La nueva legislatura
Rollán se convierte en el gran agitador del PP usando la presidencia del Senado para torpedear a Sánchez

Dicen de Pedro Rollán que es un hombre “muy de partido”, lo que en el PP significa que eres del líder de turno, del que toque. Quizá por eso durante su larga trayectoria dentro del PP, que comenzó hace 20 años, ha prestado su fidelidad a Alberto Ruiz Gallardón, a Cristina Cifuentes y ahora a Alberto Núñez Feijóo. Es este último quien le ha situado al frente del Senado. O, lo que es lo mismo, al timón del frente institucional con el que el líder del PP trata de torpedear la investidura de Pedro Sánchez. Y desde el que planea hacerle frente, sin tregua, en el caso de que lo consiga, para complicarle una legislatura que Feijóo quiere corta. Lo más corta posible. Para así tener una nueva oportunidad de ser presidente.
Rollán fue alcalde de Torrejón de Ardoz, diputado en la Asamblea de su comunidad, consejero con Cifuentes y presidente accidental de Madrid antes de que Isabel Díaz Ayuso se hiciese con el puesto y decidiese enviarle al Senado. Esa es la razón por la que algunos no le consideran de obediencia ayusista, aunque él, como hombre de partido, sí se identifique con la lideresa, a la que hace apenas un año calificó como “apisonadora política” y apoyó en su aspiración a convertirse en presidenta del PP madrileño.
El suyo no es, en cualquier caso, un perfil neutral. Y eso se está notando en un Senado convertido en territorio hostil para un Gobierno que todavía no existe. Nunca antes un presidente de la Cámara Alta se había despachado tan a menudo y con tanta intensidad a favor de parte. Asumiendo como propias todas y cada una de las posiciones de su jefe de filas, en este caso Alberto Núñez Feijóo, que paradójicamente acusa a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, de utilizar la Cámara Baja para favorecer de Sánchez por no haber convocado todavía el pleno de investidura del candidato del PSOE.
De la fluidez verbal de Rollán sobran ejemplos. Esta misma semana, se permitió convocar a la embajadora de Israel en España y contradecir la posición del Gobierno de España dando su apoyo a este país e ignorando los bombardeos sobre Gaza. No sólo no tuvo una frase para las víctimas inocentes que está causando el asedio israelí, sino que, en este contexto de violencia extrema, elogió a Israel como “una tierra de oportunidades”, con la tecnología y la innovación como señas de identidad y que cuenta con la implantación de empresas reconocidas a nivel mundial.
La semana pasada se despachó a gusto contra el Gobierno por no acudir a la Comisión General de las Comunidades Autónomas en la que el PP citó a sus barones para cuestionar la posibilidad de que la investidura de Sánchez se apoye en una amnistía que anule las consecuencias penales y administrativas derivadas de la participación de un millar y medio de personas en el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Rollán aprovechó para tachar de “absoluta de falta de respeto” que ningún miembro del Ejecutivo acudiese a la sesión y para acusar al PSOE de causar “inquietud” por estar negociando la investidura sin explicar los detalles de los contactos. Y criticó también al president de la Generalitat, Pere Aragonès, por no quedarse a escuchar sus homólogos: vino a “vender su libro”, aseveró, aunque no le sorprende tratándose de alguien que según él, considera a España un “Estado fallido y opresor”.
Su blanco favorito
El presidente del Senado no se corta al hacer del presidente en funciones el blanco favorito de sus invectivas. Sánchez, asegura, está dispuesto “a plegarse una reducida minoría”. Está negociando “privilegios fiscales” para Cataluña. “Es incapaz de respetar el resultado de las urnas”. “Está dispuesto a pagar cualquier precio para restablecer su manual de resistencia en la Moncloa”. Debería “dar cuentas” a la ciudadanía porque sus “silencios” son “absolutamente clamorosos”. “Hay 47 millones de españoles” y “son muy pocos los independentistas”. Las exigencias de Junts son “absolutamente inasumibles”, ya que quebrarían el “principio de igualdad entre españoles” y convertirían España en “una república bananera”. La amnistía “no tiene encaje” en la Constitución y el Senado, adelantó, con mayoría del PP, se opondrá a su aprobación.
Cuando Feijóo todavía optaba a la investidura, antes de ser rechazado por la mayoría absoluta del Congreso, Rollán se permitió pedir al PNV que diese “una pensada” a su posición. El PNV “apoyó en tiempos pasados al PP en no pocas ocasiones” y “el PSOE parece que está más cómodo con Bildu", argumentó aprovechando su posición como presidente del Senado.
Otras veces, Rollán se aplica a la defensa del programa de su partido. “En una democracia es esencial que los ciudadanos conozcan, gracias a una información transparente, a qué fines se dedican los impuestos que pagan”, aseguró en la inauguración de unas jornadas sobre economía y competitividad fiscal que tuvieron lugar en la Cámara Alta. “La diferencia entre territorios genera una incertidumbre que se traduce en desconfianza por parte de los inversores”, aseguró defendiendo las tesis del PP.
La actitud de Rollán ya ha motivado varias protestas. La portavoz socialista, Eva Granados, ya le ha pedido formalmente que cese en la práctica de realizar “declaraciones partidistas” contra el Gobierno en funciones y ejercer de “portavoz del PP”, instándole a cumplir sus funciones como cuarta autoridad del Estado y a ser “el presidente de todos los senadores”.
“El Senado no es la sala de prensa del PP, no es Génova” y Rollán “no se tiene que preocupar por las peleas internar del PP”. “Nos tiene que representar a todos los senadores”, se quejó Granados.
La senadora del BNG Carme da Silva, a su vez, envió también una carta a Rollán exigiendo el cese de su “comportamiento partidista” después de sus declaraciones al hilo del conflicto entre Israel y Palestina.
No se da por aludido
Pero el presidente del Senado no se da por aludido. En su opinión es “un insulto a la inteligencia” decir que está haciendo un uso partidista de la institución. En realidad, asegura, el PSOE le acusa de “instrumentalización” del Senado únicamente porque los resultados electorales “no le fueron favorables”.
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Y el PP, menos. Esta misma semana anunciaron su decisión de poner en marcha la primera de una serie de comisiones de investigación con la que pretenden fiscalizar al Gobierno e incrementar la presión sobre el Ejecutivo. Para empezar su escrutinio han elegido el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y a su presidente, José Félix Tezanos, al que acusan no sólo de manipular las encuestas políticas en favor del PSOE sino de propiciar irregularidades en la contratación de sus funcionarios para favorecer a personas afines.
Cuando Feijóo le eligió para presidir el Senado ya sabía que la dureza verbal era uno de sus méritos. La pasada primavera Rollán se destacó al usar a las víctimas del terrorismo para criticar la Ley de Vivienda: “Los cimientos de la ley de vivienda se levantan sobre las cenizas del atentado del Hipercor con 21 muertos, cuatro de ellos niños, sobre los escombros de la plaza de la República Dominicana donde fueron asesinados 12 guardias civiles, sobre los hierros retorcidos de la casa cuartel de Zaragoza donde se arrebató la vida a 11 personas”, declaró.
De su extremismo político ya dejó muestras inequívocas cuando era alcalde de Torrejón y prohibió, en 2010, la inscripción en el padrón de habitantes de migrantes sin papeles para impedir que pudiesen recibir asistencia sanitaria y se asentasen en el municipio. Sólo accedió a anular la medida después de que la Abogacía del Estado le hiciese ver que era ilegal.