Partido Popular

Ni debates ni congresos: el PP de Feijóo se entrega a la política sin identidad para no dividir al partido

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, clausura la reunión Intermunicipal que ha acogido Valladolid.

Alberto Núñez Feijóo asegura que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha creado "un nuevo partido" hecho a su "imagen y semejanza". Esa es la conclusión de líder del Partido Popular después de que los socialistas celebraran su Congreso Federal del pasado fin de semana en el que Sánchez fue elegido líder con el 90% de los votos —sin rival y sin debate alguno sobre su sucesión— y aprobaran blindar en la Constitución la revalorización de las pensiones, al igual que el matrimonio homosexual, la interrupción voluntaria del embarazo y la paridad de género en las instituciones, entre otras cuestiones. "El antiguo Partido Socialista Obrero Español ha sido enterrado en este congreso, se ha activado el acta de defunción y ahora ha surgido un nuevo partido donde se dice una cosa y su contraria, donde se aprueba una ponencia y en otra se dice lo contrario", criticó Feijóo este martes en una entrevista en Telecinco, en referencia a la decisión de utilizar el acrónimo LGTBI en el partido, sin 'Q+' y la de prohibir que una "persona de sexo masculino pueda participar en las categorías destinadas a mujeres".

La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso fue más allá el día anterior y definió al PSOE como partido "norcoreano" en el que todos idolatran al líder —"con tanto aplaudir han generado más energía eólica que todo Aragón", ironizó en una entrevista en Espejo Público— y sostuvo que Sánchez no acepta que nadie le lleva la contraria, pese a que son conocidos sus enfrentamientos con barones como Emiliano García Page: "Todo el que sea incómodo será dilapidado y acuchillado", dijo. "Se comportan como ciudadanos norcoreanos que creen que el líder es bueno porque no ven más allá del muro", zanjó.

Las declaraciones de ambos dirigentes sobre el congreso de los socialistas contrastan con el hecho de que el PP incumple sus estatutos al no celebrar el suyo. El último se celebró en febrero del año 2017 con Mariano Rajoy a la cabeza, que fue reelegido como presidente del partido, y el siguiente debería haberse realizado en 2021. Según manifestó el líder del PP hace unos meses su idea es convocar el congreso ordinario del partido en 2026, lo que implicaría que el partido pasaría casi una década sin actualizar su programa y sus bases ideológicas. Feijóo no quiere entrar en ese debate, según explican fuentes de la dirección del PP, porque eso "desviaría el foco" de atención sobre el Gobierno de Sánchez y sus "escándalos de corrupción" para situarlo sobre ellos mismos, pese a que hay voces como la de la portavoz adjunta en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que piden abiertamente que se celebre porque "hay temas ideológicos sobre los que debatir".

El sector duro del PP, con Ayuso a la cabeza, considera que la formación tiene que dar "la batalla de las ideas" como parte de la 'guerra cultural' frente a la izquierda, una advertencia que también lanzan de manera periódica los editoriales de medios conservadores. "El centroderecha no puede dejar que la izquierda colonice problemas y arreglar solo la economía", dijo tras ser elegida presidenta del PP de Madrid en mayo de 2022 como recado a un recién llegado Feijóo que aterrizó en Génova tras la celebración de un congreso extraordinario sin ponencia de ideas y que centró sus primeros meses de oposición en la economía.

"Derogar el sanchismo", la propuesta estrella del PP de Feijóo

Lo cierto es que en estos casi tres años al frente del PP Feijóo no ha revisado las propuestas de su antecesor, Pablo Casado, ni, aparentemente, tiene intención de hacerlo. Al menos no mediante el método acostumbrado en el PP, una convención política como la que Casado desarrolló durante un año y culminó con un mitin en la plaza de toros de Sevilla en octubre de 2021, apenas unos meses antes de su defenestración. Si algo define políticamente a Feijóo es la ambigüedad, algo a lo que ayuda el hecho de que, a la hora de tomar decisiones, su círculo es íntimo muy limitado. Apenas va más allá del núcleo de colaboradores que se trajo de Galicia y que le acompañaron durante años en la Presidencia de la Xunta. Por sus manos pasa casi todo, y la autonomía de los dirigentes más expuestos como Cuca Gamarra o Borja Sémper es limitada pese a estar en altos puestos de la dirección.

La trayectoria de Feijóo, que lleva 33 años en política, casi la mitad de ellos como presidente de la Xunta, se entiende mucho mejor si se tiene bien presente que es funcionario en excedencia del Cuerpo Superior de la Administración General de la Xunta. Feijóo construyó su figura política como un gestor desideologizado e incluso como un político moderado y de inclinaciones nacionalistas. Desde que llegó a Madrid, sin embargo, ha adoptado la misma estrategia que Casado de acoso y derribo contra el Gobierno y la idea principal en todas las campañas que ha celebrado el PP en los últimos años es la misma: "derogar el sanchismo". Es decir, "derogar todas aquellas leyes que están inspiradas en las minorías y que atentan contra las mayorías" en sus propias palabras.

Sin embargo, cuando se trata de ir al detalle de las políticas concretas que el PP de Feijóo aplicaría en caso de llegar a la Moncloa abundan las contradicciones y los silencios. A eso se le suma que la formación de Feijóo evita posicionarse en cuestiones como el aborto, los vientres de alquiler, derechos trans, la inmigración, la eutanasia, la memoria histórica, la financiación autonómica, la relación con la extrema derecha o el modelo económico. Materias en las que el PP mantiene discrepancias internas y que han provocado históricas divisiones en el seno del partido. "No todos pensamos igual y, aunque eso aporta riqueza, sería un error que el debate girara ahora en torno a nosotros", resumen en Génova. Una falta de identidad propia que ejemplifica bien el modelo Feijóo.

Aborto, vientres de alquiler, eutanasia... el PP quiere evitar debates divisorios

Génova quiere evitar el cisma que se generó, precisamente, con la llegada de Feijóo a la presidencia del PP. En junio de 2022, después de que el Supremo de Estados Unidos abriese la puerta a la prohibición del aborto, el líder del PP lo calificó como "un derecho": "El aborto es un hecho con el que convive la sociedad española desde hace muchos años. Todos los países de la Unión Europea tienen regulado ese derecho", afirmó. Una postura que no es la de su partido. La posición oficial del PP sobre el aborto se fijó en el documento oficial aprobado en 2017 en el congreso ordinario. En el punto número 54 de ese texto, el PP afirma estar "firmemente comprometido en la defensa y protección del derecho a la vida" y señala que ·el aborto no debe entenderse como un derecho sino como un fracaso de la sociedad. Por ello, continuaremos desarrollando planes de apoyo a la maternidad para ayudar a aquellas mujeres que quieran ser madres", añaden.

En el programa electoral de los comicios generales de 2023 la única mención al aborto aparecía en el punto 129, en el que la formación de Alberto Núñez Feijóo se comprometía a "introducir en la legislación en materia de interrupción voluntaria del embarazo el consentimiento de los titulares de la patria potestad previo a la realización del aborto en las jóvenes menores de edad". Es decir, revertir la reformada aprobada por el ministerio de Irene Montero la pasada legislatura que permite a las jóvenes a partir de los 16 años abortar sin permiso de sus padres, un punto avalado por el Constitucional en junio de este año.

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Sobre la posición sobre los vientres de alquiler o la prostitución el debate tampoco está zanjado, el 'alma' democristiana se opone y la liberal se posiciona a favor. En el caso de los vientres de alquiler en 2017 algunos dirigentes del PP, entre ellos el exportavoz del Senado, Javier Maroto, se posicionó públicamente a favor de su regulación en la legislación española y apoyaron la enmienda introducida al respecto. Sin embargo, las únicas conclusiones a las que llegó la dirección de Rajoy es que hay que realizar un "debate" sobre ello que a día de hoy no se ha producido. "En el PP debemos dar respuesta a los asuntos y debates que se presentan en la sociedad. No queremos rehuir o ignorar ninguno sin entrar al fondo de la cuestión”, afirma el texto que contó con 699 votos a favor, 66 en contra y 20 abstenciones. En marzo del pasado año, Feijóo consideró "razonable" abrir el debate tras el caso de la actriz Ana Obregón, pero aseguró que no era el momento.

En cuanto a la prostitución en el programa del PP no se hace ninguna referencia. Hace dos años la diputada Marta González señalaba en el Congreso que la prostitución no podía ser considerada "un trabajo ni ser legalizada" porque no era "comparable a ninguna relación laboral" y suponía, esencialmente, el "alquiler por horas del cuerpo" de una mujer. La formación dio entonces su voto a favor para comenzar a tramitar la norma presentada por los socialistas. Sin embargo, hace solo unos meses, el pasado mayo, el PP, de quien dependía con su voto si la iniciativa se admitía y se tramitaba en el Congreso, rechazó la propuesta del PSOE justificando que había que trabajar en otro texto que abordase "los aspectos más sociales" de la salida de las mujeres de la prostitución.

La eutanasia es otro de los temas que dividen al partido. Aunque en el congreso de 2017 no lo abordaron propiamente, el Gobierno de Pedro Sánchez sí lo hizo hace cuatro años. El PP votó en contra del histórico proyecto de ley que por primera vez en España reconoció, en 2021, el derecho a una muerte digna a los españoles que sufren enfermedades terminales y gravemente incapacitantes. Fue el único partido que se opuso, además de Vox, pero su entonces presidente, Pablo Casado, se mantuvo cuidadosamente al margen. Feijóo, por su parte, aseguró que realizaría "ajustes" en la norma aprobada por el Ejecutivo.

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