instituto de Estudios Superiores de la Empresa, el IESE. La UNAV, con más de siete décadas de historia, es hoy un transatlántico con estudios de Ecomómicas-Empresariales, Comunicación, Derecho, Medicina e Ingeniería, entre otros. Completan el mapa el ISSA School of Applied Management, el ISEM Fashion Business School y el IESE Business School, una auténtica máquina de fabricar altos ejecutivos.

Con campus en Madrid, Barcelona, Nueva York, Munich, São Paulo y programas en Valencia, Bilbao, Shanghai, Varsovia o Philadelphia, el IESE ofrece formación a directivos o aspirantes a directivos. La escuela de negocios opusina ha sido cuatro años seguidos la primera en la clasificación del Financial Times. Uno de sus puntos fuertes es el establecimiento de redes de contactos. No en vano, presume de una comunidad global de 50.000 exalumnos, a los que se les ofrece una "alumni network", que a su vez celebra la "global alumni reunion" alguna de cuyas ediciones ha incluido el patrocinio de empresas como Caixabank y cena en el Casino de Madrid.

Todos los años pasan por sus aulas –afirma la escuela– más de 4.000 empresarios y directivos. Han sido alumnos del IESE directivos con trayectorias en empresas como Google (Fuenciscla Clemares), HP (Helena Herrero), Acerinox, IBM (Marta Martínez), Repsol (Antonio Brufau), Abertis (Salvador Alemany), Caixabank (Isidre Fainé), Naturgy (Francisco Reynés)...

También han pasado por el IESE Francisco García Paramés, uno de los más afamados inversores de España; la exministra y presidenta de la Fundación Cotec Cristina Garmendia; el exalcalde de Barcelona y presidente del lobby inmobiliario Asval, Joan Clos; el expresidente de Navarra Miguel Sanz; o el aristócrata Luis Alfonso de Borbón.

Así que hablamos de una organización incrustada en el sistema español de alta empresa, que ofrece programas custom a clientes como Telefónica, BBVA, Enagás –los tres, por cierto, tienen a Blackrock como accionista líder–, Campofrío, BMW, Ericsson, Henkel, Nissan, Oracle, Pepsico, Roche Schneider Electric... Y otros muchos. Se trata de programas a medida de las megacompañías, con las que se cuida de tener una excelente relación.

El IESE y Blackrock (y no sólo Blackrock)

¿Qué hay del IESE y Blackrock? Aitor Jauregui, el que ha sido hasta marzo máximo responsable de la compañía en España antes de su ascenso de director en Latinoamérica, tiene en su currículo un executive MBA en la IESE Business School entre 2007 y 2009. También ha pasado por el IESE el máximo responsables de su unidad inmobiliaria, Adolfo Favieres (2000-2002) y por la Universidad de Navarra su número dos, Jesús Moler (2010-2014). Será interesante comprobar si la persona que sustituya a Jauregui también lleva sello de la Universidad de Navarra y el IESE.

Por las mismas salas, pero en su caso para un plan de desarrollo directivo entre 2019 y 2020, pasó Manuel Gutiérrez-Mellado, que fue responsable del negocio institucional e inversiones alternativas de Blackrock en España hasta que hace algo más de un año fue fichado por la compañía de asesoramiento financiero y gestión de activos Arcano Partners.

Blackrock no es el único caso llamativo de fuerte presencia del Opus en la formación de la nueva clase inversora vinculada a las megagestoras de fondos. Ahí está Amundi, otro de los grandes nombres propios en este campo. Tres de sus principales directivos en España han pasado por el IESE. Marta Martín, directora general de Amundi Iberia, lo hizo en 2010 y 2011; Víctor de la Morena, director de inversiones, en 2019 y 2020; y Raúl Fernández, director de distribución, en 2019.

Teología de la Prosperidad

El matrimonio entre fe y poder –o influencia– es histórico en el Opus. No es casual que la Universidad de Navarra apueste especialmente por la formación superior en las áreas decisivas para la modelación del país: derecho, economía, periodismo/comunicación. Aquí procede una aclaración: el paso por las aulas del IESE –o de la Universidad de Navarra–, sea como profesor o como alumno, no implica una relación con La Obra. Eso acortaría el alcance de esta institución. La relación del IESE con el Opus es innegable, pero también oblicua. Se trata de la escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra, la cual es una "iniciativa del Opus Dei" vinculada a su "principal objetivo". ¿Cuál? "Ayudar a hombres y mujeres comunes a encontrar la santidad en todos los ámbitos de la vida", según explica el propio IESE.

Así que, por un lado, no es forzosa –ni mayoritaria, probablemente– la adhesión opusina entre quienes pasan por el IESE; pero, por otro, el IESE no oculta que su voluntad es la misma que la del Opus Dei: influencia religiosa y tejido de red.

Los propósitos no son ideológicamente neutros. El Opus encarna la visión más capitalista e individualista –en el terreno económico– de la Iglesia. Sus ideas han sido relacionadas con la Teología de la Prosperidad, que –en el extremo opuesto a la Teología de la Liberación– pone el acento en la bendición divina de aquellos que conquistan la riqueza y el bienestar. La exnumeraria María Angustias Moreno expuso a Alfonso Torres, y este lo plasmó en su libro No los dejes caer en la tentación. Escándalos, dinero y guerras de poder en la Iglesia española (La Esfera de los Libros, 2004), detalles que acreditan el gusto de Escrivá por el lujo. Según la filosofía del cura de Barbastro –narra Moreno–, la riqueza "estaba vinculada a las necesidades del espíritu, de tal manera que podría hablarse de un 'capitalismo religioso' como instrumento de expansión, prestigio y poder".

Javier Ferrán y Esade

El Opus es una rama de la Iglesia emblemática por su búsqueda de conexión con la élite, especialmente económica. Pero no la única, ni la única relevante y con capacidad de penetración. La Iglesia española en su conjunto tiene esa vocación de proximidad con el mundo de los negocios, expresada en espacios como las fundaciones Madrid Vivo y Pablo VI –en este caso también empeñada en la formación de altos funcionarios–.

Diversas organizaciones católicas, no sólo el Opus, sostienen centros de formación de ejecutivos, que acaban siendo legión en el IBEX. Un dato, no complemente actualizado pero que da una buena pista: en 2018 La Marea publicó un análisis de los expedientes académicos de los consejeros de las empresas del selectivo bursátil. Pues bien, de los 433 analizados, 170 habían tenido relación en calidad de estudiantes, docentes o miembros de órganos de gobierno con una o varias universidades vinculadas a la Iglesia.

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¿Ejemplos? Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresa (Icade) de la Universidad Pontificia Comillas. Business School CEU, conectada con los Propagandistas Católicos. Y la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade), vinculada a la Compañía de Jesús.

Esade también juega la carta del networking y presume de contar con más de 60.000 antiguos alumnos. Uno de sus puntos fuertes es Esade Alumni, una red de redes profesionales a nivel internacional, que se relacionan entre ellos. Es lo mismo que ofrece el IESE, que junto a Esade conforma e binomio líder de las escuelas de negocio católicas.

Y si el IESE imprime su sello en nombres de Blackrock, el rey de los fondos, también lo hace Esade. ¿Cómo? Javier Ferrán, presidente de International Airlines Group y consejero de Blackrock, ha sido miembro del Consejo Asesor Internacional de Esade durante 14 años, de 2005 a 2019.

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