'Caso Moix'

El 'paraíso' del fiscal Moix sigue en venta: ahora con rebaja

M. M.

Los cuatro hermanos Moix han rebajado el precio de su chalé offshore en la urbanización Dominio de Fontenebro, en Collado Villaba (Madrid). Si hasta ahora la familia del ex fiscal Anticorrupción Manuel Moix pedía 570.000 euros por este inmueble de 645 metros cuadrados, ahora el precio es de 535.000 euros. Pese a que El Mundo informó de la venta del inmueble hace un mes, los Moix siguen siendo sus propietarios. Tal y como publicó infoLibre, el fiscal es dueño del 25% de la sociedad panameña Duchesse Financial Overseas, la sociedad propietaria del chalé. La revelación acabó con la dimisión de Manuel Moix, este sábado hace un mes, al frente de un organismo cuyas investigaciones terminan muchas veces perdidas en un paraíso fiscal.

La última oferta publicada por el portal inmobiliario idealista.com incluye nuevas imágenes del hasta hace poco impenetrable paraíso de los Moix. “Una casa exclusiva en un entorno idílico", reza el anuncio, que se extiende en las colosales proporciones de La Moira, que es como bautizó la familia la finca en alusión a la divinidad griega que tejía el destino de los mortales. “Es una propiedad que por su distribución con amplios espacios y grandes ventanales, sus magnificas vistas a la Sierra, diseño y comodidad hacen de ella una casa inigualable”, se recrea el portal inmobiliario.

 

La entrada a la casa de los Moix.

Pero, ¿vale realmente 535.000 euros la casa de los Moix? infoLibre preguntó en medios inmobiliarios y los Moix podrían todavía rebajar un poquito el precio para hacerlo realmente interesante. Se trata, sí, de una auténtica mansión pero la urbanización, que en los años 90 del pasado siglo era sinónimo de exclusividad, ahora ya no es lo que era. El precio de salida de la casa fue, hace dos años, de unos 700.000 euros, una cantidad desorbitada para un mercado que entonces comenzaba a coger peso tras la hambruna de la crisis del ladrillo. La urbanización cuenta con vigilancia las 24 horas, dispone de club social, una zona deportiva, piscina y hasta un colegio. Pero en el sector inmobiliario se rebaja esa exclusividad: abundan en este momento los se vende en una urbanización rodeada de promociones de lujo. 

Hasta el mes de mayo eran al menos dos las agencias que se encargaban de poner a la venta el entonces desconocido inmueble. A partir del mes de junio es otra, el gigante Gilmar, la que en exclusividad se ocupa de intentar colocar el preciado bien de los Moix.

 

Despacho de trabajo, una de las estancias del inmueble.

Pero ¿cómo es el refugio secreto de los Moix? El chalé tiene 645 metros cuadrados según sus vendedores [de acuerdo con el catastro son 457 metros], distribuidos en dos plantas y una bodega que incluye un pequeño garaje. Quienes han visto el complejo destacan las singularidades de la primera planta, abierta hacia el sur a un inmenso jardín a través de un gran ventanal. Dicen que la edificación tiene un aire propio del sur de EEUU, con columnas blancas en el porche. La joya de la corona es un espectacular salón de 75 metros cuadrados, en el que destaca una chimenea de mármol y el retrato al óleo del patriarca ya fallecido, Manuel Moix Martínez, inspector de Trabajo y profesor universitario. Un tipo peculiar si nos atenemos al sorprendente retrato, esta vez en papel, que ofreció su hijo el fiscal en una entrevista en El Mundo en plena gira mediática para salvar los muebles: "Yo lo descubro [que la casa estaba a nombre de una sociedad panameña] cuando fallece mi padre, a la hora de hacer números. Me dicen mis hermanas que está a nombre de una sociedad. '¿El qué?, pregunto. 'La casa, ya sabes cómo era tu padre', me dicen".

 

Piscina cubierta y climatizada en el jardín que rodea el chalé.

En esa planta está también la suite de los patriarcas, en un extremo, y la zona del servicio, al otro lado. También está el despacho de Manuel Moix padre, amueblado para la ocasión con un exclusivo diseño de aire aristocrático, tal y como se puede comprobar en las fotografías, y la correspondiente chimenea de mármol. Pero lo que llama la atención es hall y la espectacular escalera de acceso a la segunda planta. Todo un festival para los ojos.

La planta superior está ocupada por cuatro habitaciones, dos de ellas suite. Una espectacular terraza sirve como mirador a la Sierra. Es en esta planta donde dormían los cuatro hijos cuando iban a visitar a su padres. El inmueble dispone además de una bodega con barra de bar de unos 60 metros cuadrados.

La parcela que rodea el edificio es inmensa: 4.629 metros cuadrados salpicados de vegetación autóctona bien cuidada en los que sobresale una piscina cubierta acondicionada para agua salina. Hay una zona de columpios, un huerto, una barbacoa de obra, un pozo y una caseta, entro otros elementos. Y riego automático.

 

Vestíbulo con la escalinata.

Más sobre este tema
stats